Han pasado tres meses desde el último post en el que compartía mis experiencias sobre el trabajo con empleados expatriados en distintas partes del mundo.

Tres meses de incertidumbre, de continuar oyendo historias muy diferentes y de trabajar mano a mano en el manejo de dificultades.

También han sido tres meses marcados por muchísimos cambios, algunos debidos a la pandemia  COVID-19 y otros a movimientos sociales. Pero desde luego un tiempo en el que no hemos dejado de trabajar y aprender.

Desde Sinews (e imagino que desde cualquier lugar) hemos sido conscientes de dos cambios importantes y relevantes en el día a día de las compañías e instituciones internacionales, por un lado el teletrabajo y por otro la importancia de respetar y empoderar la diversidad.

El teletrabajo parece que ha venido para quedarse y que como país nos acercamos al porcentaje europeo de jornada laboral desde casa.  A pesar de que empezamos a vislumbrar un nuevo proyecto de ley para su regulación, hay mucho que trabajar para sacar el máximo provecho de esta nueva alternativa.

Hace unas semanas me encontraba conversando con una empleada de una multinacional en una de nuestras sesiones de seguimiento y apoyo emocional sobre esta nueva situación y me pareció muy representativo de lo que much@s  vivimos a día de hoy, tal vez incluso porque me sentí profundamente identificada.

La empleada al que llamaremos Mrs. P se encuentra trabajando fuera de su país de origen. En su caso, cuenta con la compañía de su pareja e hijos, lo cual por un lado aprecia y disfruta del tiempo que puede pasar con ellos gracias a ahorrárselo en traslados trabajo-casa, pero por otro le ha hecho enfrentarse a dificultades, tal y como ella mismo verbalizaba “Llevamos tantos años acostumbrados a tener una rutina en la que yo viajo, trabajo y el se encarga de los trámites, la casa, los traslados, que esta situación ha sido casi como empezar a conocer otras partes de nuestra propia relación”.

Mrs. P no se ha enfrentado a grandes problemas con respecto a su pareja pero si que ha vivido situaciones en las que ha tenido que gestionar tanto su tiempo como sus niveles de estrés. Tal y como comentábamos en nuestra sesión a pesar de los beneficios de trabajar desde casa, hay semanas en las que surgen “una cascada de dificultades” en distintas áreas.

Así abordamos la importancia de mantener unas rutinas y poner límites al trabajo. Creo que tod@s hemos oído hablar mucho sobre este tema y sobre la dificultad para desconectar cuando trabajamos desde casa, pero si de verdad queremos abordarlo deberíamos de ir más allá: ¿qué es lo que me hace no desconectar, no respetar ciertos límites que yo misma me pongo?

Para algunas personas puede ser la incertidumbre y el miedo al futuro laboral, para otros la necesidad de reconocimiento, ciertas creencias personales, juicios… o como en el caso de Mrs. P la necesidad de tener todo bajo control, de “micro-evaluar” cada detalle, cada posible pequeño logro o fracaso.

En nuestra sesión bisemanal hablamos sobre ello y sobre como manejarlo, así como acerca de tratar de entrenar una comunicación más amable y asertiva con su familia cuando le demandan tiempo “como si por estar en casa no estuviese trabajando” en sus propias palabras.

La sesión resulta interesante por lo representativa que es de lo que much@s sentimos teletrabajando pero también por poder normalizar esas dificultades y emociones.

Decidí escribir este post porque el mismo día que tuve la sesión con Mrs. P, por la tarde me conectaba de nuevo a nuestra plataforma online para una primera entrevista con otro empleado de una multinacional, al que llamaremos Mr. Q y tras las dos sesiones pensé cuanto mostraban nuestro panorama laboral y social actual.

Con Mr. Q tuve la oportunidad de tratar el malestar y las dificultades que anticipaba en su próximo proyecto debido a trabajar con un equipo muy diverso.

Me pareció extremadamente sincero, tod@s conocemos las virtudes de la diversidad, como cita la famosa frase italiana “Il mondo è bello perchè è vario” (el mundo es bonito gracias a su variedad), pero no por ello esta diversidad está libre de dificultades y malos ratos.

De hecho, si realmente queremos disfrutar y respetar esas diferencias lo primero que debemos hacer es ser conscientes de los sesgos que tenemos, como el de familiaridad, todos tendemos a evaluar mejor lo que nos resulta conocido, o los sesgos auto-sirvientes o de grupo, por los cuales siempre vamos a realizar juicios que beneficien a nuestro grupo y a nuestra propia identidad.

Ahí comienza el verdadero trabajo de respeto y apreciación, reconociendo nuestras evaluaciones, prejuicios y comportamientos.

Mr. Q tuvo una mala experiencia en el pasado por un tema relacionado con el lenguaje y reconoce que le afecta emocionalmente. Por un lado le hace enfadarse por el hecho de que le juzguen por “una simple frase hecha” y por otro lado le hace sentirse tenso por si esto vuelve a ocurrir.

Trabajamos durante nuestra sesión esa incomodidad y cómo regularla.

Es normal que nos sintamos enfadados o con necesidad de reafirmar nuestra posición ya que como Mr. Q comenta “me siento juzgado y tengo que defenderme”, pero puedo diferenciar entre reaccionar o responder.

Es decir, antes de dejar crecer mi enfado y mi defensividad puedo intentar darme un tiempo extra y bajando el volumen de mi emoción para responder de manera más racional. Los ejercicios de regulación emocional a través de la psico-educación, Mindfulness y relajación son muy útiles para profesionales y personas que trabajan en entornos diversos.

También trabajamos no solo en como disminuir el malestar y gestionar esas emociones difíciles sino también en aprender desde lo positivo, es decir, desde la amplificación de fortalezas. Mr. Q se considera una persona empática, de hecho asegura que sus amigos y familiares le describirían como alguien que “sabe escuchar”.

¿Por qué no aprovechar por tanto esa fortaleza que ya tiene?, cuando la idea de otra persona o su posición choca con las nuestras y nos hace sentir incómodos siempre podemos llevar la atención a la curiosidad y la empatía. Este es uno de los ejercicios prácticos que le propongo a Mr. Q:

  1. Identificar el malestar, aceptarlo y tratar de “bajar su volumen”

  1. Ponernos en la piel de un investigador/a,  preguntando a la otra persona, recogiendo información y finalmente tratando de entender por qué se siente así.

Tal y como hablamos en nuestra sesión, estos ejercicios nos ayudan no solo a mejorar nuestra regulación emocional en situaciones interpersonales sino también a cultivar una mente abierta y empática.

Terminamos la entrevista con una serie de pautas prácticas para el manejo real de la diversidad y con la posibilidad de tener otra sesión si fuese necesario. 

Como decía al comienzo de este post, estas dos sesiones son muy representativas de los problemas que actualmente encontramos y de los que somos cada vez más conscientes en nuestros servicios tanto a empresas internacionales, como a instituciones educativas y particulares.

Por ello desde Sinews trabajamos en desarrollar programas orientados a continuar creciendo en esta “nueva normalidad” digital e inclusiva.

Terminé aquella jornada de trabajo, antes de irme de merecidas vacaciones que durarían tres semanas, redactando el informe para Mr. Q, en el cual además de detallar algunas recomendaciones prácticas , le recomiende el maravilloso libro “Talking to Strangers” de Malcolm Gladwell.

Ya de vuelta al trabajo y recordando aquellas dos sesiones me doy cuenta de que este septiembre es diferente pero también un nuevo comienzo en cuanto a oportunidades y retos en el área del la salud mental y laboral.

Leticia Martínez Prado
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Leticia Martínez Prado
Psicóloga y Coach
Adultos y parejas
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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