Cuando escuchamos la palabra “matón”, nos viene a la cabeza la típica imagen de un chico más mayor, molestando a un niño más pequeño o más joven. Esto sin duda es verdad, pero el bullying, engloba mucho más que eso.
Por tanto, ¿cuando empieza el bullying y qué es exactamente? El acoso en realidad comienza en cuanto los niños comienzan a socializarse. Así, la investigación indica que el bullying puede comenzar tan temprano como a los 3 años de edad. Si bien es difícil saber exactamente por qué algunos niños se convierten en agresores y otros no, hay pruebas que sugieren que algunos niños están genéticamente predispuestos a ser agresivos. La investigación también muestra que los niños que están expuestos a la agresión de manera consistente pueden imitar el comportamiento que observan en los demás. La mayoría de los niños aprenden a controlar sus instintos de ira y lucha, a medida que crecen, pero el “matón” no.

¿Te sientes identificado? Si es así, esto es lo que puedes hacer.

El bullying o acoso puede consistir en cualquier acción que se utiliza para herir a otro niño en repetidas ocasiones y sin causa (Olweus, 1993). Para que una situación de acoso se produzca debe haber tres condiciones presentes:

En primer lugar, tiene que haber un deseo, por parte del agresor, de causar algún tipo de dolor físico o emocional.

En segundo lugar, debe haber una diferencia de poder entre los individuos involucrados, ya sea el poder físico, o la facultad de excluir al otro del grupo social.

En tercer lugar, el comportamiento se debe repetir.

Como padres, si queremos saber si nuestros hijos están siendo intimidados, debemos primero conocer las diferentes formas en las que la intimidación se puede presentar. Existen diferentes tipos de bullying:

  • Físico: las formas más comúnmente conocidos incluyen golpes, patadas, zancadillas/ empujones, hacer gestos groseros, escupir, empujar, y tomar las pertenencias personales de otros.
  • Verbal: incluye burlas, bromas maliciosas, insultos, comentarios sexuales inapropiados, amenazando con causar daño y amenazas.
  • Psicológico: implica la difusión de rumores, manipular las relaciones sociales, la participación en la exclusión social, la extorsión, la intimidación y avergonzar a alguien en público.
  • Cyberbullying: Aunque este tipo de acoso es bastante reciente, debemos ser conscientes de él, ya que se ha vuelto muy popular entre los adolescentes. Este tipo de bullying sucede cuando se atormenta a un niño, preadolescente o adolescente, se le amenaza, acosa, humilla, avergüenza o de lo contrario es el blanco de otro niño, preadolescente o adolescente a través de Internet, tecnologías interactivas y digitales o teléfonos móviles. Es muy importante mencionar que tiene que tener un menor de edad en ambos lados, o por lo menos haber sido instigado por un menor contra otro menor. Si los adultos se involucran, ya no se trataría de acoso cibernético.

¿Por qué hacen bullying los niños?

Como se ha menciona anteriormente, los niños son intimidados porque el acosador quiere ganar poder sobre otra persona. Puede haber muchas razones por las que se elige a un niño, pero por lo general los niños que son intimidados no han hecho nada para causar dicho acoso.

¿Por qué son acosados a algunos niños y a otros no?

La mayoría de los niños son abordados por un acosador al principio de su trayectoria escolar, y/o cuando se cambian de colegio. A menudo es la reacción del niño a ese primer encuentro con el agresor, lo que determinará si se acercará o no de nuevo a él/ella. Algunos niños, debido a su apariencia, su temperamento, su acento o su disposición, muestran lo que llamamos «comportamientos vulnerables». Los niños que son acosados tienden a mostrar estas conductas «vulnerables».
Sin embargo, no sólo hay que centrarse en la víctima, sino también en el propio acosador. La intimidación es un comportamiento aprendido, y la mayoría de los agresores son, o han sido víctimas también. En la mayoría de los casos, están buscando tener el control sobre algún aspecto de su vida, queriendo parecer duros, para ser populares, o por celos. Suelen además  tener más patrones de comportamiento agresivo que la media, baja autoestima, inseguridad, y la negativa a aceptar la responsabilidad de sus actos.

¿Cómo podría saber si mi hijo está siento acosado?

Si su hijo es lo suficientemente valiente como para decirle que está siendo intimidado, entonces Usted tiene que asumir que está diciendo la verdad y actuar en consecuencia. Sin embargo, esto no siempre sucede así. Un niño puede indicar por su conducta que él o ella está siendo intimidado. Por lo tanto, como padres siempre debemos prestar mucha atención a los patrones de comportamiento de nuestros hijos para que si se producen cambios, podamos detectarlos. Usted podría notar algunos cambios en su comportamiento, como por ejemplo:

  • Falta de voluntad para ir al colegio
  • Negarse a participar en las actividades escolares
  • Evitación de situaciones sociales
  • Comportarse con miedo, temeroso
  • Traer ropa o material escolar roto a casa
  • Sensación de malestar, experimentar a menudo dolores de cabeza
  • Comenzar a retraerse y tener menos amigos
  • Notas más bajas en el colegio
  • Ansiedad
  • Agresión hacia Usted u otras personas en su familia
  • Irritabilidad
  • Mojar la cama

Cuidado, también podría haber otras razones, así que trate de evitar llegar a conclusiones incorrectas. Hágase las siguientes preguntas:

  • ¿Hay algo más que pueda estar afectando a mi hijo?
  • ¿Ha habido cambios en el hogar como un nuevo bebé, o divorcio o separación?

Si no ha habido ningún otro cambio y sospecha que el bullying puede ser la causa de la angustia y la ansiedad, es importante tratar de actuar tan pronto como sea posible.

¿Qué podemos hacer?

Ser acosado puede dañar la confianza de cualquiera. Un solo insulto puede permanecer en la vida de una persona durante mucho tiempo, hasta el punto en el que empezamos a creer que lo que los “matones” dicen de nosotros es cierto, cuando no lo es.

Estas son algunos consejos sobre como poder ayudar a su hijo:

  • Hay algunas herramientas muy sencillas que nuestros hijos pueden utilizar para romper el ciclo del bullying. Podemos enseñarles a usar los argumentos de los “matones” en su contra. Por ejemplo, si un “matón” le dice a un niño, «Eh, te he visto tratando de jugar al fútbol hoy. ¡Eres lo peor! ¡Todo el mundo se estaba riendo de ti!” La víctima entonces podría no darle ningún poder al acosador y responder, «Sí, supongo que no soy muy bueno. ¿A ti se te da bien?” El “matón” podría responder: «¡Yo soy mejor que tú!», y la víctima puede decir: «¡Qué guay!, ¿Practicas mucho? ¿Juegas fuera del cole en algún equipo?». El acosador podría molestarle durante un poco más, pero en el fondo ha perdido su poder de controlar la situación y, por tanto irá a buscar una nueva víctima. Si bien este es un ejemplo muy simplificado, la idea básica es que la víctima del acoso escolar debe evitar darle su poder, ya que después de un tiempo, el “matón” terminará cansándose y dejará de intimidarle.
  • Otra de las herramientas, es tratar de hacer partícipes a los amigos, ya sea como espectadores o testigos. Tan sólo se necesita que un compañero respalde al acosado, para que el “matón” piense dos veces sobre su comportamiento.
  • También es muy importante que trate de animar a su hijo a contar lo que ha sucedido. No sólo para él, sino también para sus compañeros.
  • Crea lo que su hijo le diga; hágale saber que confía en él y que pueden contar con Usted. De esta manera Usted podrá enseñarles cómo resolver eficazmente un problema. Es muy importante dejar que su hijo tenga sus propias ideas. Por ejemplo, hágale preguntas como: «¿Qué crees que se puede decir la próxima vez? o, ¿Qué crees que podría funcionar?». Una vez que le de una respuesta, Usted podría preguntarle: «¿Qué crees que va a pasar si haces eso?». De esta manera usted puede guiarlos con el fin de ayudarles a comportarse de la mejor manera en tales situaciones.
  • Nunca olvide que la mejor estrategia para abordar el problema es la prevención. Confíe en su hijo, enséñele buenas estrategias de afrontamiento, cómo manejar sus emociones y hágale respetar a los demás y a sí mismo.

Por último, si Usted nota que el comportamiento de su hijo empeora, y el acoso no ha cesado, puede pedir ayuda al orientador del colegio, a los maestros y/o a un psicólogo especializado.

Itxaso Cembrero atiende a niños y adolescentes en español e inglés, tanto en la sede de SINEWS de Zurbano 34 como en La Moraleja. Se ha formado especialmente en bullying y se desplaza para dar charlas en Colegios y Asociaciones de Padres.

Para pedir una cita con ella, puede llamar al 91 700 19 79.

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