Cuando le pregunté a Adriana que porqué había estudiado nutrición su respuesta fue que porque le encanta comer y quería entender más a fondo la implicación de la nutrición en las personas. Ella opina que desde que nacemos, crecemos en un entorno que al socializar lo hacemos a través de la comida y la bebida. Por ello, ayudar a las personas a hacer mejores elecciones relacionados con la alimentación le resulta apasionante. Dice que desde que era pequeña ha mostrado interés por los diferentes alimentos y por tener unos hábitos de vida saludables que le permitan envejecer de la mejor manera posible. Me relata que su madre siempre cuenta que su comida favorita es la paella porque cuando tenía 7 meses la probó por primera vez y le fascinó.

Cursó el grado de Nutrición Humana y Dietética en Madrid donde descubrió su interés por la nutrición clínica y comunitaria. Tras acabar la carrera sintió la necesidad de vivir fuera de casa por un tiempo. Por eso se decidió a dar un gran salto e irse a vivir a Nueva Zelanda como au pair. Gracias a esa experiencia pudo integrarse de lleno en la cultura anglosajona y descubrir más de cerca los hábitos alimentarios en el otro lado del mundo. Allí descubrió y fue consciente de la importancia de unos buenos hábitos alimentarios desde edades tempranas. Ella afirma que desde que somos niños creamos vínculos con la comida y establecemos ciertos patrones que cuando somos mayores son difíciles de modificar.

Tras vivir en las antípodas, decidió irse a estudiar un máster de salud pública al país vecino, Australia. Gracias a ese máster se le abrieron las puertas para empezar a trabajar como nutricionista en ese país. A la vez que pasaba consulta, también organizaba y promocionaba eventos donde buscaba mejorar la salud de las personas. La experiencia de vivir y trabajar como nutricionista en ese país le brindó la oportunidad de tratar con personas de diferentes países y culturas y saber adaptarse a sus diferentes costumbres, alimentos, métodos de cocinado y recetas preferidas.

A su vuelta a España en 2020, empezó trabajando para una empresa deportiva donde tuvo sus primeros contactos con personas que padecían tanto de anorexia como de bulimia al buscar la perfección en su cuerpo.

Actualmente trabaja en un centro médico donde trata pacientes con diferentes patologías (SIBO, intolerancias alimentarias, problemas digestivos…), así como pérdidas de peso o aumento de masa muscular entre otros. Opina que es fundamental trabajar con un equipo multidisciplinar como son médicos, psicólogos, fisioterapeutas para que se vean resultados en las personas ya que cada profesional aporta su conocimiento y sabiduría.

En consulta dice ser una persona que busca conocer a las personas para poder adaptarse a sus hábitos alimentarios y modificarlos cuando es conveniente. Además, cree firmemente en la individualización de las pautas nutricionales así como en la suplementación, que puede ayudar en diferentes situaciones.

Adriana se define a sí misma como una persona muy curiosa que siempre busca aprender algo nuevo. Opina que en el mundo de la nutrición siempre hay que estar formándose para no quedarse atrás. Por eso se ha formado recientemente sobre el impacto de la microbiota intestinal y su importancia en diferentes patologías. Sus grandes pasiones son el deporte (el buceo, el esquí y el gimnasio) y disfrutar de un buen brunch con su café de especialidad al sol con sus amigos.