
Hoy en día, la gran mayoría de los niños que viven en grandes ciudades, como Madrid, comienzan la Educación Infantil antes de los 2 años, algunos incluso a los 4 o 5 meses de edad, debido a reincorporación de sus padres al trabajo. Es cierto que al comenzar la educación tan temprano, muchos obtienen grandes beneficios, como aprender a socializar con otros niños, a no depender tanto de sus padres, a ser más independientes o a desarrollar un vocabulario más completo. Los bebés son como esponjas, y aunque no veamos inmediatamente todo lo que están aprendiendo, nos van mostrando poco a poco todas las habilidades que van adquiriendo gracias a la estimulación que les demos tanto activa como pasivamente. Los bebés nos escuchan hablar desde que están en el vientre, y son capaces de reconocer su lengua materna, mostrando más interés hacia ella, desde el día de su nacimiento.
Desde el inicio de este curso, los niños que van a la escuela a edades tan tempranas o, que incluso, están al cuidado de personas que no son sus padres, pueden tener uno de los perjuicios del uso de las mascarillas: no poder observar la articulación de quiénes les están hablando. Esto repercute negativamente en el desarrollo de su lenguaje, ya que necesitan, además de escuchar a otras personas hablando, ver cómo mueven sus labios y lengua al hablar. Por lo tanto, ahora, más que nunca, nuestros bebés van a necesitar que les estimulemos el lenguaje de manera extra cuando estemos en casa, para que reciban ese apoyo visual tan necesario.