
La pandemia COVID-19 ha sido un período difícil para todos. Los cambios en nuestra vida diaria afectan nuestro bienestar y salud mental.
El miedo por el riesgo de infección, junto con el aislamiento y la distancia personal, están provocando soledad y síntomas de ansiedad, estrés y depresión.
La pandemia tiene consecuencias en la psique de muchos, desde los más jóvenes que se pierden las fiestas con amigos, hasta los ancianos solitarios que sufren más limitaciones de lo habitual cuando las restricciones del COVID-19 conducen a la cancelación de actividades y eventos, uno tras otro.
La soledad ha golpeado a todos, especialmente a aquellos en los que su círculo social son las personas dispersas en la ciudad. También afecta a personas que normalmente invierten mucho socialmente en sus trabajos, pero que ahora se quedan solas en casa.