¿Alguna vez te has preguntado cuál es la forma de pensar de una persona con depresión? O quizás quieres saber más sobre en qué consiste este trastorno y cuáles son sus particularidades. Uno de los aspectos más estudiados y abordados en la terapia cognitivo conductual de la depresión son las distorsiones cognitivas. El objetivo de este artículo es el de ayudar a entender cómo las distorsiones cognitivas juegan un rol fundamental en los trastornos depresivos, incluyendo ejemplos sobre cómo identificarlas y cambiarlas.
Primero, vamos a entender mejor en qué consisten las distorsiones cognitivas y la depresión. La American Psychological Association (APA) define las distorsiones cognitivas como “un patrón erróneo o inexacto de pensamiento que contribuye al mantenimiento de emociones negativas y comportamientos disfuncionales. Suelen ser automáticas, rígidas y poco conscientes, y tienden a reforzar creencias disfuncionales sobre uno mismo, el mundo y el futuro”. Algunas distorsiones cognitivas son el pensamiento polarizado (todo o nada), la sobre generalización, el razonamiento emocional o la personalización, entre otros.
Podemos definir la depresión como “Un trastorno del estado de ánimo caracterizado por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. Puede ir acompañada de síntomas cognitivos, físicos y conductuales, como fatiga, dificultad para concentrarse, cambios en el apetito y el sueño, y pensamientos de inutilidad o culpa excesiva.” También según la APA.
Aunque la depresión se trata de un trastorno concreto del DSM-V, es importante tener en cuenta que las distorsiones cognitivas también pueden ocurrir en otro tipo de trastornos como los de ansiedad o las adicciones. También pueden estar presentes, aunque la persona no cumpla los criterios clínicos de cualquier trastorno. Es decir, las distorsiones cognitivas se pueden observar en la mayoría de los trastornos y problemas psicológicos.

Las distorsiones cognitivas en la depresión
En individuos con sintomatología depresiva es común que estos errores de pensamiento se produzcan de manera sistemática afectando a la percepción e interpretación de situaciones sobre sí mismo, la gente o el mundo. Las distorsiones cognitivas son aprendidas y reforzadas y, en algunos casos, pueden formar parte de estructuras y esquemas de la personalidad de la persona. Las distorsiones cognitivas, así como mucha otra sintomatología como puede ser la ansiosa, se activan especialmente en los momentos estresantes o de vulnerabilidad emocional.
Una de las mejores maneras de contribuir a nuestra salud mental es identificar y cambiar nuestras distorsiones cognitivas. Por ello, exploraremos maneras prácticas y ejemplos sobre como conseguirlo en este artículo.
En la práctica clínica, es fundamental identificar y entender estos patrones de pensamiento y las funciones que cumplen a nivel de pensamiento, emoción y conducta. En muchos casos, las distorsiones cognitivas no ocurren solo a raíz de un episodio depresivo, ya que actúan como factores de predisposición y mantenimiento provocando la aparición de dichos estados. Además, las personas con sintomatología depresiva tienen una distorsión atencional hacia los estímulos negativos, así como una interpretación negativa de las situaciones y si mismos, esto provoca un mantenimiento y refuerzo de los síntomas. Por ello, durante la intervención clínica es necesario confrontar y desafiar estas maneras de actuar y de proceder de los pacientes y darles herramientas para que enfrenten las situaciones de manera más adaptativa. Veamos algunos ejemplos.

Ejemplos clínicos de intervenciones para desafiar distorsiones cognitivas
Objetivos del terapeuta: fomentar en la persona una actitud de detective de sus propios pensamientos. Primero: detectar los pensamientos, sin voluntad de eliminar o luchar contra ellos, y aceptarlos como propuestas de nuestro cerebro. Segundo; volver a pensar en la situación aplicando una perspectiva más racional y objetiva.
1. Pensamiento polarizado (todo o nada)
Caso: María, de 33 años, presenta un proyecto en su departamento, el proyecto se entregó sin incidencias y con normalidad y María dice: “Fue un completo desastre. Si no está sale todo bien, no sirve para nada.”
Posibles preguntas:
a) ¿Hay un modo de pensar más intermedio?
Objetivo: Desarrollar flexibilidad cognitiva y percibir que su rendimiento no es tan “blanco o negro” como piensa al principio.
2. Razonamiento emocional
Caso: Tom, de 29 años, refiere: “Siento que no puedo hacer nada bien, así que será cierto.”
Posibles preguntas:
a) ¿Crees que el hecho de sentirte así implica que lo seas?
b) ¿Qué diría alguien que te quiere?
Objetivo: Se cuestiona la validez de tomar las emociones como pruebas objetivas de la realidad.
3. Inferencia arbitraria
Caso: Jaime, 27 años, refiere que su pareja está distante y determina: “Está claro que ya no me quiere, la he perdido.”
Posibles preguntas:
a) ¿Podría existir otra posible explicación?
b) ¿En qué me baso para pensar así?
c) ¿Qué me diría otra persona en mi situación?
d) ¿Todo el mundo pensaría lo mismo?
Objetivo: empezar a explorar hipótesis alternativas y flexibilizar su certeza inicial.
4. Minimización
Caso: Toni, de 28 años, a los elogios por su trabajo responde siempre algo como: “No es para tanto, esto es lo normal.”
Posibles preguntas:
a) ¿Por qué lo mío tiene menos valor?
Objetivo: cuestionar su tendencia a minimizar sus logros.
5. Sobregeneralización
Caso: Ana, de 30 años, tras una entrevista de trabajo que no salió bien comenta: “No voy a conseguir un buen empleo nunca.”
Posibles preguntas:
a) He tenido este error, ¿Eso significa que soy un fracasado y no valgo para nada?
b) ¿Esto es para todo o para este evento en concreto?
c) Observa tu lenguaje y desconfía de todo lo que suponga juicios generales de la realidad.
Objetivo: Al limitar el alcance del pensamiento, se reduce la carga emocional asociada y se resta generalización.
6. Personalización
Caso: David, de 50 años, refiere: “Mi hija está muy decaída, seguro que es porque le pedí hacer las tareas.”
Posibles preguntas:
a) ¿Qué otras variables ajenas a mi pueden explicar esta situación?
b) ¿Por qué estoy relacionando esto conmigo?
c) ¿Puede deberse a otros motivos?
Objetivo: promover una perspectiva más global y entender mejor el contexto emocional en su entorno.
7. Imposiciones o normas rígidas
Caso: Bob, 40 años, está frustrado porque su amigo canceló un plan a última hora y explica: “Debería haber venido a su hora, siempre hace lo mismo.”
Posibles preguntas:
a) ¿Es realista pedir a los demás que siempre se comporten atendiendo a mis deseos?
b) ¿Lo ha hecho con mala intención? ¿Tu amigo es capaz de gestionar esto de otra manera?
Objetivo: empatizar, flexibilizar y cuestionar normas internas rígidas.
8. Abstracción selectiva / Filtrado negativo
Caso: Bill, de 26 años, al presentar trabajo de fin de máster recibió una crítica entre muchos elogios. Al acordarse refiere: “Fue un día horrible.”
Posibles preguntas:
a) ¿Estoy obviando parte de la información de la situación?
b) ¿Solo me estoy quedando con lo negativo?
Objetivo: ayudar a la persona a identificar su foco atencional poco adaptativo.

Como identificar nuestras distorsiones cognitivas no significa pensar “me equivoco”, sino empezar a mirar nuestros pensamientos con más curiosidad y menos dureza. Cambiar no es inmediato, pero reconocer estos patrones ya es un paso importante. Aprender a ponerlos en duda, a matizarlos o a no dejar que dirijan nuestras decisiones es parte del camino hacia una forma de vivir más libre y más amable con uno mismo. Por todo esto comprender cómo influyen las distorsiones cognitivas en la depresión permite intervenir con mayor precision. El éxito terapéutico y la recuperación ocurre cuando las personas consiguen recuperar una relación más realista, compasiva y flexible con sus pensamientos.
Sobre el autor
Héctor Pastor Pardo es psicólogo general sanitario, especialista en adicciones y terapia individual y de pareja. Formado en terapias de tercera generación y en psicofarmacología y drogas de abuso, aplica un enfoque cognitivo conductual e integrador. Su actividad principal se encuentra en el tratamiento de adultos y parejas.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicólogo
Adultos y parejas
Idiomas de trabajo: Español e inglés