¿Alguna vez has sentido que un recuerdo doloroso sigue persiguiéndote como si hubiera ocurrido ayer? Un accidente, una pérdida inesperada, un abuso, una ruptura difícil o incluso una infancia marcada por exigencias y críticas constantes pueden condicionar la manera en la que pensamos, sentimos y nos relacionamos hoy.
Aunque intentas “pasar página”, notas que, en determinadas situaciones, tu cuerpo y tu mente reaccionan como si estuvieras reviviendo aquello una y otra vez, haciéndonos sentir que estamos atrapados en el pasado.
Hay experiencias en la vida que dejan una huella tan profunda que parecen quedar grabadas en cuerpo y mente. La terapia EMDR es un enfoque psicológico innovador y avalado científicamente que ayuda a reprocesar estas experiencias dolorosas para que dejen de tener el poder de bloquearnos. En mi práctica clínica en Madrid (tanto en formato presencial como online), he visto cómo pacientes de muy diferentes edades y culturas quedan sorprendidos por la rapidez y profundidad con la que EMDR transforma su relación con el pasado y el presente.
¿Qué es la terapia EMDR?
EMDR son las siglas de Eye Movement Desensitization and Reprocessing, traducido como Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares. Fue creada a finales de los años 80 por la psicóloga Francine Shapiro, quien descubrió que los movimientos oculares podían ayudar a procesar recuerdos traumáticos de una manera más adaptativa.
En la terapia EMDR se analiza como la historia del paciente causa un impacto en el presente con un análisis funcional. En la fase de intervención el paciente seguirá con su mirada los dedos del terapeuta que se mueven de lado a lado (provocando que los ojos miren a ambos lados repetidamente) mientras que piensa y se discute el recuerdo o experiencias que se estén trabajando. En algunas intervenciones también se usan maneras alternativas de estimular el cerebro como podría ser el tapping, el abrazo de la mariposa o los sonidos bilaterales.
En términos sencillos: la terapia EMDR no borra recuerdos, sino que ayuda a integrarlos. La persona sigue recordando lo que ocurrió, pero el recuerdo deja de estar cargado de emociones intensas y perturbadoras. El pasado se queda en el pasado, y el presente vuelve a ser habitable.
Hoy en día, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Americana de Psicología (APA) y el propio Ministerio de Sanidad en España recomiendan EMDR como uno de los tratamientos más eficaces para el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

¿Para qué sirve la EMDR?
Aunque EMDR se desarrolló originalmente para el tratamiento del TEPT, hoy sabemos que es eficaz en una amplia variedad de dificultades emocionales y psicológicas.
Trauma y estrés postraumático
EMDR es un tratamiento muy indicado para personas que han vivido experiencias extremas, como corresponsales de guerra en destinos peligrosos o militares estadounidenses que desarrollaron TEPT tras sus misiones. Gracias al EMDR, pueden reprocesar recuerdos que antes les paralizaban: explosiones, escenas de violencia o la constante sensación de peligro, entre muchos otros. Tras algunas sesiones de EMDR un paciente volvió a dormir toda la noche del tirón después de años y las pesadillas desaparecieron.
Abusos y traumas familiares
Tanto en casos de abuso sexual infantil como adulto, o en relaciones abusivas, la EMDR ha demostrado ser una herramienta transformadora. También se emplea con personas que crecieron bajo una presión excesiva por parte de sus padres, lo que generó traumas emocionales vinculados a expectativas imposibles.
He podido atender a distintas personas que habían desarrollado una tendencia a sentir enfado o ansiedad debido a expectativas que a su vez ellos ejercían sobre sus familias, llevándoles hacia una desconexión emocional y a problemas matrimoniales y de comunicación. Tras algunas sesiones de EMDR, pudieron redescubrirse como personas mucho más pacientes y tolerantes y esto les ayudó a desarrollar nuevas habilidades comunicativas y mejorar su matrimonio o su relación con su familia.
Ansiedad y fobias
La EMDR también es útil para quienes sufren ansiedad generalizada, fobia social o miedos específicos. En pacientes con fobia social, por ejemplo, a menudo descubren que su temor a hablar en público estaba ligado a recuerdos de burlas en el colegio y la herida que eso dejó en ellos. Al reprocesar esos recuerdos, los pacientes con este tipo de síntomas pueden liberarse de la ansiedad que les impide desarrollarse en su vida, llegando a la raíz de creencias como “no soy lo suficientemente buena”, “soy raro” o “no tengo remedio”, entre muchas otras.
Duelos y bloqueos vitales
Cuando un duelo se queda “atascado”, la terapia EMDR facilita la integración de la pérdida. También se aplica con éxito en problemas de autoestima, bloqueos relacionados con la identidad sexual o incluso en dificultades con el control de peso, cuando detrás existen traumas vinculados con la comida, el cuerpo o la mirada crítica del entorno familiar. En definitiva, se trata de una herramienta muy útil para abordar las creencias negativas sobre uno mismo que se manifiestan en una incapacidad de vivir feliz a pesar de que, en teoría, nuestras necesidades esten perfectamente cubiertas. Con la EMDR podemos ayudar a cambiar formas de pensar sobre nosotros mismos, los otros o el mundo que nos dificultan ser felices.

¿Cómo saber si el EMDR es para ti?
La terapia EMDR puede ser una buena opción para ti si te identificas con uno o más de las siguientes situaciones:
- Tienes recuerdos que aparecen de forma intrusiva y dolorosa, como flashbacks o pesadillas.
- Evitas lugares, personas o situaciones que te recuerdan al pasado.
- Te sientes bloqueado en algún aspecto de tu vida y no logras avanzar, aunque lo intentas racionalmente.
- Tu cuerpo reacciona con ansiedad, tensión o nerviosismo aunque sepas que no hay ninguna amenaza.
- Tienes una sensación de alerta constante o una sensación de que algo malo va a pasar.
- Piensas que no tienes capacidad o valía para hacer las cosas (baja autoestima).
¿Cómo funciona una sesión de EMDR?
La terapia EMDR sigue un protocolo de ocho fases muy estructurado, lo que aporta seguridad tanto al terapeuta como al paciente. En mi experiencia, esta claridad en el proceso es una de las razones por las que EMDR resulta tan eficaz: permite ir paso a paso a la raíz del problema sin que el camino se vuelva caótico o abrumador.
Antes de entrar en las distintas fases me gustaría resolver algunas dudas muy comunes:
“¿Me van a hipnotizar?”
✖ No. En las sesiones de EMDR serás completamente consciente en todo y estarás en control del proceso en todo momento.
“¿Voy a olvidar lo que me pasó?”
✖ No. El recuerdo sigue estando, pero deja de doler y de condicionar la vida diaria.
“¿Solo sirve para traumas graves?”
✖ No. En muchos casos se trata de la acumulación de experiencias negativas en la crianza que provocan distintos síntomas como ansiedad, malestar con uno mismo, etc. También es útil para fobias, rupturas sentimentales, duelos o baja autoestima.
“El proceso es demasiado intenso y no podré soportarlo”
✖ No. El proceso es gradual y antes de empezar el reprocesamiento, se practican estrategias de regulación emocional que te harán sentir seguro y confiado en el proceso.
Las fases del tratamiento
- Historia clínica y Planificación del Tratamiento: recogemos información sobre la historia del paciente y descubrimos qué traumas trabajaremos para reprocesarlos.
- Preparación: Explicamos el proceso EMDR al paciente y enseñamos estrategias de regulación emocional para asegurar que el paciente se siente seguro.
- Evaluación: primero establecemos el recuerdo a trabajar, luego identificamos la imagen más perturbadora, los pensamientos negativos asociados (“no valgo”, “estoy en peligro”) y las sensaciones físicas que lo acompañan.
- Desensibilización: utilizamos movimientos oculares bilaterales, tapping o sonidos alternos. El paciente observa cómo el recuerdo cambia y la carga emocional disminuye.
- Instalación: reforzamos un pensamiento positivo alternativo, como “sí puedo” o “ahora estoy a salvo”.
- Escaneo corporal: comprobamos que el recuerdo ya no activa malestar físico.
- Cierre: finalizamos la sesión asegurando que la persona queda estable y tranquila.
- Revaluación: en la siguiente sesión revisamos los avances y continuamos el proceso.
¿Qué experimenta el paciente?
Las personas suelen sorprenderse de la rapidez con la que disminuye la intensidad emocional del recuerdo. Muchos describen la sensación de estar viendo la situación como “desde fuera”, o de darse cuenta de que aquello pertenece al pasado y ya no tiene poder en el presente.
Duración y frecuencia
El número de sesiones depende de la complejidad de la historia de cada persona. Algunas experimentan alivio en pocas sesiones, mientras que otras requieren un trabajo más profundo. Lo mejor es discutirlo de manera personalizada en la consulta.

Beneficios de la terapia EMDR
- Eficacia comprobada en el tratamiento del trauma, la ansiedad y las fobias.
- Resultados más rápidos que otros enfoques en muchos casos.
- Respeto por el paciente: no es necesario relatar en detalle el trauma, lo que facilita el trabajo en experiencias muy dolorosas.
- Mayor sensación de control: el paciente siente que avanza a través de “milestones” o hitos, lo que hace que el proceso sea motivador.
- Aplicación transcultural: en mi práctica, he trabajado con éxito con personas de distintos países, ideologías y contextos culturales.
Uno de los aspectos que más valoro de EMDR es que convierte al paciente y al terapeuta en un equipo. Juntos caminamos hacia la liberación del trauma, paso a paso, con la estructura clara que ofrece este enfoque.
Terapia EMDR en Madrid: cómo elegir terapeuta
La popularidad de EMDR ha hecho que cada vez aparezcan más profesionales que lo ofrecen. Sin embargo, no todos cuentan con la formación y supervisión necesarias.
Qué buscar en un terapeuta EMDR
- Formación acreditada por EMDR Europa.
- Experiencia clínica supervisada en trauma.
- Más de 20 horas de supervisión clínica, como mínimo, con expertos acreditados en EMDR.
- Un enfoque seguro y humano, donde la persona se sienta acompañada.

Nunca es tarde para cambiar
El trauma no tiene por qué ser una condena. Con EMDR, es posible liberarse del pasado y recuperar la confianza en uno mismo. He visto a personas superar bloqueos que arrastraban desde hace años, reencontrarse con su propia fortaleza y volver a mirar al futuro con ilusión.
Si estás en Madrid y sientes que hay experiencias del pasado que siguen afectando tu presente, la terapia EMDR puede ser el camino para ti.
Sobre el autor
Héctor Pastor Pardo es psicólogo general sanitario, especialista en adicciones y terapia individual y de pareja. Formado en terapias de tercera generación y en psicofarmacología y drogas de abuso, aplica un enfoque cognitivo conductual e integrador. Además, ha completado el entrenamiento estándar del Instituto Español de EMDR (Nivel I y II). Su actividad principal se encuentra en el tratamiento de adultos y parejas.
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Psicólogo
Adultos y parejas
Idiomas de trabajo: Español e inglés