Improving Your Eating Habits- A Guide by an English-Speaking Nutritionist in Madrid

Cómo mejorar tus hábitos alimenticios: Una guía hecha por un nutricionista que habla inglés en Madrid

La alimentación ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas debido a una variedad de factores, incluyendo cambios en los hábitos alimenticios, avances tecnológicos, disponibilidad de alimentos y cambios en el estilo de vida. También se suma el cambio en los patrones de consumo de alimentos. Con el ritmo de vida acelerado, muchas personas dependen más de alimentos preparados fuera del hogar, como comidas para llevar, comida rápida y restaurantes. Estos alimentos suelen ser convenientes, pero también tienden a ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, y bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra. Además, pueden contribuir al aumento de peso y problemas de salud relacionados.

Existen además varios errores comunes que la gente comete al comer. Aquí te menciono algunos de los más frecuentes:

Errores más comunes a la hora de comer

  • Consumir alimentos procesados en exceso: Los alimentos procesados suelen ser muy palatables, sabrosos, pero altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio, y bajos en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra. Consumir demasiados alimentos procesados puede contribuir a la obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
  • Consumir bebidas azucaradas en lugar de agua: Las bebidas azucaradas como refrescos, zumos de frutas y bebidas energéticas pueden ser una fuente importante de calorías vacías y azúcares añadidos. Optar por agua en lugar de estas bebidas puede ayudar a reducir el consumo de calorías y mejorar la hidratación.
  • Comer rápido y distraído: Comer rápido y sin prestar atención a las señales de hambre y saciedad puede llevar a comer en exceso. Es importante tomarse el tiempo para saborear la comida y estar consciente de cuándo se está lleno.
  • No prestar atención a las porciones: Muchas personas no son conscientes de las porciones adecuadas de alimentos y tienden a comer en exceso. Esto puede llevar a un aumento de peso no deseado y dificultar el control del tamaño de las porciones en el futuro.
  • No incluir una variedad de alimentos en la dieta: Es importante consumir una variedad de alimentos para obtener todos los nutrientes necesarios para una buena salud. Al limitarse a unos pocos alimentos o grupos de alimentos, se corre el riesgo de no obtener todos los nutrientes esenciales. Para que una alimentación sea completa debemos consumir al menos 20 alimentos diferentes a la semana
  • Saltarse comidas o hacer dietas extremadamente restrictivas: La creencia de querer estar según los cánones de belleza actuales lleva a muchas personas creen que saltarse comidas o seguir dietas muy restrictivas es la forma más rápida de perder peso. Sin embargo, esto puede llevar a desequilibrios nutricionales y problemas de salud a largo plazo.
  • Depender demasiado de los suplementos: Los suplementos pueden ser útiles en ciertas situaciones, pero no deben utilizarse como sustitutos de una dieta equilibrada. Es importante obtener la mayoría de los nutrientes de los alimentos en lugar de depender exclusivamente de suplementos.
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Afortunadamente, en los último años ha habido un aumento en la conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y equilibrada para prevenir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. Esto ha llevado a un mayor interés en la nutrición y una mayor disponibilidad de información sobre hábitos alimenticios saludables.

Cómo mejorar nuestra alimentación

Hay varias formas de mejorar la calidad de nuestra alimentación y comer más saludablemente. Entre ellos están:

  • Incorporar más frutas y verduras: Estos alimentos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, y son fundamentales para una dieta saludable. Intenta incluir una variedad de frutas y verduras de diferentes colores en tus comidas y meriendas diarias.
  • Elegir granos enteros: Opta por granos enteros en lugar de granos refinados para aumentar tu ingesta de fibra y nutrientes. Elige productos integrales como arroz integral, pan integral, pasta integral y avena en lugar de sus versiones refinadas.
  • Consumir proteínas magras: Las fuentes de proteínas magras como pollo, pavo, pescado, tofu, legumbres y productos lácteos bajos en grasa son excelentes opciones para una alimentación saludable. Intenta limitar el consumo de carnes procesadas y rojas, que pueden aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.
  • Limitar el consumo de alimentos procesados y azúcares añadidos: Reducir la ingesta de alimentos procesados, como bocadillos empaquetados, comida rápida y productos horneados, puede ayudarte a disminuir la cantidad de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio en tu dieta.
  • Cocinar en casa más a menudo: Preparar comidas en casa te permite tener un mayor control sobre los ingredientes que utilizas y las técnicas de cocción. Intenta cocinar con ingredientes frescos y saludables y limita el uso de aceites, grasas y condimentos poco saludables.
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Hacer mejores elecciones de comida es fundamental para mantener una dieta saludable y equilibrada. Como nutricionista, intento a las personas a ayudar a adaptar sus comidas a sus estilos de vida respetando siempre los aspectos culturales, así como las preferencias alimenticias. Muchas veces en consulta me encuentro con que las personas tienen barreras para, por ejemplo, encontrar ciertos ingredientes que en sus culturas son muy importantes, o con que los horarios de las comidas son muy diferentes.

No siempre es fácil, pero en consulta siempre intento ayudar a planificar las comidas con anticipación ya que de esta manera podemos tomar decisiones más conscientes y saludables. Dedicar un tiempo semanalmente para planificar los menús y hacer una lista de compras con los ingredientes necesarios hace que nuestras comidas y cenas sean más beneficiosas para nosotros.

Una vez elaborados los menús, entre los cuales deben priorizar alimentos frescos y no procesados, debemos también leer las etiquetas de los alimentos. Al comprar alimentos procesados, es importante leer las etiquetas para conocer su contenido nutricional. Presta atención a la cantidad de calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio que contienen los productos. Normalmente los alimentos frescos y no procesados (frutas, verduras, cereales integrales, carnes magras, pescado y productos lácteos bajos en grasa son excelentes opciones para una alimentación saludable).

No es cuestión solo de organizar las comidas sino también controlar las porciones. Presta atención al tamaño de las porciones y practica la moderación al servirte. Utiliza platos más pequeños, comparte platos en restaurantes o guarda las sobras para evitar comer en exceso. Igual que no es bueno tomarse 3 platos de pasta, no es bueno tomarse 3 naranjas de una sentada.

Por último, bebe agua en lugar de bebidas azucaradas. Igual de importante es lo que comemos como lo que bebemos. El agua es la mejor opción de hidratación y no contiene calorías ni azúcares añadidos. Opta por agua en lugar de bebidas azucaradas como refrescos, jugos de frutas y bebidas energéticas.

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Es importante ser consciente de estos errores y tratar de evitarlos para mantener una alimentación saludable y equilibrada. Al seguir estos consejos y hacer cambios gradualmente en tus hábitos alimenticios, podrás hacer mejores elecciones de comida y disfrutar de los beneficios para la salud a largo plazo. Recuerda que la clave está en adoptar un enfoque equilibrado y sostenible hacia la alimentación. Como digo en consulta, tiene que haber tiempo para todo. Para comer bien y también para darte un capricho de vez en cuando. No pasa nada por comer algo menos saludable de vez en cuando, pero hay que ser conscientes de que no podemos abusar de ello.

Sobre la autora

Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.

Adriana Martín Peral
Departamento de Nutrición
Adriana Martín Peral
Nutricionista
Niños, adolescentes y adultos
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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Balancing diet and culture- Reflections from an English-speaking nutritionist in Madrid

Equilibrio entre dieta y cultura: Reflexiones de una nutricionista angloparlante en Madrid

Estuve explorando cómo las diferencias culturales afectan a la dieta y la nutrición y cómo un nutricionista de habla inglesa en Madrid puede ayudar a combinar las prácticas dietéticas culturales con hábitos alimenticios saludables.

Mudarse a otro país conlleva a menudo cambios significativos en los hábitos de vida, incluidos los hábitos alimenticios. Estos cambios pueden deberse a una variedad de factores, y es importante estar preparado para adaptarse a nuevas costumbres y entornos. Los horarios de las comidas (tardías), por ejemplo, es algo que sorprende mucho a los extranjeros cuando se mudan a vivir a España.

En nuestro país, la comida tiene una importancia cultural, social y económica significativa además de desempeñar un papel central en la vida diaria de las personas. La gastronomía española es conocida internacionalmente por su diversidad, riqueza de sabores y la importancia que se le da a los ingredientes frescos y locales. Además, la socialización en torno a la comida refleja la riqueza de la tradición culinaria española.

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Diferencias culturales de la comida en España

Esta tradición tan arraigada a la comida de nuestro país puede tener un impacto negativo en los hábitos alimenticios de las personas que se mudan a España. Hay que entender, que las diferencias culturales pueden tener un impacto significativo en la nutrición de las personas. Aquí hay algunas formas en las que las diferencias culturales pueden afectar la nutrición:

  • Preferencias alimenticias: Las culturas tienen diferentes preferencias en cuanto a sabores, texturas y tipos de alimentos. Por ejemplo, algunas culturas pueden basar su dieta en alimentos más picantes, mientras que otras pueden preferir alimentos más suaves o dulces. Estas preferencias pueden afectar la elección de alimentos y, por ende, la calidad nutricional de la dieta.
  • Patrones alimenticios: Las culturas también tienen patrones alimenticios específicos, que pueden influir en la frecuencia y la cantidad de comidas consumidas. Algunas culturas pueden tener la costumbre de hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día, mientras que otras pueden optar por comidas más grandes en ciertos momentos.
  • Significados simbólicos de los alimentos: Los alimentos pueden tener significados simbólicos en diferentes culturas. Algunos alimentos pueden asociarse con celebraciones, rituales o eventos especiales. Esto puede influir en la cantidad y el tipo de alimentos consumidos en ciertas ocasiones, lo que afecta la ingesta nutricional.
  • Disponibilidad de alimentos: La disponibilidad de ciertos alimentos puede variar según la región geográfica y las condiciones climáticas. Esto puede afectar la variedad y la cantidad de alimentos disponibles en una determinada cultura, lo que a su vez influye en la nutrición de la población.
  • Normas sociales: Las normas sociales en torno a la comida, como la aceptación o el rechazo de ciertos alimentos, pueden ser fuertemente influenciadas por la cultura. Estas normas pueden afectar la elección de alimentos y la cantidad consumida.
  • Roles de género: En algunas culturas, los roles de género pueden afectar la nutrición, ya que las expectativas sobre quién cocina, compra alimentos o decide sobre las comidas pueden variar. Esto puede influir en la calidad y cantidad de alimentos consumidos por diferentes miembros de la sociedad.
  • Tradición y transmisión intergeneracional: Las recetas y prácticas alimenticias son a menudo transmitidas de generación en generación. Las tradiciones culinarias pueden influir en la elección de alimentos y en cómo se preparan, lo que afecta la calidad nutricional de la dieta.
  • Creencias religiosas: Las creencias religiosas pueden tener restricciones dietéticas específicas que afectan los hábitos alimenticios. Por ejemplo, algunas religiones pueden prohibir ciertos tipos de carne o alimentos procesados.
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Cómo encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura

Encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura es esencial para promover hábitos alimenticios saludables y sostenibles. Muchas veces mudarnos a otro país es sinónimo de variaciones en nuestros patrones alimentarios, lo que puede conllevar a influir negativamente en nuestra salud. Acudir a una nutricionista española que habla inglés y ha residido en Australia, puede ser beneficioso para nosotros ya que tendrá en cuenta los siguientes aspectos:

  • Respetar las preferencias culturales: Reconocer y respetar las preferencias alimenticias y las tradiciones culinarias de ambos países es fundamental. Esto implica comprender los ingredientes, métodos de cocción y combinaciones de alimentos que son significativos en esa cultura. Como nutricionista, mi labor es ayudar a combinar aspectos de ambas culturas para conseguir tener una buena alimentación.
  • Adaptar las recomendaciones nutricionales: Es importante adaptar las recomendaciones nutricionales a las preferencias y necesidades específicas de una comunidad cultural. Esto puede incluir la adaptación de guías dietéticas para reflejar las opciones alimenticias más comunes y respetar las restricciones culturales o religiosas.
  • Educación nutricional culturalmente sensible: Desarrollar programas de educación nutricional que tengan en cuenta las prácticas alimenticias y las creencias culturales. Esto ayuda a las personas a comprender cómo hacer elecciones alimenticias saludables dentro de su contexto cultural.
  • Incorporar alimentos locales y de temporada: Fomentar el consumo de alimentos locales y de temporada puede ser beneficioso tanto para la salud como para la sostenibilidad. Además, esto se alinea con muchas prácticas alimenticias tradicionales que han evolucionado para aprovechar los productos disponibles en la región. En España contamos con una gran diversidad de producción agrícola y ganadera gracias a la cual contamos con alimentos ricos en nutrientes.
  • Promover la diversidad alimentaria: Animar a la diversidad en la dieta es esencial para garantizar una ingesta equilibrada de nutrientes. Esto puede incluir la exploración de alimentos tradicionales menos conocidos pero nutritivos.
  • Celebrar festivales y eventos culturales con alimentos: Integrar la comida en celebraciones culturales y eventos fortalece los lazos entre la alimentación y la identidad cultural. Esto puede hacer que las personas se sientan más conectadas con sus tradiciones y al mismo tiempo promover elecciones alimenticias saludables. España es un país con una gran diversidad de festividades en las cuales comemos alimentos tradicionales. Incluirnos en nuestra alimentación es una manera de integrarnos en la nueva sociedad.
  • Abordar desafíos específicos de salud: Reconocer y abordar los desafíos de salud específicos dentro de una comunidad cultural. Algunas comunidades pueden enfrentar problemas de salud específicos relacionados con la dieta, y es importante abordar estos problemas de manera culturalmente sensible.
  • Fomentar la cocina casera: Promover la preparación de alimentos en casa puede ser una forma efectiva de mantener las tradiciones culinarias y al mismo tiempo controlar la calidad de los ingredientes y las porciones.
  • Adaptarse a cambios culturales: Reconocer que las culturas evolucionan y cambian con el tiempo, y que los hábitos alimenticios también pueden cambiar. Adaptarse a estos cambios culturales sin perder de vista la importancia de la salud nutricional es crucial.
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En resumen, la consulta con un nutricionista al mudarte a otro país puede ser fundamental para garantizar que mantengas una dieta equilibrada, saludable y adaptada a tu nueva situación. Encontrar un equilibrio entre la dieta y la cultura implica respetar y celebrar las prácticas alimenticias tradicionales mientras se promueven elecciones que sean beneficiosas para la salud y sostenibles a largo plazo.

Sobre la autora

Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.

Adriana Martín Peral
Departamento de Nutrición
Adriana Martín Peral
Nutricionista
Niños, adolescentes y adultos
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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¿Por qué tengo hambre continuamente y cómo evitarlo?

¿Por qué tengo hambre continuamente y cómo evitarlo?

La sensación de hambre puede tener diversas causas, y entenderlas puede ayudarte a manejar mejor tu alimentación. Algunas razones comunes por las cuales podrías sentir hambre son las propias necesidades fisiológicas, una falta de hidratación, factores emocionales o lo que suelo ver más en consulta, unos niveles bajos de glucosa en sangre.

La glucosa es un tipo de azúcar simple que sirve como fuente principal de energía para muchas células del cuerpo. Es un monosacárido, lo que significa que es una molécula de azúcar compuesta por un solo tipo de unidad de azúcar. La glucosa es esencial para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano, ya que proporciona la energía necesaria para llevar a cabo diversas funciones celulares y metabólicas. Cuando esta glucosa está baja en sangre, nuestro cuerpo quiere aumentarla para poder tener energía.

Cuando consumes alimentos que contienen carbohidratos, como azúcares y almidones, tu cuerpo descompone estos compuestos en glucosa durante la digestión. La glucosa luego circula en el torrente sanguíneo y es transportada a las células para su uso inmediato como fuente de energía o se almacena en el hígado y los músculos en forma de glucógeno para un uso futuro.

La regulación cuidadosa de los niveles de glucosa en la sangre es crucial para mantener la salud. La hormona insulina, producida por el páncreas, desempeña un papel clave en este proceso, facilitando la entrada de la glucosa en las células y ayudando a mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal. Problemas en la regulación de la glucosa, como la diabetes, pueden tener consecuencias significativas para la salud.

¿Cuándo aumenta o disminuye la glucosa en sangre?

La glucosa en sangre tiende a subir y bajar en respuesta a varios factores, y tenemos que entender y ser conscientes de que es un proceso normal en el cuerpo. Aquí hay algunas situaciones comunes en las que los niveles de glucosa en sangre pueden fluctuar:

  • Después de Comer (Postprandial): después de una comida, los niveles de glucosa en sangre tienden a aumentar debido a la absorción de glucosa desde los alimentos en el sistema digestivo. Esto es parte de la respuesta natural del cuerpo a la ingesta de alimentos. Sin embargo, una comida que no esté equilibrada proporcionará una desregulación de estos niveles de glucosa y hará que tengamos hambre antes de lo normal.
  • Ayuno o Prolongado Período Sin Comer: durante el ayuno o si pasa mucho tiempo entre comidas, los niveles de glucosa en sangre pueden disminuir a medida que el cuerpo utiliza la glucosa almacenada para obtener energía.
  • Ejercicio: la actividad física puede reducir los niveles de glucosa en sangre, ya que los músculos utilizan la glucosa como fuente de energía durante el ejercicio.
  • Estrés: el estrés puede afectar los niveles de glucosa en sangre. En situaciones de estrés, el cuerpo puede liberar hormonas que aumentan los niveles de glucosa para proporcionar energía adicional.
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¿Cómo afecta a nuestro cuerpo las oscilaciones de glucosa en nuestra sangre?

Las oscilaciones en los niveles de glucosa en sangre pueden tener varios efectos en el cuerpo y la salud, especialmente si estas oscilaciones son extremas o se producen de manera frecuente. Aquí hay algunas formas en las que las fluctuaciones en los niveles de glucosa pueden afectar:

Fatiga y Energía:

Niveles bajos de glucosa en sangre pueden llevar a fatiga y debilidad, ya que las células no reciben suficiente energía para funcionar correctamente.

Niveles altos de glucosa pueden causar fatiga debido a la resistencia a la insulina, donde las células tienen dificultades para utilizar la glucosa disponible.

Estas continúas subidas y bajadas de glucosa en sangre provocarán en nuestro cuerpo unos picos de energía momentáneos continuados de un cansancio extremo. Es algo que muchos piensan que es normal en el día a día, pero no es así. Mantener unos niveles regulares de glucosa en sangre hará que nuestra energía también se mantenga estable.

Cambios de Humor:

Oscilaciones en los niveles de glucosa pueden afectar el estado de ánimo. Los niveles bajos de glucosa pueden causar irritabilidad y cambios de humor, mientras que los niveles altos pueden estar asociados con fatiga y letargo. Cuando estamos con uno niveles bajos de glucosa en sangre, apáticos, buscamos comida que nos haga sentir mejor, normalmente dulce, que hará que estos niveles de glucosa se eleven rápidamente.

Problemas Cognitivos:

Niveles bajos de glucosa pueden afectar la función cerebral y la concentración. Esto es especialmente importante porque el cerebro depende en gran medida de la glucosa como fuente de energía. En personas con déficit de atención, autismo, u otras patologías cognitivas, mantener niveles de glucosa regulares hará que no se exageren estos problemas.

Síntomas Físicos:

Oscilaciones extremas pueden causar síntomas físicos como temblores, sudoración, mareos y en casos más graves, desmayos.

Daño a Órganos y Tejidos:

Niveles elevados de glucosa a largo plazo, como en el caso de la diabetes mal controlada, pueden contribuir al daño de órganos y tejidos, incluyendo los ojos, los riñones, los nervios y los vasos sanguíneos.

Aumento del Riesgo Cardiovascular:

Las fluctuaciones frecuentes en los niveles de glucosa, especialmente si son extremas, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Problemas Metabólicos:

Oscilaciones frecuentes pueden contribuir a la resistencia a la insulina, lo que puede llevar al desarrollo de la diabetes tipo 2.

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¿Qué podemos hacer para evitar oscilaciones de glucosa y mantener el hambre a raya?

Si comenzamos nuestro día con un desayuno rico en carbohidratos refinados (pan blanco, bollería, galletas o incluso cereales sacados de una caja) o un zumo de naranja, nuestra glucosa se disparará desde primera hora de la mañana. Esto conllevará una consiguiente bajada en sangre y por lo tanto, un aumento del apetito a media mañana (¿te suena, no?). Nuestro cuerpo es sabio, y una vez conseguido ese aumento de glucosa desde primera hora de la mañana, buscará siempre que lo mantengas tan elevado, pero no es saludable.

Mantener el hambre a raya implica adoptar hábitos alimenticios y de estilo de vida que ayuden a controlar el apetito. Algunas estrategias que pueden ayudarte a mantener el hambre bajo control:

  • Comer Comidas Equilibradas: incluye proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables en cada comida. Estos nutrientes proporcionan una sensación de saciedad y ayudan a mantener los niveles de energía estables. Guíate por el Plato de Harvard para comer y cenar, ajustando proporciones a tu actividad física, peso altura y objetivos.
  • Consumir Fibra: los alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, granos enteros y legumbres, son más satisfactorios y pueden ayudar a mantener el hambre a raya al aumentar la sensación de saciedad.
  • Hidratación Adecuada: a veces, la sed puede ser confundida con hambre. Beber suficiente agua durante el día puede ayudar a mantener el hambre bajo control.
  • Evitar Azúcares y Carbohidratos Refinados: los alimentos con alto contenido de azúcares simples y carbohidratos refinados pueden llevar a fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre, lo que puede aumentar el apetito. Opta por fuentes de carbohidratos más saludables.
  • Incluir Snacks Saludables: no pasa nada si sientes hambre entre comidas, elige snacks saludables y saciantes, como frutas, yogur griego, nueces o vegetales con hummus.
  • Dormir Suficiente: la falta de sueño puede afectar las hormonas que regulan el hambre y el apetito. Intenta asegurarte de obtener suficientes horas de sueño cada noche.
  • Gestionar el Estrés: el estrés puede afectar el apetito. Practicar técnicas de manejo del estrés, como la meditación o el yoga, puede ayudar a controlar el hambre emocional.
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Recuerda que cada persona es única, y puede ser útil experimentar con diferentes enfoques para encontrar lo que funcione mejor para ti. Un modelo de alimentación saludable pasa por comer 3 veces al día, 5 o incluso 2. Sentir hambre es normal, es un proceso fisiológico. Sin embargo, si experimentas una sensación constante e inusual de hambre, o si hay cambios significativos en tu apetito sin una causa evidente, podría ser útil consultar a un nutricionista para obtener orientación personalizada.

Sobre la autora

Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.

Adriana Martín Peral
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Adriana Martín Peral
Nutricionista
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¿Cómo se aborda un TCA desde el punto de vista nutricional?

¿Cómo se aborda un TCA desde el punto de vista nutricional?

Un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) es un término que engloba varios tipos de trastornos relacionados con los hábitos y comportamientos alimentarios de una persona. Los TCA incluyen los trastornos alimentarios como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, explicados en este artículo, pero también pueden abarcar otras afecciones que no se ajustan claramente a estas categorías específicas.

Los TCA se caracterizan por una relación disfuncional con la comida y pueden involucrar preocupaciones obsesivas sobre el peso corporal, la imagen corporal y la alimentación. Estos trastornos pueden afectar tanto la salud física como la salud mental de una persona y a menudo requieren intervención y tratamiento profesional.

Algunos ejemplos adicionales de trastornos de la conducta alimentaria que pueden entrar en la categoría de TCA incluyen:

  • Ortorexia: Un enfoque obsesivo en la elección de alimentos considerados saludables, con restricciones extremas y ansiedad en torno a los alimentos "no saludables".
  • Vigorexia: También conocida como dismorfia muscular, es una preocupación obsesiva por ser musculoso y fuerte, lo que puede llevar a un exceso de ejercicio y consumo de suplementos.
  • Trastorno de la alimentación nocturna: Las personas con este trastorno tienen episodios de ingesta excesiva de alimentos durante la noche.
  • Pica: Un comportamiento de comer cosas que no son alimentos, como tierra, tiza o cabello.
  • Rumia: La repetición involuntaria de la regurgitación de alimentos, que luego pueden volver a ser masticados, vuelto a tragar o escupidos.

Es importante destacar que los TCA pueden ser peligrosos y tener consecuencias graves para la salud si no se tratan adecuadamente. Es fundamental acudir a consulta médica para realizar una primera evaluación sobre la situación, así como a un nutricionista que pueda ayudarnos a afrontar y superar nuestro problema de alimentación.

¿Cómo se aborda un TCA desde el punto de vista nutricional? 2

¿Cómo es una consulta con un nutricionista para superar un TCA?

Un nutricionista desempeña un papel fundamental en el tratamiento de los trastornos alimenticios como parte de un equipo de atención médica interdisciplinario. Su objetivo es ayudar a los individuos a establecer una relación saludable con la comida, mejorar su ingesta nutricional y abordar los aspectos físicos de la recuperación. Aquí hay algunas de las principales acciones que un nutricionista realiza en el tratamiento de un trastorno alimenticio:

  • Evaluación nutricional: El nutricionista comienza por realizar una evaluación detallada de la historia clínica, los hábitos alimenticios, los patrones de ejercicio y la composición corporal del paciente. Esta evaluación ayuda a comprender la gravedad del trastorno alimenticio y a determinar los problemas nutricionales específicos.
  • Planificación de comidas y pautas dietéticas: El nutricionista trabaja en conjunto con el paciente para desarrollar un plan de comidas equilibrado y personalizado. Esto implica establecer objetivos de ingesta calórica, distribución de macronutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas) y selección de alimentos saludables.
  • Educación nutricional: Proporciona educación sobre la nutrición y la importancia de una alimentación equilibrada. Ayuda al paciente a comprender cómo los alimentos afectan su salud física y emocional.
  • Monitoreo y apoyo: El nutricionista trabaja de cerca con el paciente para realizar un seguimiento regular de su progreso y ajustar el plan de comidas según sea necesario. También ofrece apoyo emocional y refuerza la importancia de mantener hábitos alimenticios saludables.
  • Introducción gradual de alimentos: En algunos casos, especialmente en trastornos alimenticios como la anorexia nerviosa, el nutricionista ayuda al paciente a reintroducir gradualmente alimentos que hayan evitado o restringido durante mucho tiempo, asegurándose de que lo hagan de manera segura.
  • Manejo de la ansiedad alimentaria: Ayuda al paciente a desarrollar estrategias para manejar la ansiedad y los temores relacionados con la comida, lo que puede incluir técnicas de exposición gradual.
  • Trabajo en equipo: Colabora estrechamente con otros profesionales de la salud, como terapeutas, psicólogos y médicos, para garantizar un enfoque integral en el tratamiento del trastorno alimenticio.
  • Educación sobre el autocuidado: Enseña a los pacientes habilidades para el autocuidado relacionadas con la alimentación y el mantenimiento de una relación positiva con la comida a largo plazo.
  • Prevención de recaídas: Una vez que se ha logrado la estabilización y la recuperación inicial, el nutricionista trabaja con el paciente para prevenir recaídas y mantener hábitos alimenticios saludables a largo plazo.

Es importante destacar que el tratamiento de los trastornos alimenticios es un proceso multidisciplinario y que la terapia nutricional es solo una parte de la atención integral. La atención médica y psicológica también son esenciales para abordar los aspectos físicos y psicológicos de los trastornos alimenticios.

¿Cómo se aborda un TCA desde el punto de vista nutricional? 3

¿Es importante entonces trabajar con un nutricionista y un psicólogo a la vez para abordar un TCA?

La relación entre la nutrición y la psicología es muy estrecha y compleja. La forma en que comemos y nuestra dieta pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental y emocional, y a su vez, nuestros estados emocionales y psicológicos pueden influir en nuestros hábitos alimenticios y elecciones dietéticas. Es por ello que el trabajo conjunto de un nutricionista y un psicólogo es esencial en el tratamiento de trastornos alimenticios y otros problemas relacionados con la alimentación. Ambos profesionales aportan sus conocimientos y habilidades para abordar tanto los aspectos nutricionales como los psicológicos de estos trastornos.

Tras una evaluación inicial, donde ambos profesionales realizan análisis de la situación, éstos se ponen en contacto para la coordinación del tratamiento. El nutricionista y el psicólogo trabajan juntos para desarrollar un plan de tratamiento integral y coordinado. Esto implica establecer objetivos nutricionales y emocionales, así como un enfoque conjunto para abordar las necesidades del paciente. Es importante que exista una comunicación regular para compartir información relevante sobre el paciente. Esto les permite ajustar el tratamiento según sea necesario y garantizar una atención coherente.

El apoyo emocional por parte del psicólogo es fundamental para ayudar a identificar y manejar los sentimientos y emociones relacionadas con la alimentación y el trastorno alimenticio. Por otro lado, el nutricionista educará al paciente sobre la importancia de la nutrición equilibrada y la relación entre la salud física y mental con herramientas que el psicólogo le haya proporcionado.

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En conclusión, detectar un trastorno alimenticio puede ser desafiante, pero es esencial prestar atención a las señales y los síntomas que puedan indicar la presencia de un problema. La detección temprana y la intervención son cruciales para la recuperación.

Es importante recordar que la recuperación de un TCA es un proceso gradual y que cada persona es única. La recuperación puede llevar tiempo y esfuerzo, pero es posible. Es crucial buscar ayuda lo antes posible y mantener un compromiso continuo con el tratamiento y el apoyo a lo largo del camino hacia la recuperación. La recuperación total es un objetivo alcanzable, y muchas personas han logrado superar los TCA con el apoyo adecuado.

En este tipo de casos, la relación entre la nutrición y la psicología cobra una importancia significativa. Los hábitos alimenticios y la salud mental están estrechamente interconectados, y ambos pueden influenciarse mutuamente de diversas maneras. Es fundamental comprender cómo los factores psicológicos pueden afectar nuestros patrones alimenticios y cómo nuestras elecciones alimenticias pueden impactar nuestra salud mental y emocional.

Sobre la autora

Adriana Martín es nutricionista clínica en Sinews. Atiende tanto a adultos, como adolescentes y niños que buscan mejorar su salud a través de la alimentación. Está especializada en salud pública y también trata TCA, SIBO, enfermedades crónicas y otras patologías, así como ganancia de masa muscular o pérdida de peso. Su enfoque no consiste en pautar menús cerrados, sino en hacer entender la importancia de la nutrición en cada etapa de la vida a través de diferentes herramientas.

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