Signos de alarma en dislexia para padres y madres

La dislexia es un trastorno neurobiológico que afecta a la habilidad de leer de forma fluida y precisa, comprender la lectura o a la ortografía. Está englobada dentro de los trastornos de aprendizaje y afecta entre el 5% y el 10% de la población infantil. No está relacionado con la inteligencia, pero si puede afectar a la autoestima de las personas (Odegard et al., 2024; Snowling & Hulne, 2024).

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de la lectura, es de origen neurobiológico y tiene un componente hereditario. Se encuentra principalmente afectado el procesamiento fonológico, esto es el proceso que se encarga de asociar los fonemas con los grafemas, por eso se producen errores al leer o escribir palabras (Catts et al., 2024).

Según la Asociación Internacional de Dislexia, la dislexia es una forma de neurodivergencia, es decir, es una forma diferente de procesar la información. Por tanto, acompañará a las personas durante toda su vida. Durante la etapa escolar, las dificultades suelen estar más presentes ya que la lectura y la escritura son las vías principales en las que se basa el aprendizaje. A pesar de esto, con una reeducación adecuada, las dificultades pueden minimizarse con el aprendizaje de estrategias. (Odergard et al., 2024).

La dislexia se entiende como un continuo de dificultades. No es blanco o negro, cada persona presenta unas dificultades y unos puntos fuertes, tiene una gran gama de grises. Se ve afectada por factores de riesgo, como pueden ser: la presencia de historia familiar, dificultades en el lenguaje oral o dificultades relacionadas con la conciencia fonológica. Por otro lado, se encuentran los factores de resiliencia: buena memorial verbal, un vocabulario amplio y el apoyo familiar (Catts & Petscher, 2022).

La presencia de buenas habilidades de comprensión y expresión oral pueden compensar las dificultades presentes con el lenguaje escrito, esto puede hacer que el diagnóstico se retrase. Por eso es de gran importancia observar el comportamiento del niño cuando lee. La presencia de frustración, baja autoestima, un alto nivel de ansiedad y de esfuerzo pueden demostrar la presencia de una dificultad con la lectura (Donolato et al, 2022; Francis et al., 2019).

Los padres son las personas que conviven y hacen los deberes o practican con los niños. Por tanto, pueden notar algunos de los signos de alarma, especialmente aquellos presentes en las etapas iniciales del desarrollo.

Se debe tener en cuenta que estos signos pueden ser parte del proceso de aprendizaje, pero deben ser tenidos en cuenta si son muy marcados o si persisten más allá de 6 meses, ya que pueden ser indicadores de una dificultad a la hora de adquirir la lectura (British Dyslexia Association, 2023).

En esta etapa se hacen más evidentes las dificultades de la lectura. Los signos más relevantes son:

Como se ha mencionado anteriormente, la dislexia no desaparece, es algo que acompaña a la persona toda la vida. Sin embargo, las personas desarrollan estrategias que les ayudan a compensar sus dificultades. Algunas de las dificultades que pueden persistir son:

Los estudios demuestran que una detección e intervención tempranas permiten obtener mejores resultados ya que se enseñan estrategias y apoyan las necesidades antes de que las personas vean afectadas su autoestima o desarrollen rechazo hacia la escuela o la lectura.

Los padres tienen un papel fundamental ya que son las personas que mejor conocen los desafíos a los que se enfrentan sus hijos. Por otro lado, tienen un papel esencial a la hora de apoyar y son el soporte emocional de los menores.

Una de las preguntas y preocupaciones más frecuentes de los padres es saber cómo apoyar a sus hijos desde casa. El apoyo de los padres es fundamental para potenciar el desarrollo lingüístico y lector. Este apoyo se centrará en estimular las habilidades fonológicas, la lectura y la autoestima.

Es fundamental identificar los signos de dislexia de forma temprana. Esto permitirá iniciar una evaluación e intervención de forma temprana, lo que ayudará al menor a desarrollar estrategias que le ayudarán a la hora de desempeñar su función de estudiante. Además, está demostrado que cuanto antes se comience el apoyo y el tratamiento, más efectivó será.

La dislexia está englobada dentro de la neurodivergencia y se caracteriza por tener una forma diferente de procesar la información. Los niños con dislexia pueden desarrollar su máximo potencia, contando siempre con el tratamiento, intervención y adaptaciones adecuadas y ajustadas a sus necesidades.

Los padres tienen un papel fundamental a la hora de observar y actuar, ya que son las personas que mejor conocen los retos a los que se enfrentan sus hijos. Además, cuentan con un papel privilegiado para apoyar la intervención desde casa a través de juegos, así como ofrecer apoyo emocional y fomentar el amor por la lectura.