Por Tommy Norheim psicólogo del equipo clínico de SINEWS. Tommy tiene amplia experiencia en el ámbito de la atención a domicilio de pacientes con enfermedad mental grave en su país de origen, Noruega, y posteriormente durante sus prácticas en el Máster en Psicología General Sanitaria en SINEWS.

Hoy en día, en la era de la información, las figuras existentes en el área de salud son muy conocidos por toda la población, figuras cómo los profesionales de la medicina, la enfermería, fisioterapia, psicología, auxiliares de distintos tipos, etc. Pero aun con la enorme cantidad de información que tenemos sobre estos expertos sigue habiendo algunas que no son tan conocidas, y en este artículo intentaré arrojar luz sobre una de ellas que a mi entender sigue sin ser conocida del todo, específicamente la del acompañante terapéutico, las funciones que desempeña y cómo se hace desde el área de la psicología.

Un acompañante terapéutico es un profesional de la salud que desempeña la labor de auxiliar a una persona con problemas de salud, ya sea física o mental, en aquellos ámbitos donde no pueda desenvolverse con autonomía, normalmente en un ámbito distinto al contexto clínico u hospitalario como podría ser el hogar familiar, la escuela, el trabajo, etc. Muy frecuentemente, los casos donde se dan estas labores son con personas que sufren trastornos mentales graves, trastornos del desarrollo, trastornos del espectro autista, personas discapacitadas por movilidad reducida u otras problemáticas que limitan las capacidades de desenvolverse.

A diferencia de las terapias en contextos clínicos u hospitalarios, el trabajo principal de un acompañante terapéutico es, valga la redundancia, acompañar a la persona en los ámbitos donde tiene los problemas específicos, asegurándose de supervisar las actividades que puede hacer por sí mismo y ayudando, en forma de guía más que sustitución, en las actividades que resultan difíciles.

Una vez explicado y comprendido lo que es un acompañante terapéutico (en general), cabe preguntarse qué papel puede desempeñar un profesional de la psicología que ejerce esta función, qué tipo de problemáticas puede resolver un psicólogo acompañando a una persona durante sus quehaceres diarios que le resultan problemáticos.

A día de hoy todavía hay mucha desinformación respecto al papel de la psicología en la sociedad aunque en general el público se empiece a formar una idea sobre lo qué  sería la terapia psicológica, y de manera resumida podríamos decir que consiste en la terapia del habla, describir con palabras las diferentes problemáticas que tiene una persona en su vida diaria (respecto a hábitos, estado emocional, pensamientos, relación con las demás personas, etc.) para que el profesional te ayude a encontrar la manera de cambiar, mejorar, o aceptar el problema con el que viene, pero todo esto se realiza en consulta. En la inmensa mayoría de los casos, el terapeuta no tiene información con la que trabajar más allá que la provista por su cliente mediante lo hablado, la cual aun siendo de un valor incalculable puede en ocasiones dificultar la tarea de ayudar por información relevante que pueda perderse u omitirse. A continuación, expondré groso modo un ejemplo de cómo puede mejorar un tratamiento si se desempeña la función de acompañante desde el área de la psicología, usando para ello un ejemplo bastante típico, la depresión.

Caso 1

Una persona acude a consulta con un problema de depresión aguda que lleva desarrollándose varios meses. Pongamos que las conductas problemáticas que presenta son las siguientes: sensación de tristeza constante, falta de apetito, falta de encuentros y comunicación social, y una falta general de motivación para hacer cosas. Al evaluar todas las problemáticas, hablando con la persona, encontramos que aparenta no haber una ‘razón’ detrás de todo esto, simplemente empezó a ser así poco a poco y se siente incapaz de cambiar lo que ocurre. Vamos a centrarnos en el ámbito social para este ejemplo, consideremos que le preguntamos a la persona que es lo que siente y piensa cuando la contactan para salir con sus amigos o realizar algún otro tipo de encuentro social y nos cuenta que no siente o piensa nada en particular, simplemente ocurre que no siente ninguna motivación para ello y decide no hacerlo, lo cual está influido también por su estado general de tristeza y la falta de apetito. Para contribuir a cambiar esto, el terapeuta probablemente intentaría diseñar y establecer un plan de acción donde la persona tendría que decir que sí a quedar con alguien aunque la motivación no sea alta, y que antes de ello coma algo para tener energías para lo que le espera, pero este diseño estaría basado únicamente en la información dada por la paciente, que aún siendo incalculable como ya hemos dicho, podría estar omitiendo algunas partes importantes por algún motivo (entre ellas, que no sepa que es importante al no tener formación en psicología).

Caso 2

Ahora, cambiemos la perspectiva y supongamos que en vez de hacer la intervención desde el contexto clínico vamos directamente a la casa de la persona como acompañantes terapéuticos. Supongamos que llegamos a la casa a primera hora de la mañana para estar con la persona, nada más llegar la llaman para salir a desayunar e inmediatamente dice que no, poniéndose nerviosa. Al preguntarle que piensa dice que no puede hacerlo, se encuentra mal y no quiere las personas la vean así, se pregunta que dirán de ella o que pensarían, teniendo una respuesta de ansiedad ante esta idea, pero al preguntarle como se encuentra dice que está bien (no es consciente de la respuesta que tiene ante la situación). Más tarde, le proponemos a la persona sobre arreglar la casa (suponiendo que por la inactividad no está arreglada) y vemos que la persona se paraliza, empieza a ver todo lo que hay que hacer y no sabe por donde empezar, ve una carga de trabajo tan grande que juntado con la falta de motivación que tiene la paraliza, al preguntarle que piensa dice que son demasiadas cosas que hacer, que se cansaría hasta el punto de que ya no podría hacer nada más (pensamiento que a lo mejor podría omitir en la clínica al no darle importancia o no recordar que lo piensa), siendo nuestro trabajo aquí guiarle y decirle que se puede hacer la actividad una a una, no hace falta hacerlo todo el mismo día.

Como se habrá podido observar, en la función de acompañante se podría recibir una cantidad de información incalculable que en otro contexto podría omitirse por diversos motivos, lo cual muestra el valor de la función del acompañante terapéutico y el papel que desempeña. Como ya se ha dicho, la función de este profesional y los papeles que podrían desempeñar no son muy conocidas hoy en día, tanto en la población general como por los profesionales de la salud, razón por la cual una buena opción para ambas poblaciones de aprender sobre ello, en caso de que esta pequeña introducción llame la atención, sería el libro de Leonel Dozza de Mendoça titulado ‘Acompañamiento terapéutico y clínica de lo cotidiano’. En este libro, Leonel no solo explica las diferentes funciones del acompañante con un lenguaje comprensible para todas las poblaciones, sino que describe y fundamenta las razones por las que la figura del acompañante terapéutico es y será una necesidad en nuestra sociedad, los beneficios que tiene y porque apostar por estos profesionales es una inversión necesaria en muchos casos actuales.

Tommy Gyran Norheim
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Tommy Gyran Norheim
Psicólogo
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y noruego
Ver su Curriculum