Debido al “día de la infancia” se me pidió que elaborara un artículo en relación al bienestar emocional en la infancia y adolescencia. El concepto “bienestar emocional” es de uso habitual en nuestra profesión pero cuando me paré a pensar con detenimiento me di cuenta que es un concepto que se ha convertido en “cajón de sastre” para casi cualquier tema que incluya emociones.

Espero que este artículo ayude a comprender qué es y cómo podemos ayudar a nuestras personitas a elaborar un estado de bienestar que les ayude en su continuo desarrollo a lo largo de la vida.

¿Qué es el bienestar emocional?

Puede ser que cuando pensemos en bienestar emocional, creamos de que se trata de tener un estado constante de calma y alegría.  Este sería nuestro primer error, el bienestar emocional supone la aceptación de las emociones que vayan surgiendo, sean estas buenas o malas, y saber cómo manejarlas conforme surgen. En otras palabras, nuestro objetivo no es que nuestros hijos no sientan tristeza, soledad, angustia, etc. Damos por hecho que estas emociones surgirán, pero el objetivo es que sean capaz de sentir estas emociones y permitir que sigan su curso, sin quedarse estancados en ellas.

Según la OMS, el bienestar emocional es un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente, y es capaz de hacer una contribución a la comunidad”.

Esta definición nos introduce un segundo concepto a la definición: la funcionalidad. Es decir, que la persona pueda funcionar en su día  a día. Que el niño o adolescente pueda acudir a clase, quedar con amigos, formar parte de la vida familiar y realizar aquellas actividades que él quiera sin dificultad y teniendo una sensación de disfrute y de estar aportando algo a su mundo/ su realidad.

Con todo esto podemos decir que el bienestar emocional supone (1) el manejo y aceptación de las emociones; y (2) la capacidad de manejarse y disfrutar en las actividades del día a día.

¿Qué elementos afectan al bienestar emocional?

Como sucede en prácticamente todos los ámbitos de la salud mental, hay ciertas áreas que son la base de un estado emocional óptimo:

Capacidad de manejo emocional

Como ya se ha mencionado anteriormente , es esencial la sensación de capacidad de manejo de emociones. Sentir que si me siento triste, solo, nervioso, etc., puedo afrontarlo y sé qué hacer.

Para lograr esto, es importante que los padres, o personas a cargo de los menores, hagan de ejemplo. Que en casa se normalice el estar triste, enfadado, tener un mal día o compartir las alegrías. Que se vea que las emociones son un aspecto más de la vida y que puedo expresar cómo me siento y permitirme sentirlo.

Al mismo tiempo se enseñan formas adecuadas de expresión: puedo salir a correr, pegar a un cojín, hacer técnicas de respiración o escribir cuando la emoción está en su punto alto (en referencia a esto, hay otros artículos muy interesantes escritos por compañeros de Sinews que podrán encontrar en el blog). Y será cuando la emoción vuelve a un punto más relajado cuando podemos hablar de lo que haya sucedido.

Estrés 

El estrés se define como un “estado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normal”. El estrés puede ser positivo para el ser humano, niveles moderados de estrés por un periodo corto de tiempo nos pueden empujar a desempeñar y realizar tareas que no haríamos de otra manera. Si no siento un poco de estrés porque tengo un examen, no me voy a sentar a estudiar.

El estrés se vuelve dañino cuando se extiende por un periodo largo de tiempo y siento que la demanda de ambiente supera a mis capacidades. Es en este momento cuando puedo sentirme arrinconado y victima de mi vida.

Por esta razón es importante manejar de forma óptima el estrés académico. Es importante que entiendan que los resultados académicos no reflejan su valor como personas, los estudios escolares son un paso para alcanzar otros objetivos, no tienen más significado que ese. Y si hace falta ayuda, eso no es un fracaso, es un éxito el saber pedir ayuda cuando hace falta. 

Es importante no agregar mayor tensión a un sistema educativo que está diseñado para crear competitividad y tensión con la idea de que aprendan a desenvolverse en este mundo. Pero si no hay un colchón en casa que les recuerde que “pase lo que pase, todo estará bien” pueden surgir dificultades en el bienestar emocional.

Sueño, ejercicio físico y alimentación

Este trío supone la base del autocuidado: aprender a alimentarse de manera adecuada, a priorizar el número necesario de horas de sueño, e incluir en nuestros día a día actividades de ejercicio físico o actividades placenteras que realizo por el simple placer de hacerlas, son pautas esenciales para que puedan establecer las bases del autocuidado de adultos.

Relaciones Sociales

La imagen que creo de mi mismo y mi identidad se irá creando conforme lo que vea reflejado en otros acerca de mi. Por ello, es importante que los niños y adolescentes puedan disfrutar de actividades con sus grupos de pares. Ir descubriendo qué me gusta y qué no, cómo relacionarme, cómo mantener amistades, y lograr un sentido de pertenencia será la base para una identidad sólida y segura en un futuro.

Como Padres ¿Qué hacemos?

El mayor reto como padres es conseguir el equilibrio entre permitir que exploren el mundo y vayan siendo autónomos, y ser una figura presente que siempre está ahí para acoger cuando el mundo se vuelve muy oscuro. Habrá veces que se vea que se van a dañar pero no se puede más que ser una figura constante que les querrá pase lo que pase.

En psicología nunca hablamos de “la buena madre” o “la madre perfecta”, nuestra aspiraciones es lograr “la madre suficientemente buena”. Ser capaces de permitir la expresión individual de nuestros hijos, darles espacio, marcar los límites necesarios y estar presente es todo lo que se puede intentar. Será a través de la constancia y el ejemplo que los niños aprendan.

Finalmente quiero hacer mención a la base de todo ser humano- la necesidad de sentirnos queridos y aceptados. La base de nuestra valía será establecida por nuestros padres y tener una sensación de ser aceptado incondicionalmente es crucial para el bienestar emocional. Enseñar la diferencia entre hacer y ser, o sentir y ser, será clave. Pueden cometer errores o no hacer lo que nosotros queramos, pero eso no les quita valor. De una forma similar, pueden sentirse mal o desvalidos, pero eso no significa que lo sean.

Ir entrenando la mente desde pequeñitos para no caer en sus trampas es el mayor regalo que les podemos hacer junto con aceptarlos incondicionalmente: quererlos por quienes son, con su forma de ser y estar en el mundo, sin querer amoldarlos a nuestro antojo. Lo que no quiere decir que dejemos de ser sinceros o que dejemos de indicar aquello que no nos parece bien, pero a pesar de todo que sepan que estaremos presentes.

Andrea Moreno
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Andrea Moreno
Psicóloga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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