Bienestar Emocional en niƱos y Adolescentes

Bienestar Emocional en NiƱos y Adolescentes

Debido al ā€œdĆ­a de la infanciaā€ se me pidiĆ³ que elaborara un artĆ­culo en relaciĆ³n al bienestar emocional en la infancia y adolescencia. El concepto ā€œbienestar emocionalā€ es de uso habitual en nuestra profesiĆ³n pero cuando me parĆ© a pensar con detenimiento me di cuenta que es un concepto que se ha convertido en ā€œcajĆ³n de sastreā€ para casi cualquier tema que incluya emociones.

Espero que este artĆ­culo ayude a comprender quĆ© es y cĆ³mo podemos ayudar a nuestras personitas a elaborar un estado de bienestar que les ayude en su continuo desarrollo a lo largo de la vida.

ĀæQuĆ© es el bienestar emocional?

Puede ser que cuando pensemos en bienestar emocional, creamos de que se trata de tener un estado constante de calma y alegrĆ­a.Ā  Este serĆ­a nuestro primer error, el bienestar emocional supone la aceptaciĆ³n de las emociones que vayan surgiendo, sean estas buenas o malas, y saber cĆ³mo manejarlas conforme surgen. En otras palabras, nuestro objetivo no es que nuestros hijos no sientan tristeza, soledad, angustia, etc. Damos por hecho que estas emociones surgirĆ”n, pero el objetivo es que sean capaz de sentir estas emociones y permitir que sigan su curso, sin quedarse estancados en ellas.

SegĆŗn la OMS, el bienestar emocional es un ā€œestado de Ć”nimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructĆ­feramente, y es capaz de hacer una contribuciĆ³n a la comunidadā€.

Esta definiciĆ³n nos introduce un segundo concepto a la definiciĆ³n: la funcionalidad. Es decir, que la persona pueda funcionar en su dĆ­aĀ  a dĆ­a. Que el niƱo o adolescente pueda acudir a clase, quedar con amigos, formar parte de la vida familiar y realizar aquellas actividades que Ć©l quiera sin dificultad y teniendo una sensaciĆ³n de disfrute y de estar aportando algo a su mundo/ su realidad.

Con todo esto podemos decir que el bienestar emocional supone (1) el manejo y aceptaciĆ³n de las emociones; y (2) la capacidad de manejarse y disfrutar en las actividades del dĆ­a a dĆ­a.

ĀæQuĆ© elementos afectan al bienestar emocional?

Como sucede en prĆ”cticamente todos los Ć”mbitos de la salud mental, hay ciertas Ć”reas que son la base de un estado emocional Ć³ptimo:

Capacidad de manejo emocional

Como ya se ha mencionado anteriormente , es esencial la sensaciĆ³n de capacidad de manejo de emociones. Sentir que si me siento triste, solo, nervioso, etc., puedo afrontarlo y sĆ© quĆ© hacer.

Para lograr esto, es importante que los padres, o personas a cargo de los menores, hagan de ejemplo. Que en casa se normalice el estar triste, enfadado, tener un mal dĆ­a o compartir las alegrĆ­as. Que se vea que las emociones son un aspecto mĆ”s de la vida y que puedo expresar cĆ³mo me siento y permitirme sentirlo.

Al mismo tiempo se enseƱan formas adecuadas de expresiĆ³n: puedo salir a correr, pegar a un cojĆ­n, hacer tĆ©cnicas de respiraciĆ³n o escribir cuando la emociĆ³n estĆ” en su punto alto (en referencia a esto, hay otros artĆ­culos muy interesantes escritos por compaƱeros de Sinews que podrĆ”n encontrar en el blog). Y serĆ” cuando la emociĆ³n vuelve a un punto mĆ”s relajado cuando podemos hablar de lo que haya sucedido.

EstrĆ©sĀ 

El estrĆ©s se define como un ā€œestado de cansancio mental provocado por la exigencia de un rendimiento muy superior al normalā€. El estrĆ©s puede ser positivo para el ser humano, niveles moderados de estrĆ©s por un periodo corto de tiempo nos pueden empujar a desempeƱar y realizar tareas que no harĆ­amos de otra manera. Si no siento un poco de estrĆ©s porque tengo un examen, no me voy a sentar a estudiar.

El estrƩs se vuelve daƱino cuando se extiende por un periodo largo de tiempo y siento que la demanda de ambiente supera a mis capacidades. Es en este momento cuando puedo sentirme arrinconado y victima de mi vida.

Por esta razĆ³n es importante manejar de forma Ć³ptima el estrĆ©s acadĆ©mico. Es importante que entiendan que los resultados acadĆ©micos no reflejan su valor como personas, los estudios escolares son un paso para alcanzar otros objetivos, no tienen mĆ”s significado que ese. Y si hace falta ayuda, eso no es un fracaso, es un Ć©xito el saber pedir ayuda cuando hace falta.Ā 

Es importante no agregar mayor tensiĆ³n a un sistema educativo que estĆ” diseƱado para crear competitividad y tensiĆ³n con la idea de que aprendan a desenvolverse en este mundo. Pero si no hay un colchĆ³n en casa que les recuerde que ā€œpase lo que pase, todo estarĆ” bienā€ pueden surgir dificultades en el bienestar emocional.

SueƱo, ejercicio fĆ­sico y alimentaciĆ³n

Este trĆ­o supone la base del autocuidado: aprender a alimentarse de manera adecuada, a priorizar el nĆŗmero necesario de horas de sueƱo, e incluir en nuestros dĆ­a a dĆ­a actividades de ejercicio fĆ­sico o actividades placenteras que realizo por el simple placer de hacerlas, son pautas esenciales para que puedan establecer las bases del autocuidado de adultos.

Relaciones Sociales

La imagen que creo de mi mismo y mi identidad se irĆ” creando conforme lo que vea reflejado en otros acerca de mi. Por ello, es importante que los niƱos y adolescentes puedan disfrutar de actividades con sus grupos de pares. Ir descubriendo quĆ© me gusta y quĆ© no, cĆ³mo relacionarme, cĆ³mo mantener amistades, y lograr un sentido de pertenencia serĆ” la base para una identidad sĆ³lida y segura en un futuro.

Como Padres ĀæQuĆ© hacemos?

El mayor reto como padres es conseguir el equilibrio entre permitir que exploren el mundo y vayan siendo autĆ³nomos, y ser una figura presente que siempre estĆ” ahĆ­ para acoger cuando el mundo se vuelve muy oscuro. HabrĆ” veces que se vea que se van a daƱar pero no se puede mĆ”s que ser una figura constante que les querrĆ” pase lo que pase.

En psicologĆ­a nunca hablamos de ā€œla buena madreā€ o ā€œla madre perfectaā€, nuestra aspiraciones es lograr ā€œla madre suficientemente buenaā€. Ser capaces de permitir la expresiĆ³n individual de nuestros hijos, darles espacio, marcar los lĆ­mites necesarios y estar presente es todo lo que se puede intentar. SerĆ” a travĆ©s de la constancia y el ejemplo que los niƱos aprendan.

Finalmente quiero hacer menciĆ³n a la base de todo ser humano- la necesidad de sentirnos queridos y aceptados. La base de nuestra valĆ­a serĆ” establecida por nuestros padres y tener una sensaciĆ³n de ser aceptado incondicionalmente es crucial para el bienestar emocional. EnseƱar la diferencia entre hacer y ser, o sentir y ser, serĆ” clave. Pueden cometer errores o no hacer lo que nosotros queramos, pero eso no les quita valor. De una forma similar, pueden sentirse mal o desvalidos, pero eso no significa que lo sean.

Ir entrenando la mente desde pequeƱitos para no caer en sus trampas es el mayor regalo que les podemos hacer junto con aceptarlos incondicionalmente: quererlos por quienes son, con su forma de ser y estar en el mundo, sin querer amoldarlos a nuestro antojo. Lo que no quiere decir que dejemos de ser sinceros o que dejemos de indicar aquello que no nos parece bien, pero a pesar de todo que sepan que estaremos presentes.

Andrea Moreno
Departamento PsicolĆ³gico, PsicoterapĆ©utico y Coaching
Andrea Moreno
PsicĆ³loga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: EspaƱol e inglƩs
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Experiencing a Support Group for Survivors of Sexual Abuse: Light in the Dark

Experiencing a Support Group for Survivors of Sexual Abuse: Light in the Dark

ā€œJust like the lotus we too have the ability to rise from the mud, bloom out of the darkness and radiate into the world.ā€

During the last year IĀ“ve had the privilege of leading the first support group for survivors of sexual trauma at Sinews. It was an intense and enriching experience that deeply touched me and I will try to share a little bit of the magical experience with you through this article. I will not only use my own words but also those of some of the participants who sent me their own written accounts of how they experienced the group. I hope that those reading this article will get a feel for what we shared every Tuesday evening.

To start off, I think it would be helpful to really understand what sexual abuse or trauma is, this way we can understand to whom this group is directed. Sexual abuse refers to a sexual act forced upon a woman, man or child without their consent, it is an act of violence that the perpetrator uses against someone they perceive as weaker than them with the goal of obtaining pleasure by controlling and humiliating the victim.

Relevant data on sexual violence from the National Sexual Violence Resource Centre in the U.S.A shows that 1 in 5 women and 1 in 71 men will be raped at some point in their life. The number of men who suffer sexual aggressions increases to 1 in 16 when talking about the student population. Furthermore, 1 in 10 women has been raped by an intimate partner and 8 out of 10 victims knew the person that sexually assaulted them.

This statistical information is relevant for two main reasons: 1. It reveals that sexual abuse isnĀ“t something exceptional that happens to an unfortunate few, in reality it is a social problem that occurs with frighteningly high frequency. 2. It serves to debunk some of the myths that we tell ourselves about sexual abuse and sexual aggression.

Culturally, we have painted a picture in which sexual aggression happens to girls that are not careful, it is always violent, and is usually perpetrated by a stranger. However, this happens in only a minority of cases. Usually, there is already some sort relationship established with the attacker, there is some trust in that relationship and the aggression it is not necessarily physically violent. It is more insidious and manipulative than we might think.

So, with these facts in mind, understanding how trauma affects the human brain and how common emotions in survivors of sexual abuse are the feelings of being alone, judged and misunderstood, this group found its reason for being.

In order to better understand the experience of the group, IĀ“ll start by explaining the way in which our group functions: it is a structured group with the goal of providing the members with a greater understanding of trauma, the psychological consequences of victimisation, and the process of recovery. We undertake a total of 10 sessions, each session has a similar structure and focuses on a different topic, for example: safety and self care, or anger. It is strongly recommended that attendees of the group also participate in individual therapy, it will be the combination of both experiences that will deeply help the healing process.

Each session started with a quick check-in to share how the week had been for everyone, this was followed by a 5/10 minute relaxation technique, with the rest of the session dedicated to discussing and sharing experiences related to a specific topic relevant to overcoming trauma. Lastly, we distributed voluntary worksheets to be completed for the following week. We would always finish with another check-in to evaluate how everyone had experienced the session and to ensure the participants well-being. Understanding and knowing the structure of each session helped participants to manage the anxiety of the unknown, as did knowing each weekā€™s topic in advance.

I have just outlined a very functional description of our meetings, however a much more emotional description was given to me by a participant: ā€œItā€™s almost as if we all came in with Band-Aids on, took them off for an hour to expose and survey our wounds, and then managed to put them back on with a kinder, healthier adhesive that would carry us through to the following Tuesday when we would be able to safely let our wounds air again.ā€

A goal of the sessions is to create a support group where participants can share and feel understood by others going through a similar experience. Sometimes, survivors donĀ“t feel understood by friends and family, they feel they have to mask their true feelings or they feel they have to be very careful with how they express themselves. The idea of the group is to provide a sense of belonging to a space where there is no judgment. In the words of one of the participants: ā€œThe group provided community, and focused on demolishing our feelings of isolation, providing hope in that we are not alone in our recoveriesā€. ā€œThe knowledge, the camaraderie, the trust, the laughter, the tears. It was a room free of any compounding shame or guilt that we survivors already feel so oftenā€.

Not only is the group a safe environment, guided by a mental health professional, there are also specific rules in place to ensure everyoneā€™s personal and emotioanl safety. As an example, one of those rules is that we donĀ“t share specific details of our own traumatic past experience but focus on the healing process in the present. (It is recommended that said individual experience is worked in individual therapy).

ā€œI have been doing trauma related work for 4 years now, and this was the first of its kind that didn’t allow any of us to disclose specific, personal events. This kept it professional, scientific and gave a comfortable and needed distance from our own specific traumas. This made it easier to learn the facts about general trauma and trauma work. To be honest, at first I was a bit sceptical – a therapy group without talking about my own unique experiences and hurts? How could this be empowering or helpful? But as I attended the first couple sessions I understood the great wisdom in that. It creates distance from oneā€™s own pain and triggers and trauma, thus allowing the healing to take place from a different angle.ā€

I cannot put enough emphasis on the bravery that is necessary to take that first step and come to the group – imagine how scary and overwhelming it is to share your inner fears and intimate experiences with a group of people. Those days before actually starting the group are beautifully described by one of the participants: ā€œI had minimal exposure to healing from sexual trauma in a group setting and had no idea what to expect from another one, particularly in another continent. I worried about how we would approach topics and share as a group. I worried about not having started on the first day and being behind and disconnected from the other group members. I worried about the possibility of being engrossed in a means of recovery that went against what Iā€™d learned in LA. I worried about language barriers. I worried about comparing my experiences to others. I worried about being triggered. I worried about content and quality. If there was something to worry about as my first day of group approached, trust me, I worried about it. Diligently. In hindsight, to say I was pleasantly surprised that none of my worries came to fruition would be an insult of an understatement. What I found in that group was something that I couldnā€™t have ever imagined.ā€œ

However, once the group started a special kind of magic happened, and the group healing started. The members started bonding and sharing, and in that simple act of hearing and helping someone else with a similar experience, oneā€™s own healing also happens. The realisation that ā€œIĀ“m not alone and that itĀ“s ok to not be okā€ starts to take form. Sometimes all we can ask is that, while we struggle to rise from the mud and bloom into a lotus flower, we not be alone. That is what the group is for.

I cannot stress enough how grateful I am for the brave women that attended this first group and how enriching this experience was for all of us. Observing their interactions, how friendships were forged, and the way in which they guided and helped each other is something I will always cherish.

Proofreading and editing: GrƔinne Keeshan

Andrea Moreno
Departamento PsicolĆ³gico, PsicoterapĆ©utico y Coaching
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PsicĆ³loga
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El PerdĆ³n Como Herramienta para el Bienestar PsicolĆ³gico

El PerdĆ³n Como Herramienta para el Bienestar PsicolĆ³gico

El perdĆ³n es una palabra que todos hemos escuchado antes, se nos ha enseƱado que Ā«debemosĀ» perdonar y todos hemos hecho nuestras propias interpretaciones del tĆ©rmino. ĀæCuĆ”ntas veces hemos visto a un niƱo tener que dar un beso y decir perdĆ³n? El perdĆ³n es algo que supuestamente hemos aprendido a hacer. Pero si lo pensamos detenidamente, Āæsabemos quĆ© es el perdĆ³n? ĀæSabemos cĆ³mo perdonar?

La comprensiĆ³n que se posea del perdĆ³n se verĆ” afectada por la influencia de la cultura, la religiĆ³n y los factores personales que nos rodean, hecho que complica la mera comprensiĆ³n del perdĆ³n. Por lo tanto, a lo largo de este artĆ­culo se va explicar y aclarar quĆ© realmente es el perdĆ³n y cĆ³mo perdonamos desde una perspectiva psicolĆ³gica.

DefiniciĆ³n

Enright y Fitzgibbons (2000) definieron el perdĆ³n comoĀ ā€œel deseo de abandonar el derecho al resentimiento, al juicio negativo y a la conducta indiferente hacia quien nos ha herido injustamente, a la vez que se fomentan las cualidades de la compasiĆ³n, la generosidad e incluso el amor hacia Ć©l o ellaā€.

Es importante entender que el perdĆ³n es un proceso interno que el individuo elige activamente y que no depende del ofensor, es el salto de sentirse una vĆ­ctima a sentirse un superviviente. El perdĆ³n es un regalo que uno elige hacer.

Para entender mejor el perdĆ³n, es importante tener en cuenta que el perdĆ³n no significa:

  • Olvidar: El perdĆ³n y el olvido son incompatibles. Para perdonar es necesario que haya una conciencia consciente del daƱo hecho, si me olvido del daƱo hecho, no puedo perdonar ni aprender de la experiencia.
  • Justificar o excusar al Ofensor: El primer paso en el perdĆ³n es aceptar el daƱo que se ha sufrido y validar la idea de que uno hubiera merecido algo mejor. El daƱo es real y puede ser inexcusable. Perdonar no significa creer que lo que pasĆ³ estuvo bien, fuera aceptable o Ā«que no fuera tan maloĀ».
  • Reconciliarse con el Ofensor: Como se mencionĆ³ anteriormente, el perdĆ³n sĆ³lo requiere acciĆ³n por parte de la persona herida. No es necesario el contacto con el ofensor, por lo que la relaciĆ³n no tiene por quĆ© ser renovada. Puedo perdonar sin reconciliarme ni contactar a esa persona otra vez. El perdĆ³n no requiere una disculpa.
  • Aceptar: Una mala comprensiĆ³n del perdĆ³n puede ir acompaƱado del temor de que al perdonar nos colocamos en una posiciĆ³n de vulnerabilidad desde la cual es mĆ”s fĆ”cil volver a ser heridos. Esta idea viene de la creencia que al perdonar dejamos ir la posibilidad de obtener justicia o protecciĆ³n. Podemos buscar que se haga justicia mientras perdonamos, pero es importante saber diferenciar entre buscar venganza y buscar justicia. De forma similar, serĆ­a adecuado tener en cuenta que, a lo mejor, la bĆŗsqueda de justicia por sĆ­ sola podrĆ­a no proporcionar la sanaciĆ³n interna que buscamos.

El perdĆ³n no es una obligaciĆ³n, es un derecho y una elecciĆ³n que podemos hacer cuando queramos y estemos listos. Decidir perdonar implica tomar la decisiĆ³n de no aferrarse al resentimiento y cambiar nuestra percepciĆ³n, de esta forma podremos entender a nuestro ofensor (no excusar) y crecer a partir de la experiencia vivida.

El Proceso de Perdonar

Ahora que sabemos quĆ© es el perdĆ³n (y quĆ© no lo es), el siguiente paso que tendrĆ­a sentido dar es comprender cĆ³mo perdonamos. Antes de entrar en el proceso del perdĆ³n, es relevante mencionar la importancia de ser paciente y amable con uno mismo; no podemos apresurar el verdadero perdĆ³n, tenemos que permitirnos sentir lo que sea que estamos sintiendo y trabajar lentamente hacia los prĆ³ximos pasos de nuestro camino para poder llegar a perdonar verdaderamente. El perdĆ³n de ninguna manera implica negar las emociones negativas que podemos sentir hacia el ofensor.

Enright y Fitzgibbons (2000) describieron el proceso del perdĆ³n en cuatro fases:

  1. Ā  Ā Fase del Descubrimiento
  2. Ā  Ā Fase de DecisiĆ³n
  3. Ā  Ā Fase de Trabajo
  4. Ā  Ā Fase de ProfundizaciĆ³n

Fase del Descubrimiento: Esta primera fase es el momento en que la posibilidad de perdonar estĆ” lo mĆ”s alejada de nuestra mente posible. Es el momento de sentir el daƱo hecho y tomar conciencia de cĆ³mo el suceso ha afectado nuestra vida. No habrĆ” perdĆ³n verdadero al menos que aceptemos nuestros sentimientos y nuestras reacciones. Si saltamos hacia la racionalidad y la comprensiĆ³n sin dejarnos sentir primero, no habrĆ” verdadero perdĆ³n, sĆ³lo un pseudo-perdĆ³n que no ayudarĆ” a nuestro crecimiento.

Este es el momento de llorar, desahogarse, enfadarse y sentir vergĆ¼enza. Podemos pensar en situaciones alternativas, e incluso podemos encontrarnos hablando a un espejo como si fuera nuestro ofensor. Es de esperar que surjan emociones como la ira o la vergĆ¼enza, en este momento es normal y solo hay que dejarlo salir de formas adecuadas. Escriba sobre ello, hable con gente y permita que fluya hacia fuera. Para sanarse, hay que sentir el dolor de la herida.

Fase de decisiĆ³n: ha llegado el momento de decidir si se quiere o no perdonar. Como se explicĆ³ anteriormente, perdonar es un proceso activo que requiere de nosotros elegir la opciĆ³n de perdonar.

Una vez que las emociones se han expresado, con el paso del tiempo, puede llegar un momento en que surja la sensaciĆ³n de estar atascados en las emociones negativas relacionadas con el suceso. Asimismo, tambiĆ©n podemos empezar a darnos cuenta del desgaste que crea la fijaciĆ³n en las emociones negativas. La creencia de que tiene que haber alguna otra manera de lidiar con nuestras emociones y la situaciĆ³n comienza a florecer. Este es el momento en que podemos empezar a pensar en el perdĆ³n como una opciĆ³n real.

Decidir perdonar es un regalo que decidimos ofrecernos a nosotros mismos, el ofensor no tiene que saberlo ni existe la necesidad de creer que Ć©l merezca nuestro perdĆ³n. En este primer paso solo se requiere tomar la decisiĆ³n de dejar atrĆ”s las emociones negativas y estar dispuesto a trabajar hacia emociones mĆ”s positivas.

Fase de Trabajo: Una vez que se toma la decisiĆ³n de iniciar el camino hacia el perdĆ³n toca trabajar para lograrlo, de eso trata esta fase. El objetivo serĆ” cambiar nuestra percepciĆ³n sobre el ofensor y obtener una mejor comprensiĆ³n de la situaciĆ³n.

Para lograr este objetivo, un primer paso serĆ” aprender mĆ”s sobre el ofensor: sus experiencias vitales, sus valores, etc. Hacemos el esfuerzo de ver el mundo a travĆ©s de sus ojos y entender quĆ© pudo moverle a actuar como hizo. Recuerde, estar de acuerdo con las elecciones hechas por el ofensor o excusar su comportamiento no es nuestro objetivo, sĆ³lo estamos tratando de entender.

Con el tiempo los sentimientos negativos pueden ser liberados lentamente. La comprensiĆ³n obtenida podrĆ­a, incluso, llegar a conducir a sentimientos de compasiĆ³n hacia el ofensor. Es posible que no deseemos volver a contactar con Ć©l, pero podemos desearle lo mejor en el futuro.

La fase de trabajo es el momento en el que podrĆ­a darse la reconciliaciĆ³n. Como ya sabemos, el contacto con el ofensor no es necesario para perdonar ni es necesario restablecer la relaciĆ³n para perdonar. El perdĆ³n puede ocurrir sin reconciliaciĆ³n y la reconciliaciĆ³n puede ocurrir sin perdĆ³n.

Fase de profundizaciĆ³n: Tal y como lo describen Enright y Fitzgibbons (2000), la fase de profundizaciĆ³n se caracteriza por la creaciĆ³n de significados que rodean al incidente ofensivo, la posible apariciĆ³n de un nuevo propĆ³sito en la vida, la realizaciĆ³n de la propia necesidad de perdĆ³n y un aumento de los sentimientos positivos.

Esta fase es cuando finalmente podemos decir que hemos integrado la experiencia, se ha encontrado un sentido a la existencia del suceso ofensivo. Hemos aprendido algo de Ć©l y de alguna manera nos ha cambiado para mejor, quizĆ”s ganando un nuevo propĆ³sito en la vida.

Cuando el perdĆ³n se da de verdad, el desprendimiento de sentimientos negativos ocurre y un sentimiento de liberaciĆ³n viene de la nueva comprensiĆ³n adquirida. La comprensiĆ³n de que no estamos solos tambiĆ©n puede venir, no sĆ³lo de que muchos otros han pasado por nuestra experiencia, si no que tambiĆ©n podemos tomar conciencia de que nosotros mismos podemos buscar el perdĆ³n de alguien en el futuro. Al final y al cabo, todos estamos aquĆ­ intentando aprender, crecer y sacar el mĆ”ximo provecho de la vida.

Con todo esto, creo que ahora es el momento ideal para que miremos nuestras Ā«mochilas de resentimientoĀ» y decidamos si estamos listos y dispuestos para probar a perdonar, quiĆ©n sabe, a lo mejor nos sentimos mejor despuĆ©s.

BibliografĆ­a

Enright, R.D. (2010).Ā Forgiveness is a Choice. A step-by step process for resolving anger and restoring hope.Ā Washington DC: APA.

Enright, R.D (2015).Ā 8 Keys to forgiveness.Ā New York: W.W Norton & Company, INC.

Enright, R.D., & Fitzgibbons, R. (2000).Ā Helping clients forgive: An empirical guide for resolving anger and restoring hope.Ā Washington DC: APA.

Andrea Moreno
Departamento PsicolĆ³gico, PsicoterapĆ©utico y Coaching
Andrea Moreno
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El Duelo tras la Muerte de una Mascota Querida: Tres caracterĆ­sticas y Recomendaciones para su ResoluciĆ³n

El Duelo tras la Muerte de una Mascota Querida: Tres caracterĆ­sticas y Recomendaciones para su ResoluciĆ³n

El duelo es el proceso psicolĆ³gico que se produce a partir de la pĆ©rdida por la muerte de un ser querido, es una experiencia universal, Ćŗnica y dolorosa. La pĆ©rdida conduce a la necesidad de adaptarse a una nueva situaciĆ³n, una realidad en la que ya no estĆ” ese ser querido. Teniendo en cuenta esta definiciĆ³n de duelo, no sorprende que los dueƱos de mascotas atraviesen este mismo proceso cuando su querida mascota fallece.

Las mascotas cada vez se encuentran mĆ”s integradas en las familias, se les considera un miembro mĆ”s. Al igual que cualquier otro miembro, ellas tienen su rol y su funciĆ³n. Requieren la responsabilidad de que las cuidemos de forma adecuada y a cambio nos ofrecen su amor y compaƱƭa incondicional. Todo esto hace que cada vez estemos mĆ”s unidos a ellas, lo que a su vez tambiĆ©n significa que su pĆ©rdida produce un vacĆ­o significativo en sus humanos.

Todo esto puede resultar obvio para todos aquellos que tengan mascota, pero aĆŗn asĆ­ resulta comĆŗn encontrar a aquellas personas que les cuesta entender el sufrimiento que vive las persona tras la pĆ©rdida de su querido compaƱero animal. Expresiones del tipo ā€œcĆ³mprate otroā€, ā€œsolo era un animalā€, o ā€œtampoco es para tantoā€ son comunes cuando alguien se aventura a compartir el sufrimiento que estĆ” viviendo debido a la pĆ©rdida de su mascota.

El proceso de duelo tras la pĆ©rdida de una mascota es similar al vivido tras la muerte de una persona querida, el duelo no depende de las caracterĆ­sticas del ser que hemos perdido, si no del vĆ­nculo que hayamos establecido con ellos. Dicho esto, hay tres caracterĆ­sticas que pueden diferenciar una pĆ©rdida animal de una pĆ©rdida humana: las actitudes sociales, la culpa y la ausencia de ritos. A continuaciĆ³n se irĆ” explicando cada una de estas tres caracterĆ­sticas junto con recomendaciones para facilitar la correcta resoluciĆ³n del duelo:

1.Ā Actitudes Sociales

En un estudio realizado por Adams et al. (2000) se detectĆ³ que el 50% de las personas que habĆ­an sufrido la pĆ©rdida de su mascota sentĆ­an que la sociedad no valoraba que su pĆ©rdida fuera digna de poder vivir un proceso de duelo. No se da valor a esta pĆ©rdida ya que generalmente se considera que una mascota es reemplazable, no legitimando la relaciĆ³n existente entre la persona y su animal.

Este no reconocimiento del sufrimiento dificulta la expresiĆ³n de la vivencia interna tras la pĆ©rdida, complicando el proceso de duelo. En relaciĆ³n con esto, las personas se pueden sentir obligadas a actuar de forma normalizada (como si nada hubiera sucedido) rĆ”pidamente tras la pĆ©rdida, o podrĆ­an negarse a compartir cĆ³mo se sienten o a pedir ayuda si lo necesitaran por el miedo a ser juzgados.

RecomendaciĆ³n para aquellos atravesando el duelo:

Es importante en este momento rodearse de gente con la que se sienta cĆ³modo y con los que pueda estar sin necesidad de fingir de que se encuentra bien, si asĆ­ no lo siente. Continuar con sus actividades del dĆ­a dĆ­a es esencial, pero no sienta que tiene que llevar una mĆ”scara para poder desenvolverse en la vida real.

Intentar encontrar un grupo de gente que comparta valores similares a los suyos, puede resultar beneficioso. Es importante sentirse libre de expresar como se siente, si no encuentra eso en su dĆ­a a dĆ­a recuerde que hoy contamos con una ventaja: internet. A lo mejor encuentra un grupo de apoyo cerca de usted o un foro donde pueda sentirse libre de expresar cĆ³mo se siente.

Hablar es importante, hable de los recuerdos bonitos que tiene de su mascota, comparta lo que ella significĆ³ para usted y todo aquello que la hacĆ­a Ćŗnica. Hable de lo bueno y lo malo, comparta con los demĆ”s quien fue su mascota.

Finalmente, como ya se mencionĆ³, siga con sus actividades. Siga saliendo a pasear y yendo a parques, puede que al principio le duela o le cuesta mucho, pero es importante que consiga poco a poco volver a disfrutar, al fin y al cabo, eso es lo que querrĆ­a su mascota.

2.Ā La Culpa

A diferencia de lo que sucede en el duelo por pĆ©rdida de un humano, la culpa suele cobrar un papel relevante y principal cuando fallece nuestro animal de compaƱƭa. La intensa culpa que se vive tras la muerte de una mascota viene explicada por dos aspectos: el tipo de vinculaciĆ³n que se establece con el animal y el gran nĆŗmero de casos en los que la muerte se produce por eutanasia.

El tipo de relaciĆ³n que se establece entre el dueƱo y su mascota serĆ” dependiente, es decir, el bienestar del animal dependerĆ” completamente de su dueƱo (de nosotros depende que coman, que reciban cuidados veterinarios, que salgas a pasear, etc.). El sentido de la responsabilidad que esto produce es una de las razones por las que surgen los sentimientos de culpabilidad tras la muerte del animal. Por ello, es frecuente encontrar la sensaciĆ³n de que se podrĆ­a haber hecho algo mĆ”s.

En lo que se refiere a la muerte por eutanasia, esta decisiĆ³n tomada por los dueƱos suele provocar un sentimiento de culpa muy intenso que invade todo el proceso de duelo. La actitud o la comprensiĆ³n que la persona tenga de la eutanasia va a afectar posteriormente al proceso de duelo que la persona atraviese, pudiendo afectar a su intensidad y duraciĆ³n. La interpretaciĆ³n que se haga de la eutanasia puede oscilar entre la comprensiĆ³n del acto como una liberaciĆ³n para el sufrimiento del animal hasta la sensaciĆ³n de haber tomado una decisiĆ³n que convierte al dueƱo en asesino. Cuanto mĆ”s duro se sea con uno mismo en la interpretaciĆ³n, mayores serĆ”n los sentimientos de culpabilidad.

RecomendaciĆ³n para aquellos atravesando el duelo:

La culpa es un peso enorme, siempre se encuentran cosas que se podrĆ­an haber hecho o manejado mejor una vez que la situaciĆ³n ya ha pasado. Recordar que hizo cuanto pudo dentro de una situaciĆ³n complicada y con los recursos de los que disponĆ­a es importante.

Es interesante tener en cuenta que la culpa tambiĆ©n nos da algo a lo que agarrarnos, nos ofrece control en una situaciĆ³n en la que disponĆ­amos de poco control. Es decir, si yo me siento culpable eso significa que yo podrĆ­a haber hecho algo para cambiar lo sucedido, no soy victima de la situaciĆ³n. Pero la realidad es que seguramente no pudo hacer mĆ”s de lo que ya hizo, a veces suceden cosas desagradables en la vida y las manejamos lo mejor que supimos en ese momento.

En una lĆ­nea similar a lo comentado anteriormente es importante que hable y se permita recordar, cuando vengan los recuerdos dolorosos, permĆ­tase atravesarlos pero no niegue los recuerdos bonitos que usted tambiĆ©n tiene. Use los recuerdos positivos como el colchĆ³n al que caer tras rememorar los momentos mĆ”s duros. Si expresar cĆ³mo se siente es difĆ­cil, empiece por escribir. Ponga palabras a todo aquello que tiene dentro, lo que siente y piensa, lo importante es sacar fuera el nudo de dolor que tiene dentro.

3.Ā Ausencia de Ritos Funerarios

Los ritos funerarios tienen una importancia que no debemos olvidar en la elaboraciĆ³n del duelo, ayudan a la persona a poder despedirse de forma formal y a poder ubicar al fallecido en otro plano en su mente. La ausencia de ritos existente para las mascotas fallecidas puede dar lugar a que se dificulte la resoluciĆ³n del duelo, al impedir que se haga un gesto para honrar a la mascota y despedirse pĆŗblicamente.

RecomendaciĆ³n para aquellos atravesando el duelo:

Hacer un gesto conmemorativo para celebrar la vida que tuvo su mascota es importante, no tiene porque ser algo grande, simplemente es encontrar una forma de despedirse y recordar las cosas positivas que su animal le aportĆ³.

 

El proceso de duelo que se atraviesa tras la pĆ©rdida de una mascota es una experiencia dolorosa, pero recuerde que no estĆ” solo, hay mucha gente atravesando una situaciĆ³n similar que usted. Mantenga sus actividades del dĆ­a a dĆ­a y no se aĆ­sle. Recuerde que el duelo no significa un adiĆ³s para siempre, es simplemente un cambio en la relaciĆ³n que tenĆ­amos con nuestro querido compaƱero. Puede que ya no estĆ© con nosotros fĆ­sicamente pero podemos ubicarles en un sitio en nuestra mente y corazĆ³n pudiendo acudir a ellos cuando lo necesitemos. Finalmente, no dude en pedir ayuda si siente que estĆ” estancado y que no consigue avanzar en el proceso de duelo.

Andrea Moreno
Departamento PsicolĆ³gico, PsicoterapĆ©utico y Coaching
Andrea Moreno
PsicĆ³loga
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: EspaƱol e inglƩs
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