¿Qué es la tartamudez?

La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla que se caracteriza por interrupciones en la produccion de los enunciados. La mayoría de las personas producen breves disritmias de vez en cuando, por ejemplo al repetir algunas palabras al hablar o el típico “mmmm”, “eeeehh”. Las disritmias no constituyen necesariamente un problema; sin embargo, pueden dificultar la capacidad de comunicación si se producen muchas en el mismo enunciado.

La tartamudez o disfemia se inicia en la infancia, hacia los 2 años, cuando el niño comienza a usar expresiones de mas de una palabra. Sin embargo, no todas las conductas de repeticion a estas edades son un trastorno o evolucionan hacia uno.

¿Cuáles son algunos de los síntomas de la tartamudez? ¿Cuáles son disritmias “normales"?

Como se dijo al inicio, cuando los niños comienzan a combinar mas de una palabra en su discurso, empiezan las disfluencias. Estas no tienen porque derivar en una tartamudez patologica.

El niño normal con alteraciones de ritmo, ocasionalmente repite sílabas o palabras una o dos veces (co-co-como esto). Las disritmias pueden incluir titubeos, y empleo de “muletillas” como “eh,” “este,”“mm,” etc. Estas alteraciones del ritmo tienden a aparecer y desaparecer, sin seguir un pàtrón definido. Son generalmente signos de que el niño está aprendiendo a usar el lenguaje de maneras nuevas. Si las disritmias desaparecen por varias semanas y luego reaparecen, puede estar pasando por un estadio diferente de aprendizaje.

Cuando una persona que tartamudea habla, en su discurso podemos notar repeticiones de palabras o partes de las palabras más de dos veces (co-co-co-co-como esto), prolongaciones de los sonidos del habla, a veces parecen estar muy tensas al hablar (se nota sobre todo en los musculos de la cara y, mas concretamente, alrededor de los labios), pueden experimentar bloqueos en el discurso (este se manifiesta cuando la boca está abierta, como para hablar, pero a cambio no sale nada o solo un sonido). También pueden ocurrir interjecciones como «hum» o «este», el tono de la voz puede elevarse con las repeticiones.

Algunos ejemplos de tartamudez:

  • «¿D- D- D- Dónde vas?» (Repetición parcial de la palabra).
  • «¿SSSSabes qué?» (Prolongación del sonido)
  • «Nos vemos – um um bueno este – alrededor de las seis.» (interjecciones).

Cuando la frecuencia de las repeticiones, prolongaciones, bloqueos, etc, va en aumento o cuando a estos signos se le suma tension muscular y conductas de esfuerzo al hablar o cuando el niño advierte la dificultad de habla, es recomendable consultar con algun especialista.

Los pediatras son un elemento clave en la prevención, dirigiendo a estos niños con riesgo a un especialista. No todos estos niños de riesgo desarrollan tartamudez, pero de ello depende una derivacion acertada.

El consejo de ‘esperar, porque con el tiempo se le pasará’ no se sostiene científicamente. Gracias a estudios de investigación se dispone de criterios para identificar, la tartamudez de los niños pequeños que se relaciona con la tartamudez crónica, lo que mejora notablemente el pronostico si se trata de manera precoz.

La actitud clásica de ‘esperar’, está cambiando por la de intervenir en edades tempranas.

Actualmente se empieza a afirmar que los niños con riesgo de llegar a ser tartamudos crónicos pueden y deben ser identificados y tratados lo antes posible para facilitar el desarrollo de la fluidez y eliminar factores de fijación, mantenimiento y cronificación del trastorno.

Cuando el trastorno persiste durante más de dos años a partir del inicio, se dice que se cronifica y se suele complicar con otros síntomas, como las conductas de evitación y actitudes negativas hacia la comunicación, lo que termina por perturbar, generalmente, el rendimiento social, académico y más tarde el laboral.

En la mayoría de los casos,  las dificultades de comunicación aparecen en varias situaciones, y no solo en una: en el hogar, en el colegio o en el trabajo. Resulta claro que el impacto de la tartamudez en la vida diaria puede depender de la manera en que la persona y sus interlocutores reaccionen a este trastorno.

¿Como se si mi hijo es tartamudo?

Hemos hablado antes de algunos de los sintomas de la tartamudez, pero tambien hemos dicho que no siempre los bloqueos o repeticiones son “tartamudez”.

Aqui van algunos ejemplos que es mejor escuchar y prestar atención y, ante cualquier duda, consultar con un especialista. Si la frecuencia de las repeticiones o bloqueos supera el 10% del discurso. Esto es, si su hijo le esta contando lo que ha hecho en el cole hoy y al inicio de cada frase (o frase si, frase no) hay una repeticion de sonido, o si  su lenguaje, se ve interrumpido en alguna ocasión (como si se quedara congelado aún sabiendo que falta mas por decir).

Cuando los relatos de su hijo inplican un esfuerzo considerable, donde es evidente que le cuesta, hay tension, o se pone rojo, o directamente se interrumpe dejando inconclusa la historia.

Cuando evita hablar en prolongado o cambia constantemente palabras, o realiza diversos sonidos antes de comenzar a hablar.

Cuando se observan disritmias en practicamente todas las situaciones de lenguaje.

¿Cómo se diagnostica la tartamudez?

Identificar la tartamudez  puede parecer tarea fácil. Las disritmias son con frecuencia «obvias» e interrumpen el proceso de comunicación de la persona. El oyente por lo general puede detectar la tartamudez del hablante. Al mismo tiempo, sin embargo, la tartamudez puede afectar más que el habla observable de la persona, y estas caracteristicas no son tan fáciles de detectar para el oyente. Por lo tanto, para diagnosticar la tartamudez se precisa la valoración de un logopeda especializado.

Durante la evaluación, el logopeda observará el número y tipo de disritmias,  la manera en que la persona reacciona a las disritmias,  las destrezas en el lenguaje en general y, por ultimo, se recopila información sobre la persona para determinar si existe un trastorno de la fluidez.

En caso que si exista el trastorno, es importante determinar la medida en que afecta al individuo para desarrollar las actividades diarias o participar de las mismas. En el caso de los niños pequeños, es importante predecir si existe probabilidad de que continúen tartamudeando. La evaluación incluiría una serie de pruebas, observaciones y entrevistas encaminadas a calcular el riesgo de que el niño siga teniendo problemas de tartamudez. Si bien no  existe un factor definitivo que se pueda utilizar para predecir si el niño continuará tartamudeando, la combinación de varios factores puede ayudar al especialista a determinar si es recomendable comenzar el tratamiento.

Para los niños de más edad y los adultos, no tiene tanta importancia determinar si seguirán o no tartamudeando, ya que ya constituye un problema en la vida diaria de la persona. Para estos individuos, la evaluación incluiría pruebas, observaciones y entrevistas encaminadas a evaluar la gravedad del trastorno y el impacto que el trastorno tiene en desarrollo de las actividades cotidianas.

En base a esta informacion se elabora un programa de tratamiento específico que ayude a la persona a:

  • Hablar con más soltura y facilidad,
  • comunicarse de manera más eficaz, y
  • participar plenamente en las actividades del diario vivir.

Mitos sobre la tartamudez

Se suelen afirmar una serie de aspectos relacionados con la tartamudez, pero cada año se realizan mas estudios al respecto y, muchos de ellos se descartan. En un inicio se consideraba que los nervios causaban la tartamudez y que las personas que tartamudeaban eran propensas a experimentar mayor ansiedad o temor, pero esta afirmacion carece de fundamentos. Si es cierto que las situaciones estresantes suelen agravar los sintomas de la tartamudez.

Igualmente, hay quien afirmaba que la tartamudez podia ser “incorporada” por imitación. Lo cierto es que, si bien aún no son claras las causas exactas de la tartamudez, hay un componente genético importante, asi como el desarrollo neuromuscular y el medioambiente del niño, incluyendo la dinámica familiar, juegan un papel importante en el inicio de la tartamudez.

Por mucho que se quiera ayudar a la persona con tartamudez, el hecho de pedirle que “respire profundamente antes de hablar”, o que “piense lo que quiere decir antes de hacerlo”, solo hace que la persona tome mayor conciencia, haciendo que la tartamudez sea más severa. La respuesta que más puede ayudar es escuchar pacientemente y lograr modelar un habla lenta y clara.

Consejos para hablar con una persona con tartamudez

Hablar de manera lenta y pausada.  Cuando la persona se dirija a usted, deje que termine lo que está diciendo y espere unos segundos antes de empezar a hablar usted nuevamente. Que usted hable lento y relajado ayudará mucho más que cualquier crítica o consejo.

Reduzca la cantidad de preguntas. Simplemente haga comentarios sobre lo que esta persona ha comentado.

Utilice expresiones faciales y cualquier tipo de comunicación no verbal para comunicarle que usted está escuchando el contenido del mensaje y no como lo está diciendo.

Disponga de algunos minutos de su tiempo cada día en el que pueda brindarle toda su atencion. Este momento de tranquilidad y calma puede ser constructor de confianza para los niños más pequeños, permitiéndole saber que usted disfruta de su compañía.

Aprender sobre la toma de turnos y la escucha activa. Las personas que tartamudean encuentran más fácil el hecho de hablar cuando hay pocas interrupciones.

Haga una pausa despues que su hijo le pregunte algo. Esto ayudará a que el lenguaje de su hijo esté menos presionado y sea más relajado.
Dele seguridad cuando su tartamudez haya empeorado. Algunos niños responden positivamente si se les dice algo asi como “Sé que es dificil hablar a veces…” Otros niños se sienten tranquilos cuando se les toca o se les da un abrazo.

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