¿Qué es la Demencia?

La Demencia

¿Qué es la Demencia?

La demencia, también denominada trastorno neurocognitivo mayor, se caracteriza por una pérdida de las habilidades mentales que permiten a una persona ser autónoma. Hay una merma de la capacidad de razonamiento, de juicio y de memoria. A las personas afectadas, les puede costar planificar y llevar a cabo tareas del día a día, reconocer entornos habituales y comunicarse de manera coherente. También pueden mostrar cambios en el comportamiento. No se trata de una enfermedad única, sino que es un grupo de síntomas, que son consecuencia de diferentes enfermedades que afectan al cerebro.

Cita en la Clínica

Para que se denomine demencia, debe estar afectado el funcionamiento habitual de la persona. Si el deterioro cognitivo no limita el desarrollo de las actividades de la vida diaria, se denomina deterioro cognitivo leve o trastorno neurocognitivo menor.

El deterioro cognitivo suele aparecer de manera progresiva y evoluciona lentamente. La causa más habitual es la enfermedad de Alzheimer, que está presente en el 60-80% de los casos.  Existen otras causas neurodegenerativas (demencia con cuerpos de Lewy, demencia frontotemporal, demencia asociada a la enfermedad de Parkinson…), causas vasculares (demencia vascular), causas infeccionas (demencia asociada al VIH), enfermedades priónicas (Creutzfeldt Jacob) causas traumáticas (demencia pugilística), etc. En muchos casos, la demencia es de origen mixto, es decir, que se debe a más de una causa.

Aunque los síntomas más conocidos de la demencia son los fallos cognitivos, los síntomas psicológicos y conductuales son muy habituales, y con frecuencia son los que llevan a consultar por primera vez, por lo que conviene conocerlos.

Si bien el riesgo de sufrir demencia aumenta con la edad, no es exclusiva de las personas ancianas, ya que algunos tipos pueden aparecer en edades más tempranas.

Enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia, suponiendo el 50-70% de todos los casos.

Aunque aún no se entiende del todo cómo, se sabe que ocurren cambios específicos en el tejido del cerebro y que se termina generando una pérdida de neuronas en áreas importantes.

Se piensa que la causa es multifactorial, es decir, que influyen diferentes factores como los genes, la edad y los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, hipercolesterolemia…)

Las personas con enfermedad de Alzheimer:

  • Tienen fallos de memoria. Por ejemplo, olvidan lo que tenían que comprar, los nombres de las personas o lugares. Repiten afirmaciones o preguntas.
  • Les cuesta resolver problemas, entender los números o sacar conclusiones.
  • Pierden el juicio, por ejemplo, no vistiéndose acorde al tiempo. Pueden hacer regalos desproporcionados, comprar cosas o contratar servicios innecesarios.
  • Extravían objetos, y los colocan en lugares sin sentido (por ejemplo, la ropa en el congelador).
  • Se desorientan en lugares conocidos.
  • Les cuesta comunicarse y participar en conversaciones. No encuentran las palabras o las sustituyen por otras equivocadas.
  • Tienen cambios en el comportamiento. Pierden la iniciativa, se muestran más apagados o tristes, pierden el interés, se aíslan, tienen cambios en el sueño, desconfían, se muestran más irritables o agresivos…

Para el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer, es necesaria una evaluación especializada por un neurólogo o un psiquiatra. La información aportada por el entorno del paciente será muy relevante ya que la persona afectada suele infraestimar sus déficits.

El médico recogerá la historia clínica, realizará una exploración física y una exploración neurológica, realizará un test para medir las habilidades mentales y solicitará analíticas para descartar otras causas. En caso de dudas, solicitará una prueba de imagen cerebral para aumentar la certeza del diagnóstico.

En función del estadio de la enfermedad, se iniciará tratamiento para ralentizar la progresión. En estadios tempranos se suelen pautar fármacos anticolinesterásicos (donepezilo, galantamina o rivastigmina) y en fases avanzadas, se suele pautar memantina.

Demencia con cuerpos de Lewy

La demencia con cuerpos de Lewy (DCL) está causada por depósitos anómalos de una proteína dentro de las neuronas. A estos depósitos, que también se encuentran en la enfermedad de Parkinson, se les llama cuerpos de Lewy.

2 de cada 10 casos de demencia se deben a DCL, aunque se estima que podrían ser más. La mayoría de los casos suceden en personas sin antecedentes familiares de DCL.

No se conocen los motivos por los cuales se acumulan los depósitos de proteína, ni cómo eso altera las funciones cerebrales, pero se sabe que los cuerpos de Lewy se desarrollan a lo largo de años, incluso antes de que inicien los síntomas.

Los cuerpos de Lewy se acumulan en zonas del cerebro que se encargan del pensamiento, del movimiento y de la percepción visual. Cuando se afectan primero las áreas del pensamiento, el cuadro clínico se denomina demencia con cuerpos de Lewy. Cuando se afectan primero las zonas encargadas del movimiento, la afectación se denomina enfermedad de Parkinson.

Las personas afectadas por demencia con cuerpos de Lewy:

  • Pueden tener problemas de percepción visual, pudiendo confundir sombras con otras cosas.
  • Pueden ver animales o personas que realmente no están ahí. Las alucinaciones suelen ocurrir al atardecer o por la noche.
  • Pueden creer con convicción que les están robando, que hay intrusos en casa, que su pareja le es infiel o que una persona de su entorno ha sido sustituida por un impostor.
  • Pueden tener problemas para mantenerse atentos y despiertos.
  • Pueden tener sueños vividos, en los que se mueven, gritan o dan patadas.
  • Pueden tener problemas de movimiento como rigidez, marcha a paso corto arrastrando pies, temblor…
  • Pueden perder el interés y la iniciativa.
  • Pueden tener depresión o ansiedad.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, la exploración física y neurológica y la evaluación de las habilidades mentales con un test psicométrico. El médico solicitará una analítica para descartar otros problemas y, para aumentar la certeza diagnóstica, puede solicitar una prueba de imagen cerebral.

No existe tratamiento para la DCL. Los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer pueden mejorar algunos de los síntomas como el estado de alerta y las alucinaciones. Los fármacos antipsicóticos son mal tolerados y por ello está muy limitado su uso. El manejo de estos pacientes se basa fundamentalmente en estrategias conductuales, que mejoran la calidad de vida no solo de ellos sino también de los cuidadores a cargo.

Diagnosticar la demencia

Es importante consultar con un médico cuando se observan cambios en las habilidades mentales o en las conductas porque a veces pueden deberse a problemas que tienen solución.

Demencia Frontotemporal

La demencia frontotemporal (DFT) es un conjunto de trastornos que afectan a los lóbulos frontal y temporal del cerebro, resultando en una pérdida de neuronas de esas áreas.

Suele aparecer más precozmente que la enfermedad de Alzheimer, entre los 45 y los 65 años, lo cual genera grandes retos ya que, a esa edad, las personas trabajan y pueden tener hijos u otras obligaciones a cargo.

Se distinguen diferentes tipos de DFT.

1) Variante conductual: Es la forma más frecuente. Se manifiesta con pérdida del interés y de la iniciativa, pérdida de la empatía, falta de consideración de los demás, pérdida de la inhibición, aumento de la impulsividad, conductas inapropiadas, conductas compulsivas repetitivas, variaciones en los hábitos alimenticios (atracones o apetencia por hidratos de carbonos) y descuido de la higiene personal.

2) Variantes del lenguaje (afasias primarias progresivas): Estas formas se caracterizan por afectación de la comprensión y emisión del lenguaje.

Se ha visto que existe relación entre la DFT y algunos trastornos del movimiento.

La evolución natural de la enfermedad es una afectación progresiva del funcionamiento global de la persona, abocando en una dependencia cada vez mayor. La velocidad de progresión varía en función del tipo de DFT.

No se conocen las causas detrás de la DFT. Se sabe que influyen factores genéticos.

El diagnóstico de la DFT está basado en la historia clínica y en los resultados de la exploración neurológica y neuropsicológica. En caso de dudas, se puede ampliar el estudio con pruebas complementarias tales como la resonancia magnética cerebral, el PET-FDG o el SPECT.

Hasta la fecha, no existen tratamientos que curen la DFT. No obstante, cambios de hábitos y algunos medicamentos pueden mejorar los síntomas.

Demencia Vascular

La demencia vascular es el segundo tipo de demencia más frecuente después de la enfermedad de Alzheimer.

En la demencia vascular, se daña el cerebro porque disminuye el aporte de oxígeno a las células nerviosas. Eso se produce cuando se interrumpe la circulación sanguínea por la red de vasos del cerebro.

El sistema vascular cerebral es la red de vasos sanguíneos que transporta oxígeno y nutrientes a las células a través de la sangre. El mal funcionamiento de la red puede deberse a enfermedades como arteriosclerosis, hipertensión arterial y diabetes mellitus. Cualquier avería en un vaso (por estrechamiento, obstrucción o rotura) puede privar de oxígeno y de energía a las regiones cerebrales irrigadas por el mismo.

En el cerebro, cada área se encarga de una función concreta. Por ese motivo, en función de la localización y del tamaño de la zona afectada, los síntomas serán de un tipo o de otro y más o menos severos.

Los síntomas de la demencia vascular son muy variados. Típicamente puede haber disminución de velocidad de procesamiento mental, fallos de memoria y rigidez cognitiva. Puede haber cambios de ánimo, enlentecimiento de los movimientos y torpeza en la marcha.

Los síntomas de demencia vascular pueden aparecer de manera gradual o bien de golpe.

Existen factores de riesgo que aumentan el riesgo de sufrir eventos vasculares y por lo tanto demencia vascular. Algunos de ellos no se pueden modificar, como la edad avanzada, el sexo y los antecedentes de enfermedad vascular. Otros factores sí son modificables: hipertensión arterial, diabetes mellitus, fibrilación auricular, hipercolesterolemia, sedentarismo, ingesta de alcohol, tabaquismo, consumo de tóxicos, síndrome de apnea-hipopnea del sueño, sobrepeso y estrés. Por lo tanto, es importante identificar los factores para poder modificarlos y disminuir así el riesgo vascular.

El diagnóstico de demencia vascular se basa en la historia clínica, exploración física y neurológica y test cognitivo. Se solicitarán analíticas y alguna prueba de imagen cerebral como tomografía computerizada o resonancia magnética nuclear.

El tratamiento de la demencia vascular consiste en mejorar los síntomas cognitivos con anticolinesterásicos y en la prevención secundaria. No se puede revertir el daño cerebral establecido, pero sí se puede reducir el riesgo de que continúe produciéndose. Una medida fundamental será cambiar los hábitos de vida, adoptando una vida más activa con ejercicio físico y abandonando los tóxicos (tabaco y alcohol). Existen tratamientos para hacer la sangre más fluida y para controlar la tensión arterial, la diabetes, los niveles de colesterol y los niveles de triglicéridos. A veces pueden ser necesarios procedimientos para mejorar el flujo sanguíneo en las carótidas como la endarterectomía o la angioplastia. En caso de afectación del ánimo, pueden estar indicados antidepresivos.

Demencia Mixta

La demencia mixta es cuando en una persona existe más de un tipo de demencia. La enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular son las que más coexisten.

El riesgo de tener más de un tipo de demencia aumenta con la edad, especialmente por encima de los 80 años.

Otro tipo de demencia mixta menos frecuente es la enfermedad de Alzheimer junto con demencia con cuerpos de Lewy.

Otros tipos de demencia

Además de las demencias descritas anteriormente, existen más de diferentes tipos. Entre ellas están:

Otras enfermedades neurodegenerativas como la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson, la degeneración corticobasal, la parálisis supranuclear progresiva y la atrofia multisistémica.

La demencia por hidrocefalia normotensiva del adulto, que se debe a un aumento de líquido cefalorraquídeo en las cavidades del cerebro. El tratamiento consiste en colocar un tubo mediante cirugía para que drene el exceso de líquido.

Los trastornos neurocognitivos asociados la infección por el VIH. Aquí el tratamiento antirretroviral mejora las alteraciones cognitivas, consiguiéndose incluso remisiones significativas.

La neurosífilis, demencia de origen infeccioso, cuyo tratamiento es antibiótico.

Las demencias de origen autoinmune, cuyo tratamiento depende del tipo concreto.

Las demencias de origen metabólico, relacionadas con alteraciones de tiroides, paratiroides, glándula suprarrenal, hígado o riñón. Aquí el tratamiento irá dirigido a corregir la causa.

Las demencias secundarias a traumatismos craneoencefálicos. Son típicas de los deportistas profesionales que reciben golpes de repetición en la cabeza, pero también pueden sobrevenir después de accidentes (de tráfico, laborales…).

Las demencias priónicas, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, cuya progresión es muy rápida.

¿Por qué importa que se diagnostique la demencia?

Es importante consultar con un médico cuando se observan cambios en las habilidades mentales o en las conductas porque a veces pueden deberse a problemas que tienen solución. Por ejemplo, alguna deficiencia vitamínica, problemas hormonales o metabólicos, trastornos del ánimo, trastornos del sueño, problemas sensoriales (visuales o auditivos), etc. Una valoración médica completa ayudará a detectar estas causas y a corregirlas.

Aunque no existe ningún medicamento que cure la demencia, sí que hay tratamientos que ralentizan su desarrollo o mejoran sus síntomas. Modificar precozmente los de hábitos de vida e iniciar con medidas no farmacológicas también ayuda a conservar y potenciar las habilidades mentales remanentes.

Conocer el diagnóstico de demencia de forma temprana permite a la persona afectada participar en la toma de decisiones sobre sus cuidados de salud y sobre sus planes de futuro. Le puede ayudar, por ejemplo, a priorizar lo que es importante en su vida, como viajar o jubilarse anticipadamente. También le permite tomar decisiones legales en previsión de su pérdida de autonomía eventual.

También, el diagnóstico de demencia puede ayudar a la familia a organizarse y a prever los cuidados que serán necesarios en el futuro. Modificaciones arquitectónicas en el domicilio, organización familiar, petición de ayudas para la dependencia, previsión de institucionalización en medio residencial… Es conveniente tener previsión de futuro ya que el curso evolutivo de la demencia es progresivo y suele terminar en una situación de gran dependencia.

Dra. María Isabel Zamora
Departamento Médico
Dra. María Isabel Zamora
Médico especialista en Psiquiatría
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y francés
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Logopedia para personas mayores

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Logopedia para personas mayores

La rehabilitación logopédica es a menudo necesaria para la recuperación de habilidades comunicativas o deglutorias tras un ictus, una enfermedad neurodegenerativa, o por el proceso de envejecimiento natural.

Cita en la Clínica

Mantener una comunicación efectiva es importante a cualquier edad: nos capacita para relacionarnos con otras personas y para expresar ilusiones o deseos. Además, en la tercera edad, puede resultar vital la comunicación, a la hora de transmitir una necesidad o un dolor físico, o para alertar ante una situación de emergencia.

Desde el área de Logopedia, nos encargamos del asesoramiento de dificultades en la comunicación, el lenguaje, la voz y la deglución, a fin de que nuestros mayores puedan continuar comunicándose y manteniendo o mejorando habilidades que afectan a la vida cotidiana.

Algunas dificultades que nuestros logopedas pueden tratar son:

  • Dificultades en el lenguaje expresivo: cuando no encuentran las palabras adecuadas, las palabras que dicen parecen no tener sentido o si los músculos articulatorios no producen los movimientos necesarios para un habla fluida
  • Dificultades en el lenguaje comprensivo: cuando no entienden lo que estamos diciendo
  • Complicaciones en la deglución, con atragantamientos y/o aspiraciones
  • Dificultades leves de memoria y atención
  • Trastornos de voz y de coordinación fonorrespiratoria, tras una traqueotomía o por parálisis de cuerda vocal

La Dra. Baquero, psiquiatra experta en el tratamiento del anciano, coordina el departamento y evalúa en una primera entrevista con el/la paciente y/o sus familiares cuál será el siguiente paso. De ser necesaria, se realizará una evaluación neuropsicológica y/o del lenguaje para conocer mejor la existencia de un problema de memoria o de cualquier otra capacidad mental y se coordinarán los servicios que fuesen necesarios:

  • Estimulación de memoria (con ejercicios personalizados que incidan en las áreas evaluadas)
  • Rehabilitación del lenguaje
  • Psicoterapia centrada en encontrar actividades de ocio y sociales que permitan recuperar la alegría de vivir

Psychiatry for seniors

Psiquiatría para personas mayores

Psiquiatría para personas mayores

¿Está mi padre/madre deprimid@, triste o enferm@?
Puede ser realmente difícil preguntarse si un padre que está perdiendo energía está realmente enfermo, triste o desarrollando una depresión.

Cita OnlineCita en la Clínica

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¿Está mi padre/madre deprimid@, triste o enferm@?
Puede ser realmente difícil preguntarse si un padre que está perdiendo energía está realmente enfermo, triste o desarrollando una depresión.

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Las personas no se deprimen porque están envejeciendo. Con la edad, uno no puede evitar cansarse más rápido y hacerse más vulnerable. Sin embargo, la edad no es una enfermedad, y no es un fenómeno natural de la edad aislarse y retraerse en uno mismo. Es un gran error pensar que solo porque envejeces, también te vuelves más triste automáticamente. Se trata de cansarse física y mentalmente más rápido porque uno tiene cierta edad.

Es esencial tratar de distinguir, entre las condiciones que pueden tener explicación y aquellas que son inexplicables. No es una señal preocupante, si se cansan naturalmente en relación con su edad. La fatiga puede estar presente y no tiene nada que ver con la depresión. Además, está claro que uno puede sentirse triste y solo cuando pierde un compañero, un viejo amigo o alguien cercano. Muchos familiares conectan erróneamente la pérdida, la tristeza y la depresión. Sin embargo, si la persona mayor se pone triste, introvertida y retraída sin razón aparente, puede ser un signo de depresión.

Es muy importante evaluar todos los aspectos, incluida la salud en general y los medicamentos que toma, ya que hay enfermedades que por sí solas pueden generar cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento. Esto sin mencionar que habitualmente las personas mayores toman combinaciones de múltiples medicamentos que pueden cambiar el ánimo y un enlentecimiento general.

Para encontrar un comportamiento anormal podría ser útil recordar cómo solían ser y estar hace unos años. ¿Eran felices con su vida? ¿Hubo algo por lo que pudieran estar felices, o hubo algo que disfrutaron haciendo que hiciera que la vida valiera la pena vivirse? Si experimentas que tu madre o tu padre están muy cambiados, tristes e introvertidos y sin ganas de nada, y tal vez ni siquiera puedan recordar que los hacía felices, entonces pueden tener una cursando con una depresión, especialmente si estos cambios están presentes mañana, tarde y noche.

Los adultos mayores no siempre se deprimen de la manera clásica. Pueden volverse irritables y agresivos o pueden desarrollar paranoia. También pueden preocuparse más por su propia salud y pueden desarrollar características hipocondríacas. Esto no hace parte del proceso normal de envejecimiento, por lo que si no han tenido esos rasgos antes en la vida, tampoco es natural obtenerlos en la vejez. Otros tienen problemas de concentración, que es cuando los familiares comienzan a considerar si se trata de una demencia incipiente. Aquí es importante decidir si se trata de una depresión o una demencia incipiente, porque hay depresiones que son similares a la demencia y viceversa.

Ayuda con prudencia

Puede ser difícil de ver mientras tu madre o padre, entrado en años, no está bien. Sin embargo, si quieres ayudar, debes tener cuidado. Cada uno de los que esté dispuesto a ayudar, debe preguntar respetuosamente cómo se siente la persona mayor: puede intentar preguntar cómo es la vida hoy, a diferencia del pasado. Cómo se sienten acerca de su cuerpo y lo que piensan al respecto. Al mismo tiempo, debe recordarse que una persona deprimida a menudo no tiene idea de su propia enfermedad en absoluto; Por lo tanto, sería difícil llevarlos a obtener la asistencia que necesitan, y se debe proceder con cautela para que no se sientan empujados u obligados a hacer algo que no quieren hacer. Siempre es mejor en términos de buen cumplimiento terapéutico si el paciente acepta obtener asistencia médica en lugar de simplemente llevarlos sin su aprobación.

¿Qué patologías pueden aparecer en los ancianos?

Las personas mayores no son inmunes a la enfermedad mental en razón de su experiencia vital. Pueden arrastrar problemas del pasado o iniciar de pronto con problemas de tipo emocional, conductual o neurocognitivo en la 3ª Edad (senectud).

Las características propias del envejecimiento sin duda influyen en la enfermedad mental del anciano. La mayor fragilidad física, la suma de enfermedades orgánicas, la exposición a un mayor número de medicamentos, la dependencia progresiva y la vivencia más frecuente de pérdidas y duelos son algunas de las causas de mayor vulnerabilidad de esta población. A todo ello, se suman las enfermedades neurodegenerativas que típicamente aparecen en esta franja de edad y que no siempre se manifiestan como problemas de memoria.

A veces, no es sencillo discernir cuál es la causa del cambio observado en la persona anciana, pero es un error atribuirlo simplemente a la vejez. Hace falta un abordaje global del paciente, que sea multidimensional e incluya no solo un repaso de los antecedentes personales médicos y farmacológicos, sino también una evaluación del entorno próximo, una valoración de los cambios vitales recientes y una exploración de las vivencias expresadas tanto por el paciente como por los cuidadores habituales.

Cambios ante los cuales consultar:

Cambios en la personalidad (pérdida del interés, apatía, falta de empatía) cambios en la conducta (más demanda de atención, desinhibición, inquietud, agresividad), síntomas afectivos (tristeza, aislamiento, sentimientos de culpa, de soledad, desesperanza, pérdida de la ilusión por las actividades placenteras, llanto o queja), síntomas psicóticos (delirios hipocondriacos, de perjuicio, de persecución, de ruina, de celos, alucinaciones auditivas o visuales) alteraciones del sueño (insomnio, sueños vividos por la noche con movimientos en la cama).


Psicología, Psiquiatría y Logopedia para personas mayores

Psicología, Psiquiatría y Logopedia para Personas Mayores

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SINEWS ofrece una amplia variedad de servicios para mayores.

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En SINEWS nuestro departamento de mayores cuenta con Psiquiatra, Psicólogos y Logopedas expertos en esta fase de la vida que atienden en la clínica y a domicilio.


Psicología para personas mayores en Sinews MTI

Psicología para personas mayores

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Las dificultades emocionales, de conducta y de comunicación de las personas de edad avanzada requieren una atención especializada, respetuosa con las decisiones de l@s mayores y que ponga todo el esfuerzo terapéutico necesario.

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Hacernos mayores sin dejar de disfrutar de todo lo que todavía nos ofrece la vida.
Con una atención especializada y respetuosa con nuestras decisiones es posible.

  • Dificultades leves de memoria, deterioro cognitivo y demencia
  • Ánimo bajo y falta de estímulos vitales
  • Duelo
  • Adaptación a la enfermedad y la pérdida de autonomía
  • Dificultades de comunicación a raíz de problemas físicos (problemas del habla tras ictus, debilidad muscular, traqueostomía…)
  • Problemas de deglución con atragantamientos

La Dra Baquero, psiquiatra experta en el tratamiento del anciano, coordina el departamento y evalúa en una primera entrevista con el/la paciente y/o sus familiares cuál será el siguiente paso. De ser necesaria, se realizará una evaluación neuropsicologica y/o del lenguaje para conocer mejor la existencia de un problema de memoria o de cualquier otra capacidad mental y se coordinarán los servicios que fuesen necesarios:

  • Estimulación de memoria (con ejercicios personalizados que incidan en las áreas evaluadas)
  • Rehabilitación del lenguaje
  • Psicoterapia centrada en encontrar actividades de ocio y sociales que permitan recuperar la alegría de vivir
  • Grupos de apoyo al duelo

Cuidar al cuidador-a

En SINEWS somos muy conscientes del papel tan complicado de las personas que tienen a su cuidado a mayores con deterioro cognitivo o demencia. Por eso sabemos que cuidar de ell@s es tan importante o más que ofrecer el mejor tratamiento para el paciente. Y lo hacemos mediante:

  • Información sobre la evolución normal de la enfermedad y qué comportamientos son voluntarios y cuales son resultado de la pérdida de capacidades
  • Pautas para la vida diaria con una persona de edad avanzada. Pequeños trucos y rutinas que pueden ayudar a mantener sus capacidades más tiempo o a mejorar su calidad de vida
  • Guia para el autocuidado. Si el/la cuidador-a se rompe, todo irá peor, es muy importante no olvidarse de un@ mism@ y establecer cuáles son las cosas que necesitamos para mantenernos bien