Antes de explicar cuáles son las características del cannabis, su incidencia, sus efectos y susodichas complicaciones, me gustaría comenzar relatando un caso real, ya que, por suerte, me he dedicado a ayudar a personas con adicciones durante más de 10 años. Si consumes cannabis en alguna de sus formas, te invito a que lo leas y me comentes lo que piensas. Y no quiero únicamente describir al detalle las penurias y consecuencias negativas derivadas del consumo de cannabis que padeció esta persona, sino plasmar los efectos positivos de dejar de consumirla. Como profesional, esto es lo que a fin de cuenta me motiva, e incluso todavía me sorprende: el ver el potencial real de una persona y como una droga puede oscurecerlo de tal manera.

Para este propósito os presento al Sr. C, cuyos datos e información personales se omitirán por cuestiones de confidencialidad. Como cada vez más adolescentes, el Sr. C empezó a consumir cannabis de forma precoz, a la edad de 13 años. La primera vez fue en compañía de un amigo mayor, el cual le invitó a darle una calada a un canuto de hachís. La primera impresión fue positiva, unas risas y la sensación de estar haciendo algo de “mayores”. En unos cuantos meses, el consumo se hizo cada vez más frecuente y elevado, y para cuando tenía 15 años, ya estaba fumando hachís y marihuana prácticamente a diario un promedio de 2 o 3 porros al día. Claro está, este consumo le trajo algunos problemas: conflictos con sus padres, peleas con otros jóvenes, algunas multas e incluso un juicio por tenencia ilícita de drogas.

El Sr. C por lo demás, pasó una adolescencia “relativamente” normal. Consiguió terminar estudios de secundaria y bachillerato con notas medias y aunque le gustaba la historia, y de pequeño le gustaba mucho nadar, jugar al futbol y esquiar, pasó prácticamente toda la adolescencia sentada en el sofá de su casa. De hecho, su familia se mofaba que el sofá tenía la deformación del Sr. C.

Más o menos cuando tenía 20 años, el Sr. C decidió por su propia voluntad dejar de consumir hachís y marihuana, y pedir ayuda para ello – aquí es donde entro yo. Indudablemente, esto le costó al principio unas cuantas noches de insomnio, pasar el “mono” (deseos de consumo, ansiedad, nervios, etc.) y tener que dejar de salir con sus amigos, los cuales consumían prácticamente todos ya que se había rodeado de “colegas de consumo”.

Los cambios más positivos y quizá menos evidentes a simple vista, empezaron a desarrollarse al cabo de las semanas y los meses. El Sr. C, bien conocido por sus siestas interminables, su hambre voraz y su tranquilidad siempre pasmosa, comenzó a cambiar progresivamente. Lo que hasta entonces pareció ser un desempeño aceptable, pero algo mediocre a nivel académico, pasó a ser un interés y motivación genuina por estudiar, aprender y mejorar. En unos meses, el Sr. C pasó a ser uno de los estudiantes más destacados por su capacidad intelectual y dialéctica.

Asimismo, los intereses y nivel de actividad también desplegaron cambios significativos, al mostrar el Sr. C una mayor motivación por el auto-cuidado, el ejercicio físico, y una dieta más equilibrada. Y por concluir el colofón, tras varios meses de mejoras que dejaron a sus padres boquiabiertos, el Sr. C desarrolló un interés por viajar internacionalmente, y durante una estancia prolongada en Holanda, estableció una relación muy positiva.

El dejar de consumir Cannabis en definitiva le permitió al Sr. C no solo aumentar su capacidad de desempeño y actividad diaria, si no quizás más importante conocer fortalezas, aptitudes y rasgos de personalidad que estaban empañados por el consumo habitual de esta sustancia.

Y cabe preguntarse, ¿cómo habrían sido las cosas, o que habría logrado o hecho el Sr. C de no haber consumido esta sustancia durante los años de adolescencia? Como todas las preguntas “Y si…”, nunca lo sabremos…

La pregunta nos puede llevar en primer lugar a analizar cuáles son los efectos más notables del abuso del cannabis, y sin desdeñar el valor terapéutico, el cual existe y también analizaremos, entender principalmente cuales son los riesgos más notables y preocupantes de su abuso.

¿Qué es el Cannabis?

El cannabis es una droga que se extrae de la planta Cannabis sativa con cuyas hojas, tallos, flores o resina se elaboran las drogas ilegales más consumidas en España, en Europa y en el mundo: la marihuana y el hachís. La planta contiene más de 400 componentes químicos. Los tres cannabinoides más importantes, por sus efectos psicoactivos, son el delta-9-tetrahydrocannabinol (THC), el cannabidiol (CBD) y el cannabinol. Mientras que el THC es el responsable de la mayoría de los efectos, el cannabinol es diez veces menos activo que el THC, y el cannabidiol, tiene un perfil distinto, ya que produce efectos ansiolíticos y sedantes.

Los efectos más conocidos del cannabis sobre el cerebro son causados por su principio activo, el THC, que se halla en diferente proporción en función de la forma y modo que se utilice. Las formas más comunes de uso incluyen:

  • La Marihuana es la sustancia verde oscura que se consigue cuando se machacan las hojas secas, flores y pequeños tallos de la planta.
  • El Hachís proviene de la resina acumulada en las flores de la planta hembra y suele venir en bolas u onzas, y es por ello que comúnmente se le llama “chocolate”.
  • El Aceite de hachís es la resina de hachís disuelta y concentrada.
¿Por qué dejar de abusar del Cannabis y para qué usarlo?

El modo más habitual de consumir Cannabis es fumado en un cigarrillo (porro, canuto, etc), sus efectos pueden notarse precipitadamente, y duran entre dos y tres horas. Del total de THC contenido en un cigarrillo, entre un 10-25% llega a la sangre. La cantidad final de THC absorbido en el organismo depende de la profundidad y número de caladas y de la potencia de los porros. También se puede consumir por vía oral (aceites, pasteles, infusiones, etc) y la absorción es más lenta.

Desde 2008, se han detectado la multiplicación de “cannabinoides sintéticos” en diferentes partes de Europa, los cuales tienen efectos muy similares. Estos compuestos sintéticos se conocen comúnmente como “Spice”, que inicialmente se distribuyeron como productos legales, pero también han crecido en el mercado ilegal, dando lugar a intoxicaciones graves y mortales debido a que a menudo son mucho más potentes que el THC.

¿Cuáles son algunos de los efectos del abuso del cannabis?

A nivel Neurológico, el Cannabis afecta principalmente lo que llamamos el Sistema Cannabinoide Endógeno en nuestro cerebro, que se encarga de regular el funcionamiento de nuestra conducta, el aprendizaje, la gratificación, el apetito, el dolor y las emociones, entre otros.

Uno de los efectos más notables del abuso de cannabis por ejemplo, es lo que llamamos el “Síndrome Amotivacional”, que se refiere a una mezcla de falta de energía y actividad generalizada, falta de motivación e iniciativa, tendencia a la somnolencia, alteración de la memoria a corto plazo, y dificultades en la concentración. Este Síndrome Amotivacional, el cual aparece con un consumo más habitual y crónico, está detrás de muchos de los problemas de desempeño y rendimiento profesional o académico, y ciertas tendencias a la conflictividad.

Quizá uno de los riesgos más notables y peligrosos del consumo de cannabis, el cual todavía me sorprende lo desconocido por gran parte de la población, es la capacidad de generar síntomas paranoides, ataques de pánico, e incluso brotes psicóticos y esquizofrenia. Claro, en estos casos, la repercusión sobre la vida de la persona es muy grave y las consecuencias pueden lastrar de por vida o por un largo periodo. Y quiero recalcar, que para que se produzcan estos síntomas no es necesario consumir de forma aberrante o crónica, ya que se ven casos de brotes psicóticos graves tras consumos ocasionales.

Otros datos interesantes sobre el abuso del cannabis:

  • Actualmente el cannabis es la segunda sustancia (28,4%) causante de las admisiones a tratamiento en España, por detrás de la cocaína (44,7% del total) y seguida de la heroina (22,3%), siendo en muchas CCAA la primera sustancia.
  • Asimismo, el porcentaje de urgencias hospitalarias relacionados con el consumo de cannabis ha subido de forma continuada, pasando del 6,2% de los episodios en 1996 al 50,6% en 2019. Vaya, que cada vez más urgencias hospitalarias están relacionadas con el consumo de hachis o marihuana.
  • El 95,2% de todos los menores de 18 años que han sido admitidos a tratamiento por consumo de drogas ilegales en 2019 en nuestro país, lo han hecho por problemas asociados al consumo de cannabis.

¿Puede ser el cannabis medicinal o terapéutico?

De todas formas, no todo es negativo con el cannabis. El cannabis ha sido empleado desde antiguo para muy diversos fines tales como el aprovechamiento de sus fibras para la confección de tejidos y cuerdas o la utilización como aditivo alimentario, haciendo uso de su aceite y los cañamones como nutriente. También ha sido empleado por sus propiedades psicoactivas con fines religiosos y/o lúdicos y ocasionalmente para tratar algunas enfermedades. También hay pruebas que respaldan el uso médico del THC para controlar las náuseas y los vómitos, estimular el apetito y reducir el dolor. El CBD puede moderar los efectos psicoactivos del THC y tiene propiedades medicinales, por ejemplo, reduce las crisis epilépticas. Se ha autorizado la comercialización de varios medicamentos que contienen cannabinoides, como el ®Sativex, ®Marinol y Syndros, ®Cesamet y Canemes, y el ®Epidiolex.

Guillermo Gabarain
Departamento Psicológico, Psicoterapéutico y Coaching
Guillermo Gabarain
Psicólogo
Adultos y parejas
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