Gema Rubio, psicóloga y socia de SINEWS, trabaja con parejas del mismo y distinto sexo, ayudándolas a superar dificultades o incluso a tomar la decisión de separarse y conseguir un divorcio sereno.
¿Cuáles son los problemas más habituales que llevan a las parejas a consultar a un psicólogo?
Es cierto que hay demandas muy particulares, pero lo más habitual son los problemas para “entenderse”. Muchas veces las parejas dicen literalmente «hablamos distintos idiomas». Esto va a dar lugar a distintas consecuencias entre ellas a discusiones en lugar de discrepancias; que los problemas se enquisten en lugar de negociar y resolverlos; la «famosa» lucha de poder; dolor emocional que hace que los dos miembros de la pareja se distancien emocionalmente hasta compartir solo el espacio de la casa y la repartición de las obligaciones y finalmente sentirse desconectados e incomprendidos.
¿Son distintas las problemáticas en función de la edad o del tiempo que las dos personas llevan juntas?
No digo que las parejas que lleven poco tiempo no acudan a terapia de pareja a solucionar algún aspecto concreto (dificultades con la familia política, manejo del tiempo libre de cada uno…) pero mi experiencia ha sido mayor con parejas que tienen una relación prolongada y arrastran alguno de los problemas anteriores desde hace tiempo (hay que tener en cuenta que un hito en las relaciones en conflicto suele ser el nacimiento del primer hijo, ya que cambia la dinámica de la relación y no todas se «reajustan» adecuadamente). Cuando una pareja en conflicto tiene una relación prolongada, normalmente arrastran durante más tiempo las dificultades, ellos están más desconectados y resentidos. Podríamos representar la relación como un castillo y los problemas no resueltos como una bola de demolición. Cada vez que reaparece uno esa bola golpearía los muros destruyéndolos y debilitándolos y cuanto más débiles están, más fácil es derribarlos con cada lanzamiento. Cuando la relación está muy lesionada, todo duele muchísimo y ante ese dolor cada uno actúa como sabe por ejemplo alejándose y replegándose, enfadándose y exigiendo…
Ahora todo el mundo habla de “problemas de comunicación” ¿cuáles diría que son los fallos que cometemos más habitualmente las parejas a la hora de comunicarnos?
Yo siempre les digo a las parejas que no es hablando como se entiende la gente, si no, escuchando. Y aunque parece una tarea que se hace sin esfuerzo porque llevamos las orejas pegadas en la cabeza, es una labor que hay que aprender. Y para esto tenemos que querer voluntariamente escuchar al otro dejando a un lado (al menos momentáneamente) lo que queremos nosotros. Sería la actitud contraria a la “lucha de poder”, que no es otra cosa que contemplar solo lo uno quiere.
Las parejas con hijos con frecuencia hablan de no separarse por los niños. ¿Es ésta una decisión acertada?
Bueno, todos los psicólogos sabemos que los modelos más importantes para nuestros hijos somos sus padres y que los buenos modelos de adultos, son los que afrontan las dificultades, se comunican de forma eficaz y afectiva, son valientes, son felices, sonríen, disfrutan de la vida, la familia… Esto además, aporta un entorno seguro para el niño, un entorno en el que se siente «a salvo». Algo fundamental para el desarrollo físico y emocional sano del niño. Una pareja que se mantiene en la misma casa pero está desconectada o peor, enfrentada, no es un modelo de estas actitudes y mantiene una situación estresante para los niños ya que perciben su mundo bajo amenaza a diario.
En SINEWS tratáis también a muchas parejas del mismo sexo. ¿Tienen problemas distintos?
Bueno, en realidad, la diferencia entre las dificultades que puede tener una pareja homosexual respecto a una pareja heterosexual, es prácticamente la misma que la que existe entre parejas heterosexuales. Quiero decir, la raíz de los problemas es muy similar entre todo tipo de parejas aunque se pueda traducir en dificultades en el día a día algo distintas.
¿Qué diez consejos de oro desde su experiencia de terapeuta de parejas, le daría a una pareja que empieza sobre cómo construir su relación?
No sé si podría hacerte una lista de 10 recomendaciones, pero sí tengo clara cuál sería la primera y fundamental: aprender a escuchar a tu pareja. Esto no es oír, no hablo del sentido del oído, hablo de la capacidad para estar receptivo al contenido de lo que mi pareja me transmite, porque detrás esta lo que necesita en lo más profundo y lo que le hace daño. Es ir más allá de escuchar la queja e hilar más fino llegando a una necesidad no satisfecha (por ejemplo, detrás de «no entiendo porqué todos los jueves te vas a… « no está la necesidad de que mi pareja no se divierta al margen de mi. Podría ser la necesidad no satisfecha de sentirse importante para el/ella, no sentirse abandonad@… algo que se puede cubrir de muchas formas que no tienen nada que ver con dejar de hacer todos los jueves esa actividad).
Otra recomendación que considero a destacar es incluir preguntas básicas que realmente tienen un efecto muy potente en nuestra pareja cuando está transmitiendo una queja en relación a nosotros o a cualquier otro tema, como podría ser un tema laboral. Preguntas como: ¿hay algo más que quieras decirme? ¿te puedo ayudar en algo? ¿en qué te puedo ayudar? Y de nuevo, escuchar…
Hay muchas otras cosas que podría recomendar a las parejas pero el poder de cada una va a depender de las necesidades que tenga una pareja en concreto. Por ejemplo, la importancia de un tiempo en exclusiva cada x tiempo (por ejemplo salir a cenar o a comer una vez cada 15 dias sin hijos, o ir al cine solos una vez en semana…); adelantarse a la pareja y hacer algo que sabemos le viene bien sin que tenga que pedirlo (por ejemplo recogerl@ del trabajo un día especialmente duro sin que nos lo pida, ofrecerle que duerma una siesta y ocuparse de los niños para que se recupere de una mala noche)… Hay muchas pequeñas recetas que se pueden poner en marcha y que nos hace sentirnos queridos y atendidos por nuestra pareja y querer a su vez, cuidar y amar al otro.
¿Y a una que ya lleva muchos años y tiene que reavivar la llama?
La verdad es que la respuesta depende, porque en primer lugar habría que averiguar lo que a cada miembro de la pareja le hace revivir la llama, es decir, le hace sentirse amad@ por su pareja y por tanto, le hace sentir amor hacia ella. Si este es el único problema que tiene una pareja, no es nada complicado para un terapeuta asesorarles en este sentido.
¿Cómo se organiza una terapia de pareja en SINEWS? ¿Se escucha a cada parte por separado y se actúa de mediador? ¿Son siempre sesiones compartidas? Tengo curiosidad
Depende de la escuela de trabajo que siga el terapeuta. Que yo sepa, a ser posible en las sesiones terapéuticas todas las escuelas trabajan con los dos miembros de la pareja juntos. Pero en las sesiones de evaluación de es donde difieren unas formas de trabajo de otras.
Yo particularmente escucho a los dos miembros de la pareja juntos en la primera sesión y en la segunda dedico la mitad de la sesión a uno y la otra mitad al otro (ambas sesiones tienen el objetivo de recoger la información sobre los problemas que les llevan a consulta). El objetivo de hacerlo así es poder observar en la primera sesión como interactúan (si se escuchan, esperan su turno del habla, respetan lo que dice el otro…) y en la segunda sesión darles el espacio que permita poder responder con total sinceridad sin miedo a herir al otro. A mí me parece que este sistema de evaluación facilita no dejar en el tintero información que puede ser muy importante. A partir de ahí se les explica los objetivos terapéuticos que se han identificado necesarios y se comienza el trabajo terapéutico siempre juntos (en algunos casos, se trabaja solo con uno porque el otro miembro de la pareja se niega a venir a consulta).
Y cuando las cosas no van bien y la terapia no funciona, ¿todavía se puede ayudar?
La respuesta es sí, por supuesto. Hay que partir de que la terapia de pareja no tiene como único objetivo la mejora de la relación. Otros posibles objetivos son facilitar una separación amistosa o decidirse por uno o por otro objetivo. Esto es algo que se aclara desde el principio y solo cuando los dos miembros coinciden en el objetivo, se comienza con el trabajo terapéutico en esa dirección. De lo contrario, lo primero es clarificar que quieren.
Muchas parejas al comienzo dudan, aunque optan por dar una oportunidad a la relación e intentar recuperar la satisfacción. Poco después, los cambios que viven en la relación les alientan a seguir adelante trabajando la mejora de su vida en común (se hacen grandes descubrimientos acerca del otro y de uno mismo en la terapia de pareja).
Al margen de esto, si uno o ambos cambian su objetivo y quiere separarse (cuando ocurre esto normalmente ha habido poca implicación en la terapia, las sesiones, las tareas terapéuticas…), es fundamental asesorarles sobre el procedimiento y como actuar para evitar «guerras», mayor sufrimiento, salvaguardar el bienestar de ambos y fundamentalmente de los hijos si los hay. Es un trabajo muy importante en un momento de crisis y vulnerabilidad emocional agudos que facilita mucho la distorsión del comportamiento del otro y la actitud defensiva. Por eso siempre aconsejaría a una pareja que ha decidido divorciarse que lo haga con el asesoramiento psicológico de un profesional. Es importante tener en cuenta que los abogados velan por el beneficio de su cliente, que no tiene porqué coincidir con el de la familia al completo incluyendo los hijos.
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