Consejos para familiares y:o cuidadores de pacientes con demencia

Consejos para familiares y/o cuidadores de pacientes con demencia

El cuidado de personas con demencia es una labor compleja que abarca desde las fases iniciales hasta las más avanzadas de la enfermedad. En este contexto, la formación de los cuidadores emerge como un pilar fundamental para proporcionar una atención integral y de calidad. La comprensión profunda de las diversas etapas de la demencia se vuelve esencial, proporcionando la base necesaria para la planificación futura, la implementación de medidas de seguridad en el hogar y la efectiva gestión de las rutinas diarias. Para enfrentar eficazmente los desafíos específicos de cada etapa de la demencia, los cuidadores necesitan adquirir habilidades especializadas. La atención personal del cuidador, a veces subestimada, se revela como una pieza fundamental, no solo para prevenir el síndrome del cuidador quemado, sino también para mejorar el bienestar de la persona a cargo. La priorización de la formación continua y del bienestar personal refuerza la capacidad del cuidador, contribuyendo a un entorno más saludable y siendo esencial para brindar un cuidado sostenible a lo largo del tiempo.

Aquí se comparten orientaciones fundamentales para asistir a los cuidadores en el manejo de aspectos esenciales del cuidado y así elevar la calidad de vida de la persona afectada y la suya propia.

Consejos para familiares y:o cuidadores de pacientes con demencia 2

Orientaciones de cómo cuidar a alguien con demencia

Planificación Futura:

Tras el diagnóstico de demencia, planificar el futuro se vuelve esencial. La capacidad de conducir irá disminuyendo, por lo que se aconseja consultar con profesionales para determinar el momento adecuado para dejar de conducir. Mantener conversaciones abiertas sobre preferencias, especialmente acerca del final de la vida, facilita futuras decisiones. Evaluar la situación de vivienda, especialmente si la persona vive sola, anticipa la transición a entornos más asistidos. Designar un apoderado temprano permite tomar decisiones en nombre del paciente cuando sea necesario. La planificación financiera es fundamental, ya que la gestión se complica con la progresión de la enfermedad.

Seguridad:

Asegurar la seguridad en el hogar es fundamental para evitar accidentes, implementando acciones como mantener pasillos despejados y garantizar una iluminación adecuada. Para reducir los riesgos asociados a salidas al aire libre, se puede instalar alarmas en puertas y ventanas, proporcionar a los pacientes dispositivos GPS y dotarlos de una tarjeta identificativa para una seguridad integral tanto dentro como fuera del hogar.

Actividades Diarias:

Programar actividades cuando la persona esté más alerta y mantener una rutina son prácticas clave para mejorar la calidad de vida.

Dentro de estas actividades diarias, encontramos acciones esenciales para el autocuidado, como la higiene y arreglo personales, fundamentales para garantizar el bienestar físico y emocional de la persona. Además, se integran actividades que van más allá del autocuidado, abarcando el ocio, la socialización y la estimulación cognitiva. Estas contribuyen a mantener la vitalidad, la conexión social y la salud mental, añadiendo un componente enriquecedor a la rutina diaria. Es importante destacar que, aunque se busque estimular con estas actividades, encontrar un equilibrio adecuado es esencial, ya que la saturación puede resultar estresante y fatigosa para el paciente. Por lo tanto, mantener un balance entre la estimulación y el descanso es fundamental para una gestión integral y satisfactoria de la jornada.

Rutina del baño:

En las etapas iniciales, promover un uso regular del baño y restringir líquidos antes de dormir pueden ayudar a minimizar accidentes. En etapas más avanzadas, es común recurrir al uso de protectores absorbentes o pañales.

Calidad del Sueño:

Un sueño de calidad contribuye al bienestar general. Para ello, se recomienda evitar las siestas durante el día, establecer horarios regulares de sueño y controlar factores ambientales como los ruidos, la iluminación y la temperatura.

Consejos para familiares y:o cuidadores de pacientes con demencia 3

Cuidado Nutricional Personalizado:

Asegurar una nutrición adecuada es vital en todas las etapas de la enfermedad. En las fases iniciales, se establece una rutina de comidas con porciones pequeñas para mantener una ingesta constante de nutrientes y se adapta la textura de los alimentos según la capacidad de masticación. Con el tiempo, ajustar la consistencia de los alimentos, optando por opciones más suaves o en puré, no solo asegura una alimentación adecuada, sino que también reduce los riesgos de atragantamiento o aspiración. La evidencia respalda el beneficio de la dieta mediterránea en la demencia, centrada en verduras, frutos rojos, cereales integrales, pescado, aves, legumbres y frutos secos, junto con el uso de aceite de oliva. Esta dieta limita el consumo de carne roja, dulces, alimentos procesados y alcohol. Monitorizar el peso es esencial para garantizar la adecuada ingesta de nutrientes. En caso de pérdida significativa, se debe buscar orientación de profesionales de la salud.

Salud física en las etapas avanzadas de la demencia

La demencia, en su fase avanzada, desencadena una serie de cambios físicos que afectan la movilidad y la salud general de la persona. A continuación, se abordan distintos aspectos de este proceso:

  • Disminución de la Movilidad: en las etapas avanzadas, la capacidad de movimiento se ve significativamente mermada. La pérdida progresiva de habilidades para caminar, mantenerse en pie y levantarse de la silla o cama es común y multifactorial. Entre los elementos desencadenantes se encuentran medicamentos específicos para la demencia, condiciones médicas subyacentes, pérdida de visión, problemas de equilibrio y entornos no adaptados.
  • Úlceras por Presión: la falta de movimiento durante estas fases aumenta el riesgo de desarrollar úlceras por presión, también conocidas como escaras. Para prevenirlas, es necesario hacer cambios posturales, mantener la piel limpia y seca y controlar la aparición de erupciones cutáneas. Consultar con profesionales de la salud, como médicos o enfermeras comunitarias, puede llevar a recomendaciones, como el uso de colchones y cojines para aliviar la presión.
  • Infecciones y Coágulos Sanguíneos: la disminución de la movilidad en las etapas avanzadas conlleva un aumento del riesgo de infecciones y coágulos sanguíneos. Es crucial incentivar y respaldar el movimiento, ya sea a través de paseos o ejercicios en silla. Terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas pueden proporcionar asesoramiento sobre equipos y adaptaciones para facilitar la movilidad.
  • Problemas Relacionados con Infecciones: la salud física en estas etapas también se ve influenciada por problemas como infecciones, especialmente las del tracto urinario (ITU), que pueden causar confusión y alteraciones en el estado de conciencia. Dada la dificultad de las personas en estas etapas para comunicar verbalmente su malestar, la observación de cambios en el comportamiento se vuelve crucial para identificar posibles problemas de salud.
  • Manejo del Dolor: a pesar de la progresión de la demencia, el dolor persiste en las etapas avanzadas. La falta de capacidad para expresarlo verbalmente lleva a comportamientos inusuales. La prescripción insuficiente de medicación es común, y factores como infecciones del tracto urinario y condiciones como la artritis pueden ser causas habituales de dolor. Abordar el dolor mediante medicamentos y enfoques no farmacológicos, como masajes, es esencial.
Consejos para familiares y:o cuidadores de pacientes con demencia 4

Comunicación en la demencia

A medida que la demencia afecta la capacidad de recordar y expresarse, el cuidador desempeña un papel activo en la iniciación de conversaciones. La participación activa en conversaciones es esencial, evitando la ridiculización y reconociendo los comentarios, incluso si parecen fuera de contexto, para contribuir a un entorno respetuoso y comunicativo. Con el fin de aliviar la carga emocional de los cuidadores y prevenir posibles reacciones desfavorables en personas con Alzheimer, es aconsejable evitar contradecirles cuando comparten ideas equivocadas, ya que esto podría generarle irritación y confusión.

A medida que entramos en las etapas más avanzadas de la demencia y la comunicación oral se ve afectada, el lenguaje no verbal adquiere una importancia crucial. En este contexto, los cambios de comportamiento emergen como una vía adicional para expresar necesidades y emociones.

La agresión puede surgir como respuesta al dolor o amenazas percibidas, mientras que la angustia o la agitación pueden señalar confusión sobre la ubicación o situación. Comprender que estos comportamientos son respuestas a necesidades no satisfechas se vuelve crucial para abordarlos de manera efectiva.

A veces cambios repentinos en el comportamiento con aparición de confusión y agitación pueden indicar problemas médicos subyacentes, por lo que conviene tenerlo en cuenta y consultar con profesionales de la salud ante la duda.

Mantener la paciencia, un tono positivo y gestos amigables, adaptados al nivel de la persona, crea un ambiente cómodo y no intimidante. Esta aproximación favorece una comunicación más efectiva y comprensiva de las necesidades individuales, promoviendo así una atención integral en el contexto de la demencia.

Comportamientos desafiantes

Cuidar a personas con demencia que presentan comportamientos desafiantes puede ser agotador y tener un impacto significativo en la salud física y mental del cuidador. Ante comportamientos difíciles, se aconseja comprender que no son intencionales, adaptarse a la situación en lugar de buscar restaurar el pasado y, en momentos de frustración, tomar distancia para recuperarse emocionalmente. Se subraya la importancia de no acumular resentimiento en situaciones agresivas y buscar apoyo para procesar emociones. Hablar con otros cuidadores, profesionales o amigos puede proporcionar perspectivas valiosas y alivio emocional.

Consejos para familiares y:o cuidadores de pacientes con demencia 5

Cuidar a alguien con demencia es una tarea compleja que demanda comprensión desde las fases iniciales hasta las avanzadas de la enfermedad. La planificación, la seguridad en el hogar y la gestión de la rutina diaria son aspectos cruciales, pero también el manejo de comportamientos retadores.

La formación continua y la búsqueda de apoyo son esenciales para que los cuidadores afronten estos desafíos. La comunicación efectiva y la comprensión de los cambios de comportamiento enriquecen la calidad del cuidado.

Es vital que los cuidadores encuentren un equilibrio para evitar la saturación. El autocuidado, a menudo subestimado, resulta esencial; dedicar tiempo al descanso y tomar respiros regulares previene el síndrome del cuidador quemado, beneficiando tanto al cuidador como a la persona con demencia. Priorizar el propio bienestar fortalece la capacidad del cuidador y contribuye a un ambiente más saludable, siendo esencial para proporcionar un cuidado de calidad y sostenible a lo largo del tiempo.

Sobre la autora:

María Isabel Zamora es médico con doble especialidad en Psiquiatría y en Neurología. Tiene experiencia en la atención a pacientes de consultas generales de psiquiatría, y de forma más especializada, en la atención a pacientes que combinan síntomas psiquiátricos y neurológicos. Ha trabajado con pacientes de psicogeriatría y con pacientes de diversidad funcional. Tiene experiencia en deterioro cognitivo, síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, síntomas psiquiátricos relacionados con trastornos neurológicos o con dolor crónico, autismo, TDAH, trastornos adaptativos, depresión, ansiedad, adicciones, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del sueño, trastornos de conducta alimentaria, etc.

Dra. María Isabel Zamora
Departamento Médico
Dra. María Isabel Zamora
Médico especialista en Psiquiatría
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y francés
Ver su Curriculum

Autonomía en la demencia

Cómo es la autonomía en la demencia

Conducción de vehículos

Conducir un vehículo implica habilidades cognitivas y motoras, y aunque para muchos conductores se vuelve algo automático, renunciar a conducir puede ser complicado para alguien con demencia. Cuando la pérdida de capacidades pone en riesgo la seguridad, es crucial dejar de conducir. Algunas personas reconocen por sí mismas la necesidad de hacerlo, pero otras pueden resistirse. Comunicar la necesidad de renunciar a la conducción se convierte en un desafío para los familiares en algún momento, ya que algunos afectados pueden mostrar resistencia o negación.

¿En qué momento una persona con Alzheimer debería dejar de conducir? Aunque el diagnóstico de demencia no exige dejar de conducir de inmediato, el declive gradual de habilidades hará inevitable su renuncia en algún momento. Se aconseja observar signos de alerta, como desorientación, confusiones en la conducción o decisiones lentas. Renunciar a conducir puede ser difícil, pero abordar el tema con empatía y proponer alternativas de transporte puede hacerlo más llevadero. La seguridad debe prevalecer, y en casos extremos, medidas como esconder las llaves o vender el vehículo pueden ser necesarias.

Vivir en casa cuando se tiene demencia

En las etapas iniciales de la demencia, muchas personas pueden seguir viviendo en casa y disfrutar de la vida de la misma manera que antes de su diagnóstico. Después de recibir un diagnóstico de demencia, los profesionales ofrecen consejos sobre cómo seguir haciendo lo que es importante para la persona durante el mayor tiempo posible. También facilitan información acerca de los recursos y servicios que podrían ser útiles.

A medida que la enfermedad avanza, es probable que resulte más difícil cuidar de sí mismo y del hogar. En ese momento, es posible que las personas necesiten ayuda adicional con las actividades diarias como las tareas del hogar, las compras, etc. También pueden requerir adaptaciones en el hogar.

Autonomía en la demencia 2

Adaptaciones del hogar

La importancia de realizar adaptaciones progresivas en el hogar de una persona con enfermedad de Alzheimer radica en la prevención de accidentes, la mitigación de dificultades cognitivas y la reducción de limitaciones físicas. Estos cambios no solo cumplen con el propósito de mantener un entorno seguro, sino que también contribuyen a conservar un espacio familiar y acogedor. Al adaptar la vivienda, se logra crear un ambiente más amigable y accesible, permitiendo que la persona con demencia conserve una sensación de familiaridad y comodidad en su entorno diario. Este enfoque no solo contribuye a la reducción de la ansiedad y el estrés asociados con la enfermedad, sino que también mejora la calidad de vida del afectado y facilita la labor de los cuidadores.

Mantener la vivienda ordenada y confortable, con referencias espaciotemporales, beneficia tanto al paciente como al cuidador. Estos ajustes se implementarán gradualmente a medida que surjan problemas específicos.

Medidas para reducir riesgos incluyen eliminar alfombras, quitar muebles ligeros, cuidado con suelos deslizantes y asegurar puertas y ventanas. También se deben colocar interruptores de luz, garantizar buena iluminación y señalizar escaleras.

En la cocina, se sugiere etiquetar armarios y usar utensilios seguros. En el baño, cambiar la bañera por una ducha, usar alfombrillas antideslizantes y colocar barras de apoyo.

En el dormitorio, organizar objetos de uso común, fijar elementos que puedan caer y utilizar iluminación adecuada. A medida que la enfermedad progresa, se pueden incorporar barandillas en la cama.

Asegurarse de un ambiente seguro en el hogar de una persona con demencia implica realizar ajustes cuidadosos.

Listado de posibles adaptaciones para la vivienda:

  • Integrar indicadores visuales de tiempo y espacio, como relojes y calendarios a la vista, junto con la apertura de persianas para distinguir entre el día y la noche.
  • Señalizar habitaciones y etiquetar armarios con ayudas visuales.
  • Mantener buena visibilidad con luces adecuadas y colocar pasamanos e iluminación en las escaleras.
  • Retirar alfombras y cables que puedan causar tropiezos.
  • Colocar seguros en puertas y ventanas.
  • Precaución con elementos peligrosos como estufas, chimeneas. Guardar objetos cortantes y pequeños de forma segura. Vigilar medicamentos, cerillas, mecheros y productos de limpieza, asegurándolos en lugares seguros.
  • En la cocina, marcar claramente la posición de apagado en los mandos, instalar detectores de humo y usar vajilla resistente.
  • En el baño, cambiar la bañera por una ducha, usar alfombrillas antideslizantes, poner barras de apoyo.
  • En el dormitorio, colocar interruptores y puntos de luz de orientación hacia el baño. Instalar un timbre cerca de la cama y considerar barandillas a medida que avanza la enfermedad.
Autonomía en la demencia 3

Ayudas para la vida diaria:

Las ayudas para la vida diaria son elementos clave para asistir a personas con demencia en sus actividades cotidianas. Estas incluyen:

  • Relojes con visualización de día, fecha y hora: Facilitan la orientación.
  • Teléfonos con botones grandes: Programables con números de uso frecuente.
  • Dispositivos GPS: Brindan al paciente libertad para fomentar su autonomía en seguridad, proporcionando a los cuidadores la ubicación en tiempo real.
  • Aplicaciones especializadas para demencia: Incluyen ejercicios de estimulación cognitiva, álbumes de fotos digitales y ayudas para la reminiscencia. También algunas ofrecen funciones como despertador, toma de notas y recordatorios, ayudando en la gestión de medicamentos y alertas de citas.
  • Asistentes virtuales controlados por voz: Favorecen la independencia al proporcionar recordatorios de medicamentos y respuestas a preguntas sobre el clima o horarios de trenes.
  • Botón de teleasistencia.

Buscar apoyo en función de las necesidades:

En España, existen diversas ayudas sociales y recursos disponibles para personas con demencia y sus familias. Algunas de estas ayudas incluyen:

Asociaciones

Asociaciones como la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias o la Fundación Alzheimer España proporcionan información, apoyo y recursos para personas con demencia y sus familias.

Reconocimiento de discapacidad y dependencia:

Es importante tener en consideración que el acceso a medidas, derechos, prestaciones, recursos, ayudas, adaptaciones y demás beneficios destinados a personas con demencia y sus cuidadores familiares está sujeto al cumplimiento de ciertos «requisitos de acceso». Estos requisitos pueden abarcar aspectos como la edad, el sexo, el nivel de ingresos, los años de cotización previa, entre otros, dependiendo del ámbito y tipo de prestación o recurso.

  • Reconocimiento de la discapacidad: Permite obtener una certificación del grado de discapacidad. Si este es del 33% o más, otorga oficialmente la condición de "persona con discapacidad". Esto habilita el acceso a prestaciones, ayudas y recursos en diferentes sistemas, como Salud, Educación, Empleo, Servicios Sociales, Transporte, Vivienda, Fiscalidad, entre otros, siempre que se cumplan los demás requisitos de acceso específicos para cada caso (edad, sexo, etc.).
  • Reconocimiento de la dependencia: Este procedimiento determina si la persona es dependiente y en qué grado (moderado, severo o gran dependencia). El reconocimiento de un grado específico, junto con otros requisitos de acceso establecidos para cada caso, permite acceder a prestaciones y servicios específicos del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, según lo establecido en la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia. Estos servicios incluyen residencia, atención domiciliaria, atención diurna, prestación económica vinculada a servicios, prestación económica para cuidados en el entorno familiar, apoyo a cuidadores no profesionales, prestación económica de asistencia personal, entre otros.

Teleasistencia

El botón rojo de teleasistencia no se limita a ser un simple dispositivo de emergencia; se presenta como el asistente de las personas mayores, desempeñando un papel crucial en el impulso de la autonomía y la prevención de la dependencia.

Autonomía en la demencia 4

Centros de Día

Muchas localidades cuentan con centros de día especializados en la atención a personas con demencia. Estos centros ofrecen actividades y cuidados durante el día, permitiendo a las familias conciliar la atención con otras responsabilidades.

Programas de Respiro Familiar

Algunos Centros de Día y Residencias ofrecen programas de respiro para familiares cuidadores, brindando descanso temporal a través de cuidadores profesionales.

Residencias

Existen centros residenciales especializados en el cuidado de personas con demencia. Estos centros ofrecen atención 24 horas, servicios médicos y actividades adaptadas.

Es importante consultar con los servicios sociales locales y las asociaciones especializadas para obtener información específica sobre las ayudas disponibles en cada región. Además, los trabajadores sociales pueden orientar sobre los recursos disponibles para satisfacer las necesidades individuales.

La demencia desafía la autonomía en varios aspectos como en la conducción y en la vida diaria en el hogar. Es necesario hallar el equilibrio adecuado entre seguridad y autonomía. La adaptación del hogar se vuelve esencial para crear un ambiente seguro y familiar, permitiendo a la persona conservar su funcionamiento. El uso de ayudas para la vida diaria, como relojes adaptados y dispositivos de teleasistencia, se destaca como apoyo para mantener la independencia. Encontrar respaldo a través de asociaciones y servicios locales es fundamental para ofrecer orientación y soporte tanto a los pacientes como a sus familiares. Este respaldo emerge como un pilar esencial para abordar la enfermedad con mayor apoyo y comprensión, al mismo tiempo que se impulsa la autonomía del paciente.

Sobre la autora

María Isabel Zamora es médico con doble especialidad en Psiquiatría y en Neurología. Tiene experiencia en la atención a pacientes de consultas generales de psiquiatría, y de forma más especializada, en la atención a pacientes que combinan síntomas psiquiátricos y neurológicos. Ha trabajado con pacientes de psicogeriatría y con pacientes de diversidad funcional. Tiene experiencia en deterioro cognitivo, síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, síntomas psiquiátricos relacionados con trastornos neurológicos o con dolor crónico, autismo, TDAH, trastornos adaptativos, depresión, ansiedad, adicciones, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del sueño, trastornos de conducta alimentaria, etc.

Dra. María Isabel Zamora
Departamento Médico
Dra. María Isabel Zamora
Médico especialista en Psiquiatría
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y francés
Ver su Curriculum

Descripción de los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia

Descripción de los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia

Las personas son de más en más longevas, y por ese motivo tenemos cada vez más posibilidad de conocer a alguien en nuestro entorno que sufra deterioro cognitivo. En España hay más de 700 000 casos y se prevé que esa cifra se dispare en los próximos años, debido al envejecimiento de la población.

La demencia es incapacitante para el que la padece y devastadora para los familiares y los cuidadores. Es una de las principales causas de discapacidad y de dependencia en las personas mayores.

Es fácil sospechar una demencia cuando se observan fallos de memoria, pero no es tan sencillo cuando lo que aparece en primer plano son cambios en el carácter o en la conducta. A continuación se van a describir las diferentes manifestaciones psicológicas y conductuales que existen en las demencias.

Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia

Se ha consensuado el término Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia (SPCD) para denominar las reacciones psicológicas y los síntomas psiquiátricos y conductuales que suceden en las personas con deterioro cognitivo de cualquier origen. Son muy frecuentes en las personas que sufren demencia.

Los fallos en la percepción, el pensamiento, la afectividad o la conducta pueden ser debidos al propio deterioro cognitivo, o bien ser consecuencia de alguna condición médica, psicológica o ambiental intercurrente.

Los síntomas conductuales se identifican mediante la observación, mientras que lo psicológicos, se identifican mediante la interacción con el paciente. Típicamente es el cuidador quien identifica los síntomas psicológicos.

A continuación, se describen los diferentes Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia:

descripción de los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia 2
  • Depresión: la persona se muestra triste y apagada. Puede expresar sentimientos de ser una carga.
  • Irritabilidad: la persona se muestra mal humorada, impaciente e intolerante. Pierde la paciencia ante mínimas cosas.
  • Temor: la persona siente miedo o aprehensión a situaciones concretas o de forma más abstracta e inespecífica, mostrándose insegura.
  • Ansiedad: la persona siente tensión interna y desasosiego que no le permite estar tranquila.
  • Inquietud: la persona no para quieta debido a ansiedad y tensión interna.
  • Nerviosismo: la persona se muestra inquieta como expresión de su ansiedad y su tensión interna.
  • Agitación: la persona se siente intensamente inquieta y preocupada, sin poder calmarse. Puede reaccionar de manera agresiva.

Agresividad

  • Verbal: la persona puede alzar el tono de voz, insultar y amenazar.
  • Física: puede ser contra personas, la persona puede golpear, empujar, escupir a otras personas. O contra objetos, la persona puede tirar objetos al suelo, golpear muebles o puertas, etc.
  • Oposicionismo: la persona presenta una resistencia agresiva ante la realización de actividades básicas como asearse, comer o vestirse.
  • Apatía: la persona muestra pérdida del interés y de la motivación. Tiene falta de emoción y de entusiasmo.

Cambios en la conducta alimentaria

  • Pérdida de apetito: la persona pierde el impulso para comer.
  • Aumento del apetito: la persona tener aumentado el impulso de comer.
  • Hiperfagia: la persona ingiere más comida de la necesaria. Ingesta compulsiva. A veces introduce excesiva comida en la boca lo que puede desencadenar atragantamientos.
  • Hiperoralidad: la persona tiene hiperfagia y puede tener apetencia por limitados grupos de alimentos (generalmente hidratos de carbono), por alimentos poco saludables o incluso por material no comestible.

Problemas del sueño

Diferentes problemas del sueño pueden aparecer en una persona con demencia.

  • Hipersomnia: hay exceso de sueño.
  • Insomnio: hay falta de sueño.
  • Sueño fragmentado: el sueño es interrumpido y discontinuo por despertares nocturnos.
  • Pérdida de ciclo sueño-vigilia: es cuando el reloj biológico de la persona no está sincronizado con el entorno. En el caso extremo en el que existe una inversión total del ritmo circadiano, la persona está somnolienta durante el día y activa por la noche.
  • Alteraciones de conducta de la fase REM del sueño: la persona se mueve, habla y vive sus sueños, a veces de manera violenta dando patadas, puñetazos o gritando. La persona puede, sin querer, hacerse daño a sí mismo o a su acompañante de cama. Suele ser una persona externa la que alerta de este trastorno del sueño.
  • Cambio de personalidad o de carácter: la persona puede mostrar una forma de ser diferente a la de siempre, con una pérdida de su esencia. Puede ser más temerosa e insegura o, por lo contrario, más arisca y controladora. Otros cambios en el carácter pueden ser mostrarse impaciente, desinhibido, pasivo, apático, desconfiado, suspicaz o rígido.
  • Rigidez cognitiva: es cuando la persona es cada vez menos flexible mentalmente y muestra poca capacidad de adaptación a las circunstancias o a los cambios imprevistos. Le cuesta salirse de su rutina. Desea que las cosas se hagan a su manera y se desestabiliza o se enfada si no se hace así.
  • Pérdida de empatía: la persona pierde el interés por los sentimientos ajenos, mostrando una emoción superficial.
  • Alteración de la cognición social: pérdida del sentido de los valores sociales y de la capacidad de adaptación al mundo social. Por ejemplo, la persona puede dejar de usar utensilios y comer con las manos. Puede robar comida de otros platos. Puede apropiarse de objetos que no son suyos, etc.
  • Impulsividad: ausencia de previsión o de tacto social en el lenguaje, la expresión corporal u otras conductas.

Desinhibición

Es la pérdida de la capacidad de filtrar conductas y pensamientos.

  • Desinhibición conductual:
    • Conductas compulsivas repetitivas
    • Conductas de desinhibición sexual: Desinhibición o aumento de la conducta sexual, con pérdida de pudor. Hipersexualidad.
  • Desinhibición de los pensamientos:
    • La persona puede mostrarse más extrovertida e impulsiva.
    • La persona puede hacer comentarios fuera de lugar o socialmente inapropiados.
    • La persona puede hacer uso de lenguaje inadecuado.
  • Falta de juicio: es la pérdida de la capacidad para tomar decisiones. La persona pierde la capacidad de tener en cuenta y de evaluar los diferentes factores necesarios para la toma de decisiones.

Delirios

Creencias erróneas que la persona sostiene de manera tenaz sin evidencia que las apoye. La persona no percibe las cosas como son.

  • De perjuicio: la persona siente que está en peligro, que alguien le quiere perjudicar o dañar.
  • De envenenamiento: la persona cree que gente de su entorno le quiere envenenar, típicamente en la comida o con medicación.
  • De persecución: la persona siente que hay personas que le persiguen.
  • De falsa identificación:
    • Típicamente, la persona cree que se ha suplantado la identidad de un ser querido por un doble falso. Este tipo de falsa identificación se denomina síndrome de Capgras.
    • La persona puede no identificar su casa como propia y pensar que es una casa ajena.
  • De celotipia: la persona puede pensar que su pareja le es infiel.
  • De robo: la persona cree que le están robando porque no localiza sus pertenencias.

Alucinaciones

Son percepciones erróneas que implican a los sentidos. La persona que las padece las siente como si fueran reales, pero no pueden ser confirmadas por nadie más. Pueden ocasionar experiencias positivas o negativas. Existen diferentes tipos:

  • Visuales: percepción de imágenes a través de la vista. Confundir un objeto con una persona o con un animal no es una alucinación visual. Puede ser un error (por ejemplo, por baja agudeza visual) o puede ser una alucinosis.
  • Auditivas: la persona escucha algo irreal. Puede ser una voz, un sonido, una melodía…
  • Olfativas: la persona percibe un olor que no es real.
  • Táctiles: la persona siente sensaciones táctiles por el cuerpo que no son reales. Por ejemplo, puede sentir como bichos le recorren el cuerpo.
  • Actitud regresiva: la persona presenta una dependencia cada vez mayor del cuidador, tendencia a ser cada vez más sumisa, insegura o con actitud más dependiente o infantil.
  • Conductas de seguimiento del cuidador: tendencia a seguir a la persona que le cuida, como si de su sombra se tratara. Búsqueda de seguridad constante y de reconfort.
  • Vagabundeo: caminar sin rumbo fijo, sin propósito. Si la persona es dejada sin supervisión, existe riesgo de que se pierda, por la desorientación espacial de la demencia. En personas con limitaciones físicas o de equilibrio, también existe riesgo de caída.
  • Acciones repetidas y estereotipadas:
    • Vocalizaciones: tendencia a emitir sonidos, palabras o frases de manera reiterativa
    • Conductas: por ejemplo, quitarse constantemente el cinturón
descripción de los síntomas psicológicos y conductuales de la demencia 3

Es importante tomar conciencia de que la demencia no solamente se presenta con fallos de memoria y desorientación temporo-espacial, sino que existen muchos otros síntomas que pueden ser incluso más incapacitantes.

Conocer los Síntomas Psicológicos y Conductuales de la Demencia es clave para identificar de manera precoz el deterioro cognitivo y poder intervenir de manera temprana. También es fundamentar para orientar y apoyar a los familiares y cuidadores en el manejo de las personas afectadas.

Sobre la autora

María Isabel Zamora es médico con doble especialidad en Psiquiatría y en Neurología. Tiene experiencia en la atención a pacientes de consultas generales de psiquiatría, y de forma más especializada, en la atención a pacientes que combinan síntomas psiquiátricos y neurológicos. Ha trabajado con pacientes de psicogeriatría y con pacientes de diversidad funcional. Tiene experiencia en deterioro cognitivo, síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, síntomas psiquiátricos relacionados con trastornos neurológicos o con dolor crónico, autismo, TDAH, trastornos adaptativos, depresión, ansiedad, adicciones, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del sueño, trastornos de conducta alimentaria, etc.

Dra. María Isabel Zamora
Departamento Médico
Dra. María Isabel Zamora
Médico especialista en Psiquiatría
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y francés
Ver su Curriculum

Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico?

Cefalea tensional: ¿por estrés o problema neurológico?

Las cefaleas tensionales son comunes y pueden limitar la calidad de vida de quienes las padecen. Aunque son una patología neurológica, se han relacionado con estrés, ansiedad y depresión. En las últimas décadas, está aumentando su frecuencia, por lo que interesa conocer sus causas para prevenirlas.

En este artículo, se describirán las características de la cefalea tensional, sus posibles causas, su tratamiento y su prevención mediante el manejo emocional y del estrés.

¿Qué es la cefalea tensional?

Es el dolor de cabeza más habitual en la población. Se ha relacionado con estrés y ansiedad, aunque no se conoce bien cómo se genera. También se puede denominar cefalea por estrés.

¿Cómo duele una cefalea tensional? El dolor es una presión por ambos lados de la cabeza como si una cinta elástica apretara toda la circunferencia. Al contrario de la migraña, el dolor no es pulsátil, sino continuo. La intensidad puede ser leve o moderada, y la duración es variable.

En función de su frecuencia y duración, se dividen en dos subtipos. Las episódicas, que ocupan menos de 15 días en un mes y las crónicas, que aparecen durante más de 15 días en un mes.

Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico? 2

Causas de las cefaleas tensionales:

  • Las cefaleas tensionales se han relacionado con ansiedad, estrés y depresión. No obstante, los trastornos psicológicos no explican por completo estas cefaleas ya que también pueden aparecer en contexto de otros problemas que son más físicos, e incluso se han descrito factores genéticos.
  • De ahí que uno se pregunte si estas cefaleas son de origen psicológico o de origen neurológico.
  • La respuesta es que, detrás de los mecanismos neurológicos, hay una fuerte influencia del estado psicológico de la persona.
  • En la cefalea tensional, hay una falta de relajación de los músculos alrededor del cráneo, típicamente debido a tensión psicológica interna. Estando los músculos constantemente activados, terminan haciéndose más sensibles y, entonces, estímulos no dolorosos pueden terminar percibiéndose como si lo fueran.
  • Otras veces, la tensión muscular se debe a fatiga visual o a problemas físicos locales como dolor en el cuello o problemas de la articulación temporo-mandibular. En estos casos, ocurre algo similar. De la contracción mantenida por el sobreesfuerzo o el dolor, se terminan sensibilizando los receptores del dolor del musculo, lo que resulta en que éste se perciba más intensamente.
  • Por otro lado, en el cerebro, también existen centros donde se regula el dolor. A ellos, llega toda la información táctil y dolorosa del cuerpo. Se sospecha que, los problemas de ansiedad y de depresión alteran el funcionamiento de estos centros de control y que, por ese motivo, también puede aumentar la sensibilidad al dolor.

Algunos de los desencadenantes son: la fatiga, el hambre, la falta de sueño, los dolores del cuello, el bruxismo (chirriar de dientes), las posturas inadecuadas mantenidas, una insuficiente hidratación, los tóxicos como tabaco, el alcohol o la cafeína.

¿Cómo se llega al diagnóstico de una cefalea tensional?

El médico llega al diagnóstico de cefalea tensional mediante una entrevista clínica, pudiendo descartar otras causas mediante una exploración física y neurológica. Ocasionalmente, en casos dudosos, puede ampliar el estudio con un escáner (TC) o una resonancia magnética de la cabeza. El médico investiga las características, la localización, la duración, la intensidad y la frecuencia del dolor. Pregunta por características propias de otros tipos de cefaleas para descartarlas, como, por ejemplo, alteraciones en la visión, en el lenguaje, en la sensibilidad o en la movilidad que no son típicas de la cefalea tensional.

Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico? 3

¿Cuándo consultar con un médico?

Llamar al 112 o acudir a urgencias en caso de cefalea de inicio brusco y severo. También en caso que la cefalea se acompañe de parálisis facial (una parte de la cara que no se mueve), pérdida de fuerza, acorchamiento/pérdida de tacto en la piel, o dificultad para ver, hablar o pensar

Se recomienda programar una cita con un médico cuando no se controlen las cefaleas con la medicación habitual, cuando sean limitantes o cuando cambien de características. En general, los médicos de atención primaria están familiarizados con las cefaleas tensionales, aunque los especialistas de las mismas son los neurólogos. Cuando se sospechan problemas de ansiedad o de depresión importantes en su origen, se aconseja una valoración por psiquiatría o psicología para tratarlos. En Sinews, podemos ayudarte con una atención especializada dirigida a resolver los problemas emocionales de base.

Tratamiento de los episodios agudos de cefalea tensional

Como tratamiento farmacológico existen medicamentos de venta libre para tratar los episodios agudos. Para la cefalea episódica, están indicados los Anti-Inflamatorios No Esteroideas (AINEs) como ibuprofeno, aspirina o naproxeno. Para aquellos que no toleran los AINEs o que tienen alergia, se recomienda paracetamol. Es muy importante limitar el uso de analgésicos para evitar que la cefalea se cronifique y que se transforme en una cefalea por abuso de analgesia, que aparece cuando se toman regularmente estos medicamentos. Los pacientes que sufren cefalea tensional crónica (durante más de 15 días al mes), tendrán que consultar con un médico para tratamiento preventivo. Suelen recomendarse amitriptilina para estos casos.

Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico? 4

Cuando aparece una cefalea tensional, además de los analgésicos se puede ayudar a manejar el dolor con medidas no farmacológicas. En un episodio agudo, conviene evitar las sustancias irritantes (como café, nicotina, alcohol u otros tóxicos) y minimizar los irritantes ambientales (ruidos). Remedios caseros: aislarse en una habitación tranquila. Tumbarse en la cama. Cerrar los ojos y centrar la atención en la respiración que debe ser lenta y profunda. Aplicar presión leve sobre las sienes con el pulpejo de los dedos. En caso de tensión muscular en el cuello o en los hombros, un fisioterapeuta puede ayudar a tratar las contracturas. Si esto no es posible, se puede aplicar calor suave en la zona más tensionada con una bolsa de semillas o simplemente con agua de la ducha. También, uno se puede masajear con cuidado la zona dolorida de los hombros y de parte posterior del cuello, presionando con los dedos en círculos.

Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico? 5

Prevención de la cefalea tensional

Para mejorar la calidad de vida, lo más importante es prevenir las cefaleas para que sean menos frecuentes y limitantes. Estos son algunos consejos para prevenir las cefaleas tensionales:

  • Mantén una adecuada postura cuando trabajes, escribas o leas.
  • Hidrátate suficientemente.
  • Realiza ejercicios y estiramiento de cuello cuando mantengas posturas fijas durante muchas horas.
  • Ventila la habitación.
  • Si necesitas gafas, póntelas. Si pasas mucho tiempo ante una pantalla, realiza ejercicios para descansar la vista, desviando la mirada hacia un punto lejano durante unos segundos.

Reducir la cefalea tensional manejando el estrés. Para evitar que las cefaleas se prolonguen o se cronifiquen, es fundamental abordar el estrés y la ansiedad que las facilitan.

Manejo del estrés para reducir las cefaleas tensionales

Es difícil evitar y aislarse por completo de los estresores de la vida diaria, pero lo que sí se puede hacer es aprender a manejar el estrés. De esa forma, se reducirá el impacto que éste tiene sobre la salud mental y física y mejorarán las cefaleas. Estas son 15 recomendaciones para disminuir el estrés:

  1. Haz del ejercicio físico un hábito. Consulta con tu médico para saber qué ejercicio se adapta más a tu estado de salud.
  2. Sal a pasear y realiza actividades al aire libre.
  3. Toma una alimentación saludable y equilibrada, que incluya alimentos frescos.
  4. Adopta hábitos de vida saludables evitando cafeína, alcohol y otros tóxicos.
  5. Duerme suficientes horas por las noches y evita dormir en exceso.
  6. Evita la sobreexposición a dispositivos electrónicos y a redes sociales.
  7. Organiza tu tiempo.
  8. Simplifícate la vida. Haz planes realistas evitando sobrecargarte.
  9. Reconoce tus logros y reduce la autoexigencia.
  10. Permítete descansar a lo largo del día.
  11. Marca tus límites.
  12. Pide ayuda y aprende a delegar.
  13. Cambia de aires. A veces un cambio en la rutina es necesario.
  14. Cambia tu perspectiva. Considera que el vaso puede estar medio lleno. Adopta una actitud positiva.
  15. No pierdas el sentido del humor. Reírse alivia la tensión.
Cefalea tensional- ¿Por estrés o problema neurológico? 6

La cefalea tensional es muy frecuente y puede limitar la calidad de vida de quienes la padecen. Aunque no se conocen del todo las causas, la sensibilización neurológica al dolor en parte se explicaría por problemas de ansiedad, depresión y estrés subyacentes. Existen diferentes formas de tratar los episodios agudos, aunque si la respuesta no es la esperada, puede ser necesario consultar con un médico. Es importante tratar los problemas emocionales subyacentes para prevenir las cefaleas tensionales. Una valoración por psiquiatría o por psicología puede ser necesaria si no se consigue manejar la ansiedad o la depresión por sí mismo. En Sinews podemos ofrecerte un tratamiento psicológico o psiquiátrico dirigido que te ayudará a superar tu malestar.

Sobre la autora

María Isabel Zamora es médico con doble especialidad en Psiquiatría y en Neurología. Tiene experiencia en la atención a pacientes de consultas generales de psiquiatría, y de forma más especializada, en la atención a pacientes que combinan síntomas psiquiátricos y neurológicos. Ha trabajado con pacientes de psicogeriatría y con pacientes de diversidad funcional. Tiene experiencia en deterioro cognitivo, síntomas psicológicos y conductuales de la demencia, síntomas psiquiátricos relacionados con trastornos neurológicos o con dolor crónico, autismo, TDAH, trastornos adaptativos, depresión, ansiedad, adicciones, trastorno bipolar, trastorno obsesivo compulsivo, trastornos del sueño, trastornos de conducta alimentaria, etc.

Dra. María Isabel Zamora
Departamento Médico
Dra. María Isabel Zamora
Médico especialista en Psiquiatría
Adultos y adolescentes
Idiomas de trabajo: Español, inglés y francés
Ver su Curriculum