Los dispositivos electrónicos son herramientas muy útiles que se han convertido en una parte intrínseca de nuestra vida hoy en día. Utilizados de forma correcta se convierten en un valor añadido y de forma incorrecta se convierten en un obstáculo.

Lo primero que debemos entender es la extensión de la importancia de estos dispositivos en nuestra vida. Como adultos profesionales, los hemos integrado en nuestro día a día como herramienta indispensable para trabajar, socializar, reservar eventos, pagar, hacer deporte, entretenernos, organizar nuestras agendas y un infinito etcétera.

Teniendo en cuenta esto, ¿por qué esperamos que para los adolescentes no sea igual? El uso de dispositivos electrónicos es tan necesario para el correcto funcionamiento de las diferentes áreas de su vida como para los adultos, se podría argumentar que incluso más teniendo en cuenta el papel omnipresente que ha pasado a tener la tecnología en la educación en los últimos dos años. Sabemos que hay tanto ventajas como desventajas en el uso de estos dispositivos y aún así, cuando vemos a un adolescente con un Smartphone parece que solo recordamos lo segundo.

Tal vez esto se deba a que nos asustan más los posibles efectos adversos que los posibles beneficios. Sabemos que por un lado el uso correcto de dispositivos electrónicos puede ayudar en la socialización, crear nuevas formas de aprendizaje, incrementar la capacidad de solución de problemas y tolerancia a la frustración (videojuegos), posibilitar la creatividad y libertad de expresión, y permitir un acceso ilimitado a la información. Pero por otro lado el abuso de la tecnología entre los jóvenes puede provocar adicción y aislamiento, mayores niveles de ansiedad, trastornos de la conducta, bajo rendimiento escolar, depresión, estrés y falta de interés por lo que les rodea.

Lo que es importante reconocer aquí es la diferencia entre las causas de las ventajas y desventajas. Las ventajas asociadas al uso de dispositivos electrónicos aparecen con el correcto uso de éstos, y las desventajas aparecen cuando hay un abuso. Son el mal uso y el abuso por tanto, lo que debemos evitar.

Consejos

Si te preocupa un uso excesivo por parte de tu hij@ adolescente, puedes poner en práctica los siguientes consejos:

  • Crea un compromiso familiar, con unas reglas de espacio y tiempo que todos debéis respetar. Por ejemplo, no se puede utilizar el móvil antes de las 9 de la mañana ni después de las 10 de la noche; es importante proponer alternativas interesantes y divertidas para hacer juntos como ver una película en familia, jugar a algo, crear algo juntos como una maqueta o puzle o compartir cualquier actividad que sea interesante para ellos como aprender a tocar un instrumento. Con eso conseguiremos que no lo vea como una restricción sino como un cambio.
  • Hazles saber las ventajas de no estar siempre disponible, de una desconexión digital completa de vez en cuando. Podéis planear uno o dos días al mes en los que se realizará una actividad nueva y gratificante fuera de casa (una excursión, un concierto, un día de Spa, un evento culinario…
  • Apóyales en el uso de apps que le expongan a salir al exterior. Si le gusta hacer deporte hay muchas opciones que facilitan hacerlo al aire libre, incluso una app, Caminandum, que te ayuda a encontrar personas que practiquen el mismo deporte o actividad para realizarlo juntos o prestarse material.
  • Utiliza apps educativas con ellos para aprender juntos, por ejemplo un nuevo idioma. Hay apps gratuitas como Memrise y Duolingo que permiten aprender jugando, o apps de pago como Babbel que son más completas a nivel académico. Enséñales que pueden utilizar los dispositivos para satisfacer su curiosidad y aprender algo nuevo sobre un tema, introduciendo la cuestión de la veracidad de las fuentes y asegurándote así de que tus hijos están preparados para reconocer las noticias falsas.
  • Participa en las actividades en línea de tus hijos. Si jugáis juntos online o muestras interés por su grupo favorito que sigue en las redes sociales, se convertirán en pasatiempos compartidos. De esta manera, tendrás más control sobre el tiempo que se le dedica a estas actividades.
  • Explícales las diferencias en el uso del Smartphone y todo lo que ofrece de manera comprensiva. Queremos que entienda cómo usar correctamente los dispositivos para que pueda valerse por sí mismo, no imponer nuestro propio criterio.
  • Sé un ejemplo para ellos, comprometiendo a todos los miembros adultos de la familia a serlo también. Si nosotros mismos estamos enganchados al móvil o tablet siempre que tenemos un minuto libre, estamos validando un comportamiento erróneo. Por el contrario, podemos enseñarles cómo es un uso responsable, compartiendo con ellos las utilidades que nosotros sacamos en el día a día. Los padres siguen siendo el modelo más importante en la vida de un adolescente.
  • Asegúrate de tener una forma de estimar el número de horas que tus hijos pasan en línea de manera realista, Android, por ejemplo, cuenta con la función «Digital Wellness» que te dice cuántas veces desbloqueas el teléfono y cuánto tiempo pasas en cada aplicación. A veces ver las estadísticas te ayuda a darte cuenta del problema, y reflejarles esto de manera comprensiva puede llevarles a disminuir la exposición por cuenta propia.
  • Intenta no llegar a los extremos, como bloquear el internet de tus hijos o quitarle los dispositivos de golpe; lo harás aún más deseable.

Solo hay una consigna válida para el uso de éstos dispositivos, y es el equilibrio. Lograr un bienestar digital, sabiendo que dispositivos o aplicaciones usar en qué momento y cuando debemos parar. No es solo el tiempo delante de la pantalla lo que importa, sino la calidad de lo que están viendo. Esto significa que si no podemos reducir significativamente el tiempo que pasan delante de la pantalla, si podemos asegurarnos de que aprovechen estos dispositivos de la misma manera que lo hacemos nosotros.

En resumen:

Para limitar el uso de dispositivos electrónicos en adolescentes necesitamos ayudarles a encontrar el balance que ellos mismos no consiguen lograr. Como padres, se puede:

  1. Compartir el tiempo en línea interesándose por lo que a ellos les interesa
  2. Proponer un bienestar digital familar y alternativas viables, saludables y divertidas
  3. Ser un modelo a seguir, un ejemplo de buen uso de dispositivos electrónicos
  4. Explicar de manera comprensiva las diferencias entre uso y abuso
  5. Asegurarse de que entiendan cuando el uso es excesivo, enseñarles estadísticas
  6. Ayudarles a satisfacer sus necesidad de explorar y su curiosidad de manera adaptativa

En esta nueva era tecnológica, se nos presentan un millón de posibilidades y por tanto un millón de decisiones a diario. Tenemos en nuestras manos dispositivos que nos permiten una accesibilidad permanente; depende solo de nosotros mismos convertirlos en una herramienta de ayuda o en un hándicap. Ésta es la idea que debemos transmitir a los adolescentes.

Para más información sobre prevención, diferencias entre uso, abuso y adicción, factores de riesgo y de protección, y pautas de un uso adecuado, la Universidad Complutense de Madrid ha elaborado una guía para padres y educadores sobre el uso seguro de Internet, móviles y videojuegos.
Disponible en el siguiente enlace:

https://www.ucm.es/data/cont/docs/

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