Recibir noticias tan graves como la enfermedad de un familiar suele ser un hecho con un enorme potencial desestabilizador. Este hecho se agrava aún más si hablamos de cáncer, ya que esta enfermedad conlleva un enorme estigma por ser socialmente considerada una condición fatal, aunque en la práctica no siempre es así.

Muchas personas, una vez que ha pasado el impacto inicial de la noticia, luego se preguntan si hay algo que pueden hacer por su familiar, pero muchas veces surge la pregunta de cómo se puede ayudar a una persona en esta situación.

Como comentamos anteriormente en posts sobre este tema, hablar de cáncer en general es engañoso, ya que esta enfermedad, dependiendo de la ubicación, tamaño y estado de salud del paciente puede ser tan inofensiva como para no tener prácticamente complicaciones (en casos de detección rápida e intervención), o tan terminal como inoperable y mortal.

En cualquier caso, muchas de las cosas que podemos hacer por las personas que padecen esta enfermedad son las mismas independientemente del grado de gravedad de su afección, por lo que vamos a hacer ciertos puntos y luego a mencionar casos especiales.

  1. Entender qué tipo de ayuda necesita nuestro familiar: Todos tenemos una forma en la que nos gusta que nos consuelen, algunas personas necesitan contacto físico, las calma y las hace sentir mejor, pero otras no lo soportan y pueden sentirse incómodo con eso. De la misma forma, hay personas que aprecian la interacción regular y que los controlen para ver cómo les va, y hay quienes prefieren tener su propio espacio y tiempo a solas para manejar la ola de emociones que acompaña a este tipo de noticias. . Como no podemos leer las mentes de las personas con las que vivimos, hay un pequeño truco que casi siempre funciona: ¡Pregunte!
    Dar espacio a nuestro familiar y hacer preguntas como: «¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?», «¿Preferirías que hablemos de esto a menudo o crees que sería mejor para ti lidiar con esto en tu ¿propio?» «¿Te haría sentir mejor si hiciéramos planes con más frecuencia?» son excelentes formas de empoderar a la persona con la que hablamos. Les permitimos gestionar las interacciones que tienen de la forma que les resulte más sencilla, y también tenemos la certeza de que les estamos ayudando.
  2. Esté atento a reacciones emocionales intensas: Es muy normal que tras recibir noticias de este calibre, las emociones puedan apoderarse de la persona que las escucha. Las emociones que alguien pueda sentir pueden ser realmente variadas; tristeza, vergüenza, culpa por no haber actuado antes, ansiedad, miedo, enfado y muchos más. Compartir la carga de estas emociones (siempre al ritmo que marca el afectado, como se mencionó anteriormente) siempre las hace más fáciles de manejar. Además, normalizar este tipo de reacciones emocionales y acompañar a la persona que las sufre nunca es una mala opción.
    3) Presta atención a los pensamientos distorsionados: Cuando sufrimos oleadas de emociones negativas intensas, suelen sesgar nuestra forma de pensar y podemos acabar teniendo pensamientos algo dramáticos, ilógicos y algo extremos. No es raro encontrarse con personas que piensan que lo que les sucede es un castigo por algo que hicieron mal, que su vida ya no tiene sentido o que otros no pueden ayudarlos en absoluto. Ayudar a los pacientes a eliminar estos pensamientos es el trabajo de un psicólogo, pero a veces el simple hecho de ser consciente de que existen y que nos afectan negativamente ayuda a reducir el efecto que tienen en nosotros.

En algunos casos, lamentablemente, el cáncer es terminal y, aunque las muestras de apoyo mencionadas anteriormente son igualmente importantes, estos casos tienen una particularidad.

Cabe mencionar que ante la muerte muchas veces las personas reevalúan su vida y se plantean cómo les ha ido, qué podrían haber hecho de otra manera, etc. Este es un proceso natural y deseable, en el que se contará con el acompañamiento de un profesional. siempre ayuda.

Aun así, hay un elemento que suele dar sentido a los últimos momentos de la vida de una persona en fase terminal, y es la oportunidad de despedirse de sus seres queridos. Muchas personas que mueren de forma natural no tienen la oportunidad de despedirse de familiares y amigos, y en ocasiones esto es algo que pasa factura hasta el punto de complicar el dolor de las personas cercanas. Sin embargo, expresar emociones, deseos y afectos estando todavía puede ayudar tanto a los enfermos como a sus familias a seguir adelante y afrontar el final de una forma menos dolorosa.
Siempre existen los últimos deseos y acciones a tomar, y es en estos momentos cuando los pacientes tienen la opción de hacerlo.

El cáncer es una enfermedad cada vez más estudiada y comprendida, y ya son muchos los profesionales tanto en oncología como en salud mental (psicooncología) que dedican su vida a ayudar a las personas que lo padecen. El acompañamiento en estos momentos por personal calificado siempre puede ser un alivio que permita aligerar la carga de un momento tan difícil para quienes lo necesitan.

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