La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico, caracterizado por dificultades en el reconocimiento preciso y/o fluido de las palabras, la memoria verbal y la velocidad de procesamiento verbal. Se deriva de un déficit en la conciencia fonológica. Es un trastorno que dura toda la vida, aunque su impacto en un individuo puede variar en las distintas etapas de su vida. «Neurobiológico» significa que está causado por ciertas anomalías cerebrales de origen genético.

Aunque el número de programas de intervención temprana en los colegios, al menos en Madrid, está creciendo, con demasiada frecuencia sólo se detecta la dislexia cuando el niño «fracasa» en el aprendizaje de la lectura y sólo se empieza a intervenir después de recibir un diagnóstico formal, normalmente en torno a los 7 años de edad. Los efectos de retrasar la prestación de apoyo hasta este momento pueden incluir, no sólo un mal rendimiento académico, sino también una actitud negativa hacia el colegio, baja autoestima y problemas de conducta.

Este artículo pretende ofrecer información a profesores y padres sobre la detección del riesgo de dislexia en niños prelectores y sobre las mejores técnicas para que los niños con dificultades aprendan a leer con éxito.

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¿Cuánto saben los profesores sobre la dislexia?

Desgraciadamente, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, en España sigue existiendo una falta de formación en dislexia del profesorado en los centros de Educación Infantil y Primaria. Lo que saben los profesores sobre este trastorno varía, dependiendo más de su experiencia individual con los niños que de otra cosa. El hecho de que la dislexia sea uno de los trastornos más comunes en las aulas (en España el porcentaje de niños con dislexia es del 7-10%) subraya la importancia de abordar este problema mediante la provisión de recursos de formación e información.

Es importante disipar los mitos. Los mitos más comunes en torno a la dislexia, son, por ejemplo:

  • Que el principal síntoma de este trastorno es escribir las letras al revés o leer las palabras al revés.
  • Que la dislexia está causada por un problema de procesamiento visual.
  • Que la dislexia está asociada a un bajo nivel de inteligencia.
  • Que se puede curar la dislexia.

¿Cómo puede detectarse la dislexia en los niños antes de que alcancen la edad de leer?

Existe un consenso considerable entre varios recursos sobre cuáles son los signos precoces de que un niño puede experimentar dificultades de lectura más adelante. A continuación, figura una lista de los signos que deberían alertar a profesores y padres sobre la posibilidad de riesgo. No obstante, es importante tener en cuenta que es cuando se presentan al menos tres de estos signos, y sobre todo si persisten en el tiempo, que hay que ponerse alerta.

Muchos de los signos precoces de la dislexia se enumeran en este artículo. Otros signos tempranos (en niños de 3-5 años) incluyen:

  • Dificultad para recordar los nombres de cosas familiares o para aprender los números, los colores y las letras;
  • Le gusta escuchar cuentos, pero no muestra interés por las palabras o las letras de la página;
  • Días "buenos" y "malos" en el colegio, sin motivo aparente;
  • Dificultad para recordar secuencias, como los días de la semana, los meses, etc.
  • Falta de atención o concentración;
  • Falta de control motor, especialmente de la motricidad fina, por ejemplo, con el manejo del lápiz y las tijeras, o para abrocharse la ropa, atarse los cordones de los zapatos, etc.
  • Conductas problemáticas en sus habilidades sociales.
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En muchos colegios en los Estados Unidos se realizan cribados periódicos para detectar a los niños con riesgo de dislexia. Se realizan en el aula y se basan en un modelo que se llama “Response to Intervention” (en español: Respuesta a la Intervención). El éxito de este modelo ha sido respaldado por numerosas investigaciones.

¿Cómo pueden los profesores indentificar a los niños con riesgo de dislexia?

La detección de niños en situación de riesgo tiene más probabilidades de ser precisa si se basa, no sólo en los signos precoces mencionados, sino también en el riesgo familiar. Cuando los niños entran en el sistema escolar, los profesores de Educación Infantil tienen la oportunidad de recabar información sobre la familia del niño cuando se reúnen con los padres de los niños de su clase. Si preguntan si los padres o hermanos del niño han tenido dificultades de lectura o han sido diagnosticados de dislexia, sabrán si existe el riesgo genético. Los niños que tienen un pariente cercano con dislexia tienen un riesgo significativamente mayor de padecer ellos mismos el trastorno.

Los profesores de educación infantil tienen la oportunidad de recabar información sobre sus alumnos justo en el momento en que entran en el sistema escolar, durante la entrevista inicial que mantienen con los padres de cada niño. Se pueden enterar sobre el desarrollo del niño hasta ese momento y su comportamiento en casa. Los profesores también podrían proporcionar información a todos los padres sobre la dislexia y los signos a los que hay que prestar atención. Sin embargo, es importante que no se etiquete a los niños en esta edad tan temprana; el objetivo del cribado debería ser identificar a los niños que podrían tener problemas en el proceso de aprendizaje de la lectura. Siempre es posible que los niños identificados más tarde no muestren ningún problema o que, con un poco más de apoyo, sean capaces de alcanzar el nivel de lectura de sus compañeros. También es importante tener en cuenta que las dificultades pueden estar relacionadas con otro tipo de trastorno que no sea la dislexia.

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¿Qué debe ocurrir después de realizar un cribado de los niños?

Inicialmente, la idea sería que los niños detectados con factores de riesgo recibieran apoyo y refuerzo adicionales con la fonética y el desarrollo de su conciencia fonológica, ya sea por parte de profesores de colegio, asistentes de clase o especialistas en necesidades especiales. Con el tiempo, es posible que haya que dividir a los niños en grupos con distintos niveles, aunque esto depende de la disponibilidad de profesores para impartir esa enseñanza multinivel. Evaluar a los niños desde una edad muy temprana nunca va a ser un indicador preciso. Siempre es posible que los niños que parecen mostrar signos tempranos de alerta resulten no tener dificultades con la fonética y la lectura. Evaluar a los niños periódicamente significa que se puede hacer un seguimiento regular del desarrollo de las habilidades lectoras de cada niño. De este modo, si se descubre que un niño identificado como «en riesgo» aprende a un ritmo más rápido de lo esperado, siempre se le puede trasladar a otro grupo para que reciba una enseñanza menos intensiva.

¿Cómo dotamos a los niños de las habilidades necesarias para aprender a leer en el aula?

Los pasos básicos que se deben dar para preparar a los niños para el aprendizaje de la lectura se exponen en este artículo. Algunas otras pautas a seguir son:

  • Enseñar primero los sonidos de las letras (fonemas) con letras minúsculas;
  • Empezar por las letras más utilizadas;
  • Asociar letras con palabras mediante imágenes (por ejemplo, /b/ con la imagen de un bebé);
  • Reforzar las formas de las letras haciendo que los niños las tracen en el aire, en la arena o sobre la forma impresa de la letra;
  • Pedir al niño que encuentre cosas (por ejemplo, en el aula) que empiecen por esa letra.
  • Cuando los niños hayan aprendido todos los fonemas de una sola letra, enséñeles a combinar las consonantes con las vocales (sílabas). En español es mejor empezar con las sílabas de consonante-vocal (ma/ti/po/cu etc.).

¿Cómo pueden los padres apoyar este proceso con su hijo prelector en casa?

Si los padres sospechan que su hijo corre el riesgo de tener dificultades de lectura (véase el apartado anterior sobre señales tempranas), no deben dudar en informar a los profesores. También es importante que compartan con los profesores las técnicas que han comprobado que funcionan o no para su hijo en casa.

A continuación hay algunas pautas más para los padres:

  • Intentar ver juntos libros, cuentos o poemas todos los días. Un niño no sabe automáticamente cómo sujetar o abrir un libro, dónde empieza la historia, dónde está la parte superior del libro o en qué dirección se leen las palabras.
  • Ver juntos la televisión o vídeos de aprendizaje. Los niños aprenden mucho más si ven los programas con sus padres.
  • Trazar formas y letras y hacer letras con plastilina.
  • Jugar al "veo-veo" con los sonidos de las letras.
  • Palmar las sílabas de las palabras.
  • Cantar canciones que riman o canciones sobre los días de la semana, los meses del año, etc.
  • Las letras magnéticas también son muy útiles para reforzar los sonidos de las letras, las sílabas y las palabras en casa.
  • Exponer a su hijo a nuevas palabras siempre que sea posible para ampliar su vocabulario.
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Los siguientes recursos pueden ser muy útiles para los padres:

Family Guide from Reading Rockets | Reading Rockets – una guía que está en inglés y español.

Se recomiendan también las siguientes páginas que incluyen juegos gratuitos con los fonemas, sílabas etc.: Juegos fonológicos para practicar con niños | EDUCACIÓN 3.0 (educaciontrespuntocero.com)

Aunque a primera vista el modelo de Respuesta a la Intervención requiere una inversión inicial de recursos, especialmente humanos (profesores) para los cribados periódicos de los niños pequeños y la enseñanza multi-nivel en grupos, el argumento a su favor es que si esto significa que hayan menos niños con dificultades de lectura en una etapa posterior, se necesitarán menos recursos para los niños una vez que alcancen la edad de leer. Hay que añadir a esto el beneficio de evitar todos los problemas emocionales, psicológicos y de conducta de los niños que no reciben el apoyo que necesitan para aprender. Sea cual sea la estrategia utilizada, está muy claro que no debemos esperar a que los niños fracasen en la lectura para ayudarles.

Sobre la autora

Julia Jakubovics es británica. Vive en España desde hace más de 20 años. Es licenciada en Psicología y recientemente ha cursado un Máster en Intervenciones en Dificultades de Aprendizaje en Niños en el ISEP (Instituto Superior de Estudios Psicológicos). Actualmente trabaja como «Shadow Teacher» y Coach para Sinews, proporcionando apoyo psicopedagógico a niños con necesidades educativas especiales.

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