Logopedia- No es solo para niños

Logopedia: No es solo para niños/as

La comunicación es un aspecto fundamental en las interacciones humanas, y es imprescindible en muchos aspectos de nuestras vidas, desde las relaciones personales al desarrollo profesional. Aun así, para algunos adultos, la comunicación puede suponer un reto, si padecen dificultades en el lenguaje, en el habla o en la voz. Aquí es donde entra la logopedia para adultos, aportando una intervención muy valiosa para ayudar a las personas a mejorar su capacidad comunicativa y a ganar confianza en sus habilidades. En este artículo, exploraremos la importancia de la logopedia para adultos y el impacto positivo que puede tener en la vida de las personas.

Entendiendo los trastornos del lenguaje, el habla y la voz en adultos

Las dificultades en la comunicación en los adultos pueden ser secundarias a distintas causas. Por un lado, pueden estar causadas por un daño cerebral adquirido, como un ictus o un traumatismo craneoencefálico; por enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson; o pueden ser el resultado de un trastorno del desarrollo, factores psicológicos, o causas orgánicas, como un cáncer. Estos trastornos se pueden presentar de diferentes maneras, afectando al lenguaje, al habla y/o a la voz.

¿Qué trastornos del lenguaje pueden padecer los adultos?

El lenguaje es la capacidad propia del ser humano para expresar pensamientos y sentimientos por medio de la palabra. Si un adulto sufre un accidente cerebrovascular o una lesión en la cabeza, su capacidad de lenguaje puede verse alterada, presentando así, no solo dificultades para expresar sus pensamientos, sino también para entender lo que se le dice. Existen diversos trastornos neurológicos del lenguaje, aunque el más conocido es la afasia.

La afasia ocurre cuando se produce daño en las partes del cerebro responsables del procesamiento del lenguaje. Esta afección puede ser temporal o prolongada, dependiendo de la causa y de otros factores. El tratamiento logopédico ayuda a mejorar las habilidades del lenguaje de las personas que sufren.

Los tipos más comunes de afasia son:

  • Afasia de Broca: las personas con afasia de Broca en general, entienden lo que se dice, aunque pueden tener dificultad para entender oraciones largas o complejas. Por otro lado, tienen una mayor dificultad para expresar lo que quieren decir.
  • Afasia de Wernicke: este tipo de afasia se caracteriza por la dificultad en la comprensión de oraciones, y por expresión con palabras y frases con poco significado, o fuera de contexto.

¿Puede un adulto tener otras dificultades en la comunicación?

En términos logopédicos, cuando hablamos de lenguaje, nos referimos al contenido de lo que estamos comunicando, es decir, a las palabras, las reglas sintácticas que componen las oraciones y a la coherencia entre lo que estamos contando y el contexto de la conversación. Otras áreas de la comunicación oral que pueden estar afectadas son el habla y la voz.

El habla se refiere a la coordinación de los músculos orolinguofaciales que necesitamos para articular las palabras de forma adecuada y fluida. Si una persona no ha aprendido a articular ciertos sonidos durante su adquisición del lenguaje, pero tiene la posibilidad de aprenderlos, se trataría de un trastorno fonológico, o dislalia. Suele ocurrir con sonidos como la /s/ o la /r/ múltiple, si no las han aprendido como niños y como adultos siguen presentando esa dificultad.

Por otro lado, si las dificultades articulatorias han sido adquiridas por un daño cerebral, se trataría de una disartria. Cuando un adulto padece disartria, puede haber múltiples sonidos que “ha olvidado” cómo articular, viéndose la expresión oral afectada.

Si el adulto es capaz de articular todos los sonidos de forma adecuada, pero su fluidez en el habla se ve interrumpida por frecuentes repeticiones de sonidos, sílabas y/o palabras, además de presentar pausas injustificadas, se trataría de una disfemia: un trastorno en la fluidez del habla, también llamada tartamudez.

En otras ocasiones, la dificultad en la comunicación del adulto puede estar centrada en la voz. Las disfonías aparecen cuando hay problemas de voz rasgada, ronca o soplada de forma continuada, que impide al individuo a realizar su trabajo o a comunicarse en interacciones sociales. Pueden estar causadas por razones orgánicas, como unos nódulos; neurológicas, como una parálisis de cuerda vocal; o psicológicas, como la disfonía psicógena. Se recomienda consultar a un profesional, Otorrinolaringólogo o Logopeda, si la disfonía dura más de dos semanas, para valorar intervención quirúrgica, y para comenzar con un tratamiento logopédico en el que se realizarían ejercicios para mejorar la producción de la voz y se aprenderían hábitos vocales saludables.

Otros trastornos en los que intervienen los logopedas

Relacionados con la comunicación, pero en este caso, escrita, los logopedas también trabajan con adultos que presentan dificultades en la lectura o en la expresión escrita. Cuando estas dificultades no han estado presentes desde la infancia y aparecen en la edad adulta, ocurren de forma secundaria a un daño cerebral. Cuando la dificultad es principalmente en la lectura, se denomina alexia; y cuando es en la escritura, se trata de una agrafía.

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Finalmente, los logopedas también están especializados en trabajar con personas que padecen dificultades en la deglución. La dificultad para conseguir que los líquidos o alimentos desciendan por el esófago se llama disfagia. El bolo alimenticio podría descender por la vía respiratoria, en lugar de por la digestiva, y provocar tos, arcadas o atragantamientos. Puede estar causada por un estrechamiento en la parte posterior de la garganta, o por debilitación en músculos o nervios encargados de la deglución, secundarios, por ejemplo, a un trastorno neurológico. Cuando la dificultad está en la colocación de la lengua o de los labios al tragar, puede tratarse de una deglución atípica. Ésta puede ocasionar maloclusión, y se puede precisar de terapia logopédica cuando un adulto que coloca mal la lengua al tragar, y que empuja los dientes hacia delante, quiere utilizar ortodoncia.

¿Cuál es el papel del logopeda en estos trastornos?

El logopeda es el profesional encargado de la evaluación, diagnóstico e intervención de los trastornos de la comunicación y de la deglución. Aún así, cuando se trata de una causa neurológica y orgánica, el médico será el encargado del diagnóstico, y el logopeda, de evaluar la gravedad de la patología en ese momento y de elaborar y llevar a cabo un plan de intervención. Por lo tanto, en ocasiones, la terapia logopédica formará parte de un plan de intervención junto con otros profesionales.

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El plan de intervención suele involucrar una o más sesiones de terapia semanales, y la práctica de lo aprendido en el hogar, por lo que, si es necesario, los familiares del afectado pueden formar parte del tratamiento y ayudar con la práctica de los ejercicios aprendidos.

¿Qué resultados puedo esperar de la terapia logopédica?

Los resultados de la intervención pueden ser variables. Cuando la causa del trastorno es neurodegenerativa, la intervención logopédica puede reducir la velocidad en la que la dificultad está apareciendo y a minimizar sus efectos, pero puede que la dificultad no llegue a desaparecer del todo. En el resto de los casos, con la intervención el trastorno puede desaparecer, y en otros, puede reducir su gravedad, haciendo más fácil la vida diaria.

Autoestima y comunicación

Vivir con un trastorno en la comunicación puede tener un impacto significante en la autoestima y la autoconfianza del individuo. La logopedia para adultos no solamente se enfoca en la intervención de los trastornos de forma específica, sino que también provee apoyo emocional y anima a que los adultos incorporen lo aprendido en su vida diaria y a sus interacciones sociales, a que persigan objetivos a nivel personal y profesional, y a que adquieran una nueva seguridad en las habilidades aprendidas.

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La importancia de la logopedia

La logopedia para adultos es un recurso vital que puede transformar las vidas de las personas que sufren trastornos en la comunicación o en la deglución. A través de un tratamiento especializado, con un plan de intervención individual por parte de los logopedas, las personas pueden mejorar su capacidad de lenguaje, siendo capaces de comprender lo que les están diciendo y de encontrar las palabras que quieren utilizar para expresarse; pueden mejorar sus habilidades de articulación y de fluidez de habla; pueden optimizar el uso de su voz para actividades sociales y laborales; pueden leer o escribir de forma independiente; y pueden volver a beber y a alimentarse con seguridad.

La comunicación es la herramienta que utilizamos para relacionarnos unos con otros, para obtener lo que necesitamos o queremos, y para expresar lo que somos. La logopedia es la disciplina encargada de proporcionar esta herramienta a las personas que la necesitan, otorgándoles la oportunidad de paliar una necesidad tan básica como lo es el relacionarse y crear vínculos con otras personas.

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
Alba Sánchez Blake
Logopeda
Niños, adolescentes y adultos
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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Tiene mi hijo un trastorno específico del aprendizaje

¿Tiene mi hijo/a un trastorno específico del aprendizaje?

Alba Sánchez Blake es diplomada en Logopedia desde 2009. En la actualidad, trabaja en un colegio británico como logopeda, con niños con dificultades en el habla y en el lenguaje; y colabora con los profesores en la detección y asesoramiento de dificultades del lenguaje y del aprendizaje. Combina el colegio con trabajo clínico en Sinews, donde realiza evaluaciones e intervenciones logopédicas en niños y adultos.

Los padres de Martina acudieron a consulta con una gran duda: ¿tiene mi hija dislexia? Martina es una niña perspicaz e inteligente, tiene un vocabulario extenso y es muy hábil con el lápiz para hacer dibujos detallados. Aun así, desde que comenzó primaria, muestra grandes dificultades en la adquisición de la lectura y de la escritura, y parece no seguir el ritmo de sus compañeros.

Dylan es un ávido lector. Siempre que puede se sumerge en sus libros, y cuenta con muchos detalles lo que ha leído cada día. Sin embargo, a la hora de entender problemas matemáticos y de realizar operaciones de cálculo, muestra desinterés, no termina de aprenderse las tablas de multiplicar, y siempre parece estar despistado escribiendo los números en un orden incorrecto. La madre de Dylan nunca ha sido buena con los números, y eligió un recorrido académico lejano a las Matemáticas en cuanto pudo. ¿Podría ser que Dylan padeciera de discalculia?

¿Qué es un Trastorno Específico del Aprendizaje?

El Trastorno Específico del Aprendizaje (TEAp) es una discapacidad que produce dificultades en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas que involucran la lectura, la escritura y/o las matemáticas. Estos trastornos son una condición permanente de origen neurológico, no relacionados con una falta de capacidad intelectual, cuya gravedad puede variar de una persona a otra, o incluso en la misma persona, a lo largo del tiempo.

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Los TEAp afectan aproximadamente al 10% de la población (según la Asociación Europea de la Dislexia), por lo que puede haber entre dos y tres alumnos con TEAp en una clase de 25 alumnos. Aparte de las barreras académicas, las personas con TEAp también pueden experimentar barreras en el manejo de su tiempo, con sus habilidades organizativas, y con la percepción o interacción social. Los TEAp más comunes son la dislexia, que afecta a la lectura y a la escritura; la disgrafía, que afecta a la parte mecánica de la escritura; y la discalculia, que afecta al procesamiento de números y a las matemáticas.

Estos trastornos pueden aparecer de forma independiente o combinada, es decir, un mismo individuo puede padecer uno de los trastornos o varios de ellos. Un diagnóstico y una intervención tempranos ayudarán a paliar las dificultades de las personas con TEAp, proporcionándoles un mejor pronóstico a nivel académico, mayores posibilidades a nivel profesional, y, por lo tanto, más probabilidades de realizarse a nivel personal, con un mayor bienestar general. Las evaluaciones de estos trastornos se realizan desde el primer ciclo de primaria hasta la etapa universitaria.

¿Qué NO es un TEAp?

Según el DSM-5, las dificultades de aprendizaje no se explican mejor por:

  • Discapacidades intelectuales,
  • Trastornos visuales o auditivos no corregidos,
  • Otros trastornos mentales o neurológicos,
  • Adversidad psicosocial,
  • Falta de dominio en el lenguaje de instrucción académica,
  • Directrices educativas inadecuadas,

Tipos más comunes de TEAp, rasgos y banderas rojas

Dislexia

La dislexia es el TEAp más común, afectando aproximadamente al 80% de las personas con un trastorno específico del aprendizaje. Está caracterizada por dificultades en la lectura, la escritura, la ortografía o la comprensión lectora.

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Algunas banderas rojas que nos pueden avisar de la existencia de la dislexia son:

  • Dificultad para aprender el abecedario, y para recordar qué sonido es representado por cada letra.
  • Dificultad para memorizar rimas o canciones.
  • Vocabulario reducido o comienzo de habla tardío.
  • Cuando ya han empezado a leer: saltarse palabras cortas, sustituir unas palabras por otras, baja comprensión lectora.
  • Lectura o escritura de letras en espejo, y confusión entre las letras p, q, b y d.
  • Factor hereditario: uno o más miembros de la familia ya han sido diagnosticados con dislexia.

Disgrafía

La disgrafía se asocia a dificultades en tareas escritas. Puede afectar a distintas habilidades, desde no saber sujetar el lápiz de manera adecuada hasta presentar dificultad para dibujar figuras, escribir o copiar letras y números.

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Suele ser difícil decodificar y leer lo que ha escrito un estudiante con disgrafía. Algunos rasgos que presentan en su escritura son:

  • No recordar o no saber representar la forma de las letras.
  • No controlar el tamaño de lo que está escribiendo.
  • Presentar muchas faltas de ortografía.
  • Escribir letras escritas en espejo.
  • Olvidar el uso apropiado de mayúsculas y minúsculas.

Discalculia

Las personas con discalculia presentan barreras con la comprensión de cantidad, números y conceptos matemáticos. Aproximadamente el 3% de la población padece discalculia. Para los individuos que la padecen, puede ser difícil seguir y repetir secuencias, e identificar los datos clave en un problema matemático necesarios para resolverlo.

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¿Cómo obtener un diagnóstico?

Para el diagnóstico de un trastorno específico del aprendizaje será importante la colaboración del docente, tanto para informar como confirmar sobre banderas rojas observadas dentro y fuera del aula. Según el DSM-5, las dificultades en la lectoescritura o en las matemáticas deberán persistir durante un periodo de 6 meses, a pesar de intervenciones dirigidas a estas dificultades. También es importante destacar que se deben tener al día las pruebas de audición y optometría, para descartar dificultades en estas áreas.

Una vez identificadas estas dificultades, el siguiente paso es recibir asesoramiento profesional. Primero, se realiza una entrevista en la que se recopilan datos médicos y el historial familiar del estudiante. Después, se realizará una evaluación por parte de un psicólogo y de una logopeda, eligiendo las pruebas según los datos obtenidos en la entrevista.

  • El psicólogo se encargará de evaluar las funciones ejecutivas de la niña (como razonamiento fluido, velocidad de procesamiento, memoria de trabajo, capacidad verbal y visoespacial), obteniendo así su capacidad en estas áreas y su Cociente Intelectual (CI). Si se considera necesario, el psicólogo también evaluaría las áreas emocionales, sociales y de atención.
  • La logopeda realizará una batería de rendimiento académico, evaluando lenguaje oral (comprensión y expresión), lectura, escritura y matemáticas.
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Finalmente, se compararán los resultados obtenidos por ambos profesionales para obtener un diagnóstico. Toda la información recopilada durante la entrevista, la evaluación y el diagnóstico se entregará a los padres en un informe. Los profesionales involucrados en la evaluación deberán dar a conocer a los padres la intervención más adecuada a su hijo (sesiones de logopedia, un study-coach o psicoterapia), y las adaptaciones curriculares correspondientes a sus necesidades.

¿En qué consiste la intervención de un TEAp?

A pesar de que no exista una “cura” para los trastornos del aprendizaje, existen diferentes maneras de mejorar las habilidades de lectura, escritura y matemáticas. El tratamiento consistirá en el fortalecimiento de estas habilidades, construyendo desde la base, favoreciendo un aprendizaje progresivo de forma multisensorial, haciéndolo lo más atractivo posible al paciente.

Construir desde la base significa, por ejemplo, no enseñar a leer palabras si aún no se conoce el sonido que produce cada letra, o no enseñar a sumar a un niño que no conoce la diferencia cuantitativa entre un 2 y un 4. Hacerlo de forma multisensorial significa que no solamente se utilizarán lápiz y papel, si no que se buscará utilizar todos los sentidos en el aprendizaje. Un ejemplo de este método pedagógico sería practicar a escribir letras o números dictados en espuma de afeitar, involucrando así el oído (para escuchar la letra o el número dictado), la vista (para observar que lo que el paciente hace con su dedo es adecuado), el tacto (al sentir la espuma de afeitar) y el olfato (al percibir su olor).

En España, las logopedas son las encargadas de la intervención clínica en las dificultades de la lectura y la escritura. Las dificultades matemáticas pueden ser intervenidas por una logopeda o por un tutor especializado en estas dificultades. Como parte de la intervención se incluirán asesoramiento y pautas a la familia, adaptaciones curriculares, y, si se considera necesario, terapia ocupacional y/o educación especial. La psicoterapia también puede ser útil para trabajar problemas emocionales y de comportamiento que pudieran acompañar a un TEAp.

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No debo confundir un TEAp con:

  • Déficit de Atención (TDA o TDA-H): el Trastorno de Déficit de Atención, con o sin hiperactividad, causa dificultades académicas, pero estas no tienen por qué ir ligadas a las habilidades en lectura, escritura y matemáticas, si no a la capacidad de atención del alumno.
  • Trastorno Específico del Lenguaje (TEL): un TEL afecta a la capacidad de comprensión y expresión verbal. Por tanto, la capacidad de comprensión y expresión escrita estarán afectadas también en los individuos con esta condición, al igual que la resolución de problemas matemáticos. Aun así, no tendrían por qué estar afectadas las áreas de decodificación de letras para la lectura, la parte mecánica de la escritura o el área de cálculo matemático.
  • Autismo (TEA): ¡ojo con no confundir las siglas! Las personas con Trastorno del Espectro Autista muestran dificultades en la comunicación e interacción social, e intereses restrictivos o repetitivos. Estas dificultades pueden repercutir en el ámbito académico, pero no tienen por qué conducir a un TEAp.
  • Dificultades secundarias al bilingüismo: el bilingüismo por sí solo no provoca dificultades a nivel académico. Lo único es que, los estudiantes bilingües, al igual que los monolingües, pueden presentar trastornos del aprendizaje.

Los Trastornos Específicos del Aprendizaje se descubren por un rendimiento académico bajo causado por dificultades en la adquisición y el desarrollo de las habilidades de lectura, escritura y matemáticas. Estas dificultades se pueden paliar, y es posible conseguir un rendimiento académico adecuado si se realizan un diagnóstico y una intervención personalizada, y dirigida a las dificultades de cada individuo en concreto.

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
Alba Sánchez Blake
Logopeda
Niños, adolescentes y adultos
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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Does Dyslexia Come & Go? Tips for College Students with Literacy Difficulties

Does Dyslexia Come & Go? Tips for College Students with Literacy Difficulties

Question

I have an 18-year-old daughter who started college this year. She called me a few days ago worried because she mixing up letters and writing words incorrectly, asking if she should go to a specialist; since when she learned to read she often confused the «d» and the «b» when reading or writing.

My question is, can dyslexia appear and disappear in evolutionary periods?

Could we have missed a Dyslexia diagnose?

How will it affect her learning?

Answer

Dyslexia is a learning disorder of neurological origin, and people who suffer from it have it throughout their whole lives. The severity of dyslexia can vary from one person to another, or even in the same person, so the same person may have learned techniques to compensate for their dyslexia during their education, either with the help of a speech therapist, teacher or by themselves, but have periods when their difficulties with reading and writing are more present.

Dyslexia is not related to a lack of intellectual capacity and is not a barrier to success, so many people are able to prepare and study for the profession they want, and develope in life like anyone else. For this reason, there are times when a diagnosis could go unnoticed, if these difficulties do not affect, above all, at the academic level.

Some ways dyslexia can affect college-level learning, and some tips for dealing with them include:
  • Mistakes when taking notes during lectures. It may happen that, even if the person with dyslexia does not have vision or hearing difficulties, when taking notes and copying words that have been seen or heard, mistakes are made when writing them down, and this can derive in having the studying notes wrong. Due to the difficulties of decoding the written language of people with dyslexia, these errors go from writing a word incorrectly, to changing one word for another (often, if they are similar, such as "conversation" for "conviction", for example) or even delete some words or entire lines, if you are copying.
    • TIP: Record the audio of the lessons, and take photographs of the slides that are put in class, to later review the written notes. The recording can also be used to review in aural way, instead of in writing, and thus avoid the difficulty that could be when reading the notes.
  • Difficulty memorizing texts. People with dyslexia often have a greater difficulty memorizing unusual words in casual vocabulary or texts.
    • TIP: Similar to the previous solution, it is advisable to record yourself with the texts to be memorized. In the written notes, use different colored highlighters, highlighting the most important words in each text, and make outlines. For new words to acquire, you can have a booklet with word definitions, and you can play games with tricky spelled words until you have learned them, like the pyramid game. For example, if you always forget how to spell the word "vaccinate”, you can practice writing it like this:
      V
      VA
      VAC
      VACC
      VACCI
      VACCIN
      VACCINA
      VACCINAT
      VACCINATE
  • Errors in the exams when reading the questions or writing the answers
    • TIP: Read the questions several times, and if there are several things to answer within the same question, make a small diagram of how that question will be answered, and then develop the answer one step at a time. For writing errors, it is advisable to always review what has been written.

At the university, as in previous educational stages, there are curricular adaptations for students with dyslexia, such as allowing the use of support material (computers with specific software for dyslexia, tape recorders, etc.), verbalizing aloud what is being showed in a presentation or written on the board, giving more time to do reading and/or written assignments that are done individually in the classroom or in a non-present way. Even so, to enjoy these adaptations, a diagnosis of dyslexia is necessary, and that the literacy skills are within the parameters established by the university. So, in your daughter’s case, she would need a complete academic evaluation, done by a psychologist and a speech therapist, in order to have a diagnose.

If you want to learn more about children with literacy difficulties, go to my article “How to help my child with dyslexia
https://www.sinews.es/how-to-help-my-child-with-dyslexia
Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
Alba Sánchez Blake
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Estimulación de Lenguaje en Bebés

Estimulación de Lenguaje en Bebés

Hoy en día, la gran mayoría de los niños que viven en grandes ciudades, como Madrid, comienzan la Educación Infantil antes de los 2 años, algunos incluso a los 4 o 5 meses de edad, debido a reincorporación de sus padres al trabajo. Es cierto que al comenzar la educación tan temprano, muchos obtienen grandes beneficios, como aprender a socializar con otros niños, a no depender tanto de sus padres, a ser más independientes o a desarrollar un vocabulario más completo. Los bebés son como esponjas, y aunque no veamos inmediatamente todo lo que están aprendiendo, nos van mostrando poco a poco todas las habilidades que van adquiriendo gracias a la estimulación que les demos tanto activa como pasivamente. Los bebés nos escuchan hablar desde que están en el vientre, y son capaces de reconocer su lengua materna, mostrando más interés hacia ella, desde el día de su nacimiento.

Desde el inicio de este curso, los niños que van a la escuela a edades tan tempranas o, que incluso, están al cuidado de personas que no son sus padres, pueden tener uno de los perjuicios del uso de las mascarillas: no poder observar la articulación de quiénes les están hablando. Esto repercute negativamente en el desarrollo de su lenguaje, ya que necesitan, además de escuchar a otras personas hablando, ver cómo mueven sus labios y lengua al hablar. Por lo tanto, ahora, más que nunca, nuestros bebés van a necesitar que les estimulemos el lenguaje de manera extra cuando estemos en casa, para que reciban ese apoyo visual tan necesario.

Para cualquier tipo de aprendizaje es necesario que realicemos actividades ligadas a emociones positivas, así que habrá que “disfrazar” estas lecciones en un paquete atractivo para que aprender sea algo divertido, tanto para nuestro bebé, como para nosotros. Podemos estimular el lenguaje de muchas maneras y a cualquier hora del día. Aunque al principio no nos sepan contestar con palabras, y pueda parecer inútil hablarles tanto, esto no podría estar más alejado de la realidad: cuanta más estimulación del lenguaje reciban a cualquier edad, más enriquecido será su vocabulario. Estos son algunos ejemplos de cosas que podemos hacer para estimular el lenguaje de nuestros hijos de manera natural y entretenida:

Habla, habla, habla. Todo lo que puedas, sobre lo que estáis viendo o lo que estáis haciendo. Por ejemplo, si vais al supermercado, puedes ir comentando los alimentos que estáis viendo o que vais metiendo en la cesta; y a la hora del baño, puedes ir nombrando las partes del cuerpo que le vas lavando.

Repite, repite y repite. La repetición es nuestra amiga cuando hablemos con nuestros pequeños. Les ayuda a que ellos, si están en ese punto, puedan repetir la palabra que estemos diciendo con nosotros, y si no, a que tengan más input sobre el nombre de una cosa (vocabulario) y sobre cómo se pronuncia esa palabra (articulación). Por ejemplo, si le estamos lavando las manos, podemos incluso inventar una canción:

“Me lavo las manos,
manos, manos, manos,
con agua y con jabón,
con agua y con jabón”.

Utiliza las onomatopeyas cuando habléis, juguéis o leáis. Ayudan a relacionar un objeto u animal con su sonido, creando nuevas conexiones cerebrales, y a desarrollar diferentes sonidos articulatorios. Por ejemplo, cuando os montéis en el coche, podéis decir que el coche hace “brumm” o una pedorreta sonora, y que el pito hace “piiiiii piiiii”.

Utiliza la música. ¡Canta y baila con tu bebé! No es necesario que tu afinación sea la mejor ni que seas un bailarín de primera. Escuchar canciones infantiles desarrollará su ritmo y vocabulario de una manera atractiva para él o ella. ¡Memorizar canciones y rimas infantiles también le preparará para la lectoescritura! Puedes bailar libremente o haciendo gestos que acompañen a la canción y que refuercen el vocabulario de lo que se está cantando. Y tampoco es necesario que nuestros bebés siempre escuchen canciones infantiles, por lo que les puedes poner también música que te guste a ti, o música clásica, que también ayudará en su desarrollo cerebral.

Utiliza los 5 sentidos. Podéis probar distintos sabores que contrasten entre sí e ir hablando de lo que estáis probando, tanto del sabor como de la apariencia y el olor del alimento (“¡Uy! ¡Qué ácido está el limón! ¿Te has fijado que el limón es amarillo por dentro y por fuera? ¡Y tiene algunas semillas!”). Podéis comparar objetos o telas con diferentes texturas, o de diferentes temperaturas (“Esta manta rosa es muy suave, la podemos tocar con la mano o con la cara. Pero esta alfombra es áspera, ¿verdad? No dan ganas de ponérsela en la cara, además de que puede estar sucia de estar en el suelo”). Podéis hablar de los distintos olores de las comidas que vayáis a comer, de una colonia o del jabón que vayáis a usar.

Leed juntos. Hay gran variedad de libros en diferentes formatos: libros que cuentan una historia, libros para trabajar vocabulario de diferentes categorías semánticas (animales, colores, formas…), libros con dibujos pop-up, libros con texturas incluidas, libros de tela o de plástico, que pueden coger y meterse en la boca sin problema de que se rompan. Que escuchen diferentes cuentos y que, si nos lo piden, leamos el mismo muchas veces, ayudará a desarrollar su vocabulario, y más adelante, su interés por la lectura de manera independiente. Algunas recomendaciones son: “El pollo Pepe”, “El monstruo de los colores” y “Oso pardo, oso pardo, ¿qué ves ahí?”.

Jugad juntos. Para estimular el lenguaje mientras jugamos, podemos utilizar juguetes de objetos que utilizamos a diario, como juguetes de vajilla y de comida; o animales, que podemos nombrar, decir qué ruidos hacen, hablar sobre su forma y sus colores, o si nadan, vuelan, caminan o corren. Para trabajar la articulación, algo que podemos hacer es ponernos el juguete al lado de la boca y decir ahí el nombre del objeto que representa. Por ejemplo, puedo coger una vaca de juguete, me la pongo junto a la cara y digo: “¡Mira! He cogido una VACA. La VACA dice Muuuuuuu”. Otro juego muy divertido, para niños a partir de 18 meses, es el “ThinkFun Roll & Play”, en el que se trabaja vocabulario de colores, emociones, animales, números, acciones y partes del cuerpo.

Hablar y pasar tiempo juntos realizando todas estas actividades, no solo ayudará en el desarrollo del lenguaje de tu bebé, si no que también va a ayudar a crear un vínculo especial entre la madre o el padre y el hijo o la hija que puede durar para toda la vida. Es importante que contestemos y apreciemos las respuestas comunicativas de nuestros hijos, ya sea un balbuceo, sus primeras palabras o sus primeras frases, y que les alabemos cada vez que pasan a una nueva etapa del lenguaje.

Termino con un párrafo de mi artículo también publicado en el blog de Sinews, “Falsos mitos sobre el bilingüismo”:

“Aunque existan variaciones de 5-6 meses de diferencia, las primeras palabras deberían aparecer alrededor de los 12 meses. Alrededor de los 18-24 meses, los niños deberían decir combinaciones de dos palabras, y sobre los tres años, ser capaces de comunicar sus necesidades a través del lenguaje, con frases completas y comprensibles, aunque la pronunciación y gramática no sean perfectas.
Esto es igual para niños bilingües y monolingües. Si tu hijo/a no está desarrollando su lenguaje a este ritmo, sea bilingüe o no, deberías de evaluar su capacidad auditiva, y consultar con un logopeda especializado en bilingüismo, para recibir un asesoramiento profesional y, si fuera necesario, comenzar con un tratamiento lo antes posible.”

Alba Sánchez Blake
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Alba Sánchez Blake
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Tartamudez: Consejos Para Niños y Adultos

Tartamudez: Consejos Para Niños y Adultos

Nuestra forma de hablar y de comunicarnos forma parte de nuestra personalidad, e incluso de nuestra identidad. A la hora de hablar, hay personas que tienen un habla fluida y apropiada, con errores muy ocasionales, y gente que tiende a equivocarse con más frecuencia, o a repetir alguna sílaba o palabra de su discurso. Todos podemos pasar de tener mayor a menor fluidez según el momento, ya sea que nos encontremos concentrados o tengamos un discurso preparado, presentando buena fluidez; o que estemos cansados o nerviosos, y estemos más torpes a la hora de hablar. Aún así, hay personas que tienden a tener poca fluidez en el habla de manera crónica, presentando constantes repeticiones de sílabas al inicio de una frase, coletillas, o incluso gestos asociados a cuando se atascan en alguna palabra.

¿Qué es la tartamudez?

La tartamudez, también llamada disfemia, es un trastorno del habla. El habla de las personas que tartamudean se caracteriza por repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras. Su discurso también puede presentar interrupciones en el flujo del habla, llamadas bloqueos, tener expresiones o movimientos asociados (espasmos) y tensión muscular en cara y cuello.

El tartamudeo suele aparecer en niños como parte del desarrollo del lenguaje, de la misma manera que tiende a desaparecer. Es más común en niños que en niñas, y aproximadamente un 25% de los niños y niñas presentará algún tipo de tartamudeo cuando empieza a hablar. Aún así, solamente el 1% de las personas que tartamudean en la infancia, lo continúan haciendo en la edad adulta.

La disfemia puede afectar a nivel comunicativo, social, y, más tarde, laboral; por lo que es importante que estos niños en los que persiste el tartamudeo, sean evaluados por un logopeda y obtengan una intervención temprana, con lo que se conseguirá eliminar al completo, o al menos, reducir al máximo el patrón de habla tartamudo, siendo menos efectivo el tratamiento si se comienza en la adolescencia o en la edad adulta.

Hoy en día aún no se conoce la causa de la tartamudez, aunque sí se considera más certero determinar los factores relacionados con el inicio y la cronificación de ésta. Los datos de las investigaciones más recientes y del aprendizaje en la práctica clínica concluyen que existe gran variabilidad entre individuos tartamudos, y que lo más importante para el tratamiento es conocer las variables presentes de cada individuo en concreto que pudieran ser las responsables del inicio de las disfluencias y de la permanencia de un patrón de habla tartamudo.

Tipos de tartamudez

Hay distintos tipos de tartamudez según la causa por la que aparezcan. Las más comunes son:

  • Del desarrollo: Aparece cuando la niña o el niño está aprendiendo a hablar, y desaparece por sí sola. Se da entre los 2 y los 5 años.
  • Establecida o crónica: La padecen los niños que han adquirido un patrón de habla tartamudo; adolescentes o adultos con disfemia desde la infancia.

Y menos comunes:

  • Neurogénica: Secundaria a una lesión cerebral.
  • Psicógena: Causada por un trauma severo o por situaciones altas de estrés.

¿Cuándo debo llevar a mi hijo al logopeda si tartamudea?

¡No hay que alarmarse si nuestro hijo empieza a tartamudear! Como acabamos de ver en los diferentes tipos de disfemia, puede tratarse de una disfemia del desarrollo y desaparecer en unos meses. Aún así, si el tartamudeo permanece, el tratamiento será más efectivo si se realiza en la primera infancia, y será importante consultar a una logopeda cuando:

  • El tartamudeo persiste tras 3-6 meses de su aparición.
  • Hay tensión muscular en la cara y el cuello o movimientos asociados al tartamudeo.
  • El niño tiene ansiedad o evita las situaciones verbales.
  • Hay algún familiar que padeció o padece disfemia, u otro trastorno de la comunicación.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo que tartamudea?

Algunas formas en las que podemos ayudar a nuestro hijo a sentirse seguro a la hora de comunicarse y a no darle importancia al tartamudeo son:

  • Háblale lenta y claramente, es importante que tu hijo entienda y procese el lenguaje adecuadamente.
  • Intenta que la atmósfera en el hogar sea silenciosa y tranquila.
  • Presta atención a lo que diga tu hijo, no a cómo lo está diciendo. Esto requerirá pararse y prestar atención. No muestres impaciencia o irritabilidad cuando tu hijo se comunique contigo.
  • No le ofrezcas opciones como “¡Ve más despacio!” o “¿Puedes decirlo más claramente?”. Lo ideal es esperar a que acabe la frase.
  • Minimiza las preguntas e interrupciones mientras que tu hijo está hablando.
  • Nunca le regañes o te rías si tartamudea o comete algún error al hablar.
  • Intenta crear tiempo cada día para hablar a solas con tu hijo.

¿Un adulto puede reducir o eliminar su tartamudeo?

Cuando un adulto ha cronificado el patrón de habla tartamudo, es más difícil que consiga modificar ese patrón. Aún así, la logopedia es efectiva para aprender a reducir el tartamudeo y puede ayudar en gran manera a las personas que lo padecen. Hay adultos que ya han recibido terapia logopédica y mejorado su fluidez, pero que en momentos vitales de más estrés pueden volver a un patrón con más tartamudeo, y en estos casos también será bueno recibir de nuevo algunas sesiones de terapia logopédica.

Otros consejos que los adultos pueden practicar en casa son:

  • Practica hablar despacio. Antes de practicarlo en una conversación, será bueno practicarlo en casa, cuando estés relajado y a solas, para empezar. Puedes leer un libro en voz alta, poniendo atención en iniciar las frases de manera suave y de mantener un ritmo calmado.
  • Evita palabras que desencadenan el tartamudeo. Haz una lista de las palabras que suelen causar las repeticiones o bloqueos a la hora de hablar y busca sinónimos que sustituyan a esas palabras.
  • Prueba el mindfulness. El mindfulness se caracteriza por estar atento de manera intencional e imparcial a lo que hacemos o pensamos, sin juzgar o rechazar la experiencia. Su práctica puede ayudar a disminuir estrategias de evitación, como hablar menos; mejorar el control emocional, y aceptarse a uno mismo. Un estudio de 2018 demostró que añadir este tipo de meditación a un programa de tratamiento para el tartamudeo puede ser beneficioso para algunas personas.

¿Cómo comportarse cuando hablas con un adulto que tartamudea?Es importante saber que no existen diferencias en inteligencia o ajustes psicológicos entre personas que tartamudean y no tartamudos. Por otro lado, la gente tartamuda no tiene por qué ser más proclive a ser ansiosa o tímida, y las diferencias de personalidad entre unas personas y otras no tendrán que ver con si tartamudean o no. Dicho esto, como adultos, debemos saber cómo comportarnos cuando hablamos con un adulto que tartamudea, y tener en cuenta los mismos puntos que si habláramos con un niño que tartamudea, como poner atención a lo que se dice, y no cómo se dice; además de tener en cuenta de que las personas que tartamudean pueden tener menos control sobre su habla cuando están al teléfono, con más interrupciones o bloqueos, por lo que podría parecer que han colgado, cuando en realidad están haciendo una pequeña pausa involuntaria.

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
Alba Sánchez Blake
Logopeda
Niños, adolescentes y adultos
Idiomas de trabajo: Español e inglés
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Falsos Mitos Sobre El Bilingüísmo

Falsos Mitos Sobre El Bilingüísmo

En muchos países y en algunas regiones de España, el hecho de ser bilingüe, o de hablar incluso más de dos idiomas, se considera la norma. Pero en otras regiones de España, el aprendizaje de un segundo idioma es algo que ocurre con las nuevas generaciones, especialmente con el inglés, y muchos padres se preguntan si ésta es la mejor opción, ya que a veces pueden preocuparse por si el bilingüismo va a ser causa de un retraso en el desarrollo del lenguaje, o de si es recomendable si su hijo/a tiene alguna necesidad especial. Al mismo tiempo, se pueden preocupar por si su hijo estará enteramente capacitado para la vida laboral si sólo aprendiera un idioma.

En este artículo, vamos a desmontar algunos falsos mitos sobre el bilingüismo, y, basándonos en evidencia científica*, explicar por qué el bilingüismo, en todo caso, aporta beneficios en el desarrollo cognitivo de las personas.

Algunos falsos mitos sobre el bilingüismo son:

  1. El bilingüismo causa retraso del lenguaje.
    Existen estudios que demuestran que el desarrollo lingüístico es igual en todos los niños alrededor del mundo, independientemente de si están aprendiendo uno o varios idiomas, y de cuáles sean estos idiomas. Así sabemos que los niños son capaces de aprender dos idiomas simultáneamente, si ambos idiomas son enseñados y practicados dentro y/o fuera de la casa.
    Al igual que los niños monolingües, los niños bilingües pueden presentar un retraso en el lenguaje; pero está estudiado que la causa de este retraso no es el aprendizaje de dos idiomas, si no que esta dificultad seguramente estaría presente aunque solo estuviera aprendiendo un idioma.

  2. Si un niño bilingüe presenta retraso en el lenguaje, la intervención debe retrasarse.
    Aunque existan variaciones de 5-6 meses de diferencia, las primeras palabras deberían aparecer alrededor de los 12 meses. Alrededor de los 18-24 meses, los niños deberían decir combinaciones de dos palabras, y sobre los tres años, ser capaces de comunicar sus necesidades a través del lenguaje, con frases completas y comprensibles, aunque la pronunciación y gramática no sean perfectas.
    Esto es igual para niños bilingües y monolingües. Si tu hijo/a no está desarrollando su lenguaje a este ritmo, sea bilingüe o no, deberías de evaluar su capacidad auditiva, y consultar con un logopeda especializado en bilingüismo, para recibir un asesoramiento profesional y, si fuera necesario, comenzar con un tratamiento lo antes posible.

  3. Los niños con dificultades de aprendizaje no deberían aprender más de un idioma.
    Ya sea que tu hijo/a tenga un déficit cognitivo, un retraso en el desarrollo, o una dificultad de aprendizaje, el bilingüismo no le va a causar mayor retraso en su desarrollo cognitivo o de lenguaje. No hay evidencia científica que avale que abandonar uno de los dos idiomas que esté aprendiendo resuelva problemas en el desarrollo del lenguaje. Aún así, sí es cierto que, si se precisa de estimulación logopédica y hay que elegir entre varios idiomas, se apoyará la lengua mayoritaria del niño, siendo ésta la lengua en la que el niño se desenvuelve mejor, o la que más escucha (si aún no habla), ya sea la lengua de la comunidad en la que vive, en la que hablan sus padres, o en la que esté escolarizado.
    Pongamos el ejemplo de un niño con retraso de lenguaje, de padres pakistaníes (que saben hablar inglés), que crece en España y va a un colegio británico. Este niño debería recibir terapia logopédica en inglés, y, a ser posible, un apoyo adicional en casa por parte de los padres en este idioma, ya que es el idioma del que más estimulación recibe durante el día. Aún así, no será necesario que los padres dejen de comunicarse completamente con el niño en urdu, si este es su idioma nativo, y no habrá problema si algunos compañeros en el recreo le hablan en español.
    Será importante siempre evaluar cada caso en concreto, y a partir de ahí, determinar pautas de los siguientes pasos a seguir, ya que el tratamiento puede variar de un paciente a otro.

  4. El bilingüismo dificulta el aprendizaje de la lectoescritura.**
    Los estudios han demostrado que el aprendizaje de la lectoescritura en dos idiomas es mejor que en un idioma solo. Esto es porque las habilidades cognitivas desarrolladas para cada uno de los idiomas se transfieren al otro idioma, causando incluso más facilidad para los lectores bilingües. Es importante aclarar que los niños necesitarán la enseñanza y práctica de cada uno de los idiomas a aprender, y que cuanto mejor sea su nivel oral en un idioma, mayor facilidad tendrán para aprender a leerlo.

Habiendo desmontado estos mitos sobre el bilingüismo, conviene continuar recalcando que no hay una manera correcta de introducir un segundo idioma: se puede hacer desde el nacimiento o enseñar a posteriori. Sin embargo, la lengua que hable la comunidad donde crece nuestro hijo, la mayoritaria, nunca se verá disminuida por el aprendizaje de una lengua minoritaria, pero la lengua minoritaria sí se puede ver disminuida por la lengua mayoritaria, por lo que es importante dar un apoyo especial y continuo a la minoritaria.

Si, por ejemplo, vivimos en España y nuestra hija aprende francés con una cuidadora de los 2 a los 4 años, a la vez que aprende castellano, porque es el idioma de los padres y de su comunidad. Si a partir de los 5 años deja de tener un apoyo en francés, que sería su lengua minoritaria, probablemente olvidará el francés pronto, pero continuará hablando en castellano, la lengua mayoritaria.
 
En conclusión, la calidad y la cantidad del lenguaje recibido afectarán directamente al aprendizaje de uno o varios idiomas. Un lenguaje de alta calidad incluirá comunicación directa hacia el niño y observación de otras personas interactuando en un idioma, y la cantidad será el tiempo en el que el niño está expuesto a cada idioma.

Con estimulación y apoyo adecuados, conseguiremos que nuestros hijos e hijas sean capaces de aprender varios idiomas y de crecer y desenvolverse con plenitud en un mundo cada vez más bilingüe y multicultural.
 
* Si quieres continuar informándote sobre bilingüismo y educación, y conocer estudios científicos sobre éste, te recomiendo los libros “Consigue que tu hijo sea bilingüe”, de Bárbara Zurer Pearson, y “El cerebro bilingüe: La neurociencia del lenguaje”, de Albert Costa.

**Si quieres saber más sobre bilingüismo y lectoescritura, no te pierdas nuestro artículo “Desarrollo de la lectoescritura e identificación de dificultades en niños bilingües”. 
https://www.sinews.es/es/desarrollo-de-la-lectoescritura-e-identificacion-de-dificultades-en-ninos-bilinguees/

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
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Logopeda
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Cómo Ayudo a Mi Hijo@ Con Dislexia

Cómo Ayudo a Mi Hijo@ Con Dislexia

Con la vuelta al cole y el inicio del nuevo curso, puede que algunos papás hayáis recibido por parte de los profesores la sospecha de que vuestr@ hijo@ tenga dislexia. Puede que otros ya lo sospecharais, debido a los errores de lectura y escritura que veíais cometer a vuestr@ hij@, o por las grandes dificultades que presentaba en esta área.

La dislexia es un trastorno del aprendizaje caracterizado, entre otras cosas, por dificultades de decodificación del lenguaje escrito, afectando así a la lectura y laescritura. Es una condición permanente de origen neurológico no relacionada con una falta de capacidad intelectual, cuya gravedad puede variar de una persona a otra, o incluso en la misma persona a lo largo del tiempo. Afecta al 10% de la población (según la Asociación Europea de la Dislexia), y es importante recalcar que no es una barrera para el éxito: lo corroboran algunos famosos que la padecieron, como el fundador de Apple, Steve Jobs, o el cantautor español Pau Donés.

¿Qué hago si sospecho que mi hijo/a tiene dislexia?

Algunas banderas rojas que nos pueden indicar que nuestr@ hij@ tiene dislexia son, en niños más pequeños, el factor hereditario, dificultades para aprender el abecedario o para memorizar rimas y canciones; y a partir de los 5-6 años, dificultad para separar una palabra en sílabas, dificultades para identificar el primer sonido de una palabra, o errores frecuentes de lectura y escritura, como sustituciones u omisiones de letras o de palabras, escritura o lectura de letras en espejo (b/d, p/q) y falta de comprensión lectora. A menudo, el rendimiento en matemáticas también puede estar afectado.

Lo primero que debemos hacer ante la sospecha de dislexia es hablar con el/la tutor/a de nuestr@ hij@, para comprobar si estas dificultades simplemente son propias del aprendizaje de la lectoescritura. Si no fuera así, lo indicado es obtener un asesoramiento profesional, para obtener un diagnóstico y la ayuda necesaria, ya que cuanto antes comience la intervención, más le podrá ayudar.

Las pruebas que se deben realizar son: de visión y de audición (por su médico u oculista), de inteligencia (por un psicólogo), de lenguaje (logopeda) y una batería completa de rendimiento académico (por un logopeda). Esta evaluación nos ayudará a descartar problemas fisiológicos comparará la capacidad intelectual con el rendimiento académico en lectura, escritura y matemáticas; y si presenta otros trastornos que puedan afectar a la lectoescritura, como déficit de atención, o un retraso del lenguaje. La información obtenida se comunicará al colegio, para que se hagan las adaptaciones curriculares que sean necesarias.

¿Quién puede ayudar a mi hij@ con dislexia?

En España, el profesional encargado del diagnóstico y la intervención en la dislexia es el logopeda. Durante las sesiones de logopedia, vuestr@ hij@ recibirá una intervención especializada en lectura con una aproximación multisensorial: será positivo que trabaje con letras y palabras de manera visual, auditiva y táctil. Algunos ejemplos de actividades con este enfoque son trazar una letra en arena mientras dicen su sonido, o leer en voz alta una palabra dada, construir esta palabra con letras en fichas de madera, y, finalmente, escribir esta palabra.

Es importante que el aprendizaje sea progresivo: primero, deben aprender los sonidos que corresponden con cada letra, o conjunto de letras (ch, ll), luego a combinar estas letras en sílabas y palabras cortas, para luego aplicar estos conocimientos a palabras más largas, y finalmente, proceder a la lectura de textos. De nada nos sirve que nuestro hijo aprenda a distinguir si una palabra se escribe con “b” o con “v”, si no ha aprendido qué sonido produce la letra “b”. Esto se aplica al aprendizaje de la lectoescritura en un segundo idioma, en el que también será importante, no solo que nuestr@ hij@ conozca los sonidos de cada letra o combinación de letras antes de leer palabras, si no que primero tenga conocimiento del vocabulario de las palabras que está aprendiendo a leer.

Los padres también podemos ayudar en el desarrollo de la lectoescritura de nuestr@s hij@s. Algunas actividades que según su edad podemos hacer son:

  • Jugar al “Veo, veo, una cosita que empieza por la letrita…”
  • Jugar a contar cuántas palabras se nos ocurren que empiecen por la letra “x”.
  • Leer a diario un libro adecuado a la edad de nuestr@ hij@. Podemos comentar lo que está ocurriendo en la historia, para trabajar también la comprensión lectora; y, cuando ya empiezan a leer, podemos leer una página cada uno para hacérselo más llevadero.
  • Leer y memorizar rimas y canciones.
  • Construir letras o palabras con plastilina.
  • Jugar a construir palabras con la última sílaba de la palabra anterior: mesa- sapo- poder- dermatitis…
  • Jugar a juegos como el “Scrabble”.
  • Animarles a hacer crucigramas o sopas de letras.

Algunos recursos en español que podemos encontrar en internet son:

Aplicaciones para móvil o Tablet

Siempre será de ayuda que nuestr@s hij@s sientan nuestro apoyo y que celebremos sus pequeños esfuerzos y avances. Aunque la meta de la lectoescritura pueda parecer lejana o imposible, es importante que recuerden que nos tienen a su lado y que el éxito es posible.

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
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Cómo Cuidar Tu Voz en Tiempos de Mascarilla

Cómo Cuidar Tu Voz en Tiempos de Mascarilla

Desde hace unos meses y debido al COVID-19, el uso de mascarilla es obligatorio siempre que nos encontremos fuera de nuestro hogar. Aunque la mascarilla nos sirve como escudo protector a la hora de comunicarnos con los demás, para no compartir bacterias o virus con otras personas, puede tener algunas consecuencias negativas, como que nuestra voz se vea perjudicada. La mascarilla reduce el volumen de nuestra voz y distorsiona el sonido de las palabras que utilizamos, por lo que nos solemos ver obligados a hablar más alto cuando la estamos utilizando. Este aumento de volumen de la voz continuo puede hacer que las cuerdas vocales se irriten, y, si no realizamos los cuidados necesarios, acabar en afonía o disfonía.

Cuando hablamos de afonía, nos referimos a perder la voz completamente; mientras que la disfonía se refiere a la alteración del timbre, tono o volumen de la misma. Aunque comúnmente algunas personas digan que “están afónicas”, si lo pueden decir y les puedes escuchar, realmente estarían “disfónicas”. Algunos ejemplos de disfonía son la ronquera o la incapacidad de hablar o cantar en un tono al que uno está habituado, y pueden ser secundarios a distintas patologías, como los nódulos.
 
Las profesiones en las que se utiliza la voz no son solamente las relacionadas con el canto, el teatro o la radio; también una profesora, un recepcionista o una teleoperadora pueden estar hablando durante horas a diario, y aunque su voz ya podía verse resentida por el abuso de ella, ahora con la mascarilla puede estar aún más afectada.
 
Aquí van algunos consejos para tod@s aquell@s que desean cuidarse la voz un poco más, y evitar patologías vocales no deseadas:

  1. Solicita el uso de megafonía. Si trabajas en un lugar ruidoso donde necesitas que te escuchen personas que están a cierta distancia, si es posible que uses un micrófono con altavoces, esto ayudará a que tu voz no tenga que esforzarse tanto; recuerda que ya estás haciendo un esfuerzo especial solo por usar la mascarilla.
  2. Articula más exageradamente. Antes de subir demasiado el volumen, prueba a sobrearticular para que te entiendan mejor.
  3. Mantente hidratad@. Intenta llevar siempre una botella de agua contigo e ir dando sorbitos durante todo el día. Beber alrededor de dos litros de agua diarios te ayudará a mantener las cuerdas vocales lubricadas y a que vibren correctamente. Evita que el agua esté muy fría, y si notas sequedad en tu casa, usa un humidificador.
  4. Calienta la voz antes de trabajar. Igual que los atletas calientan sus músculos antes de una competición, nuestras cuerdas vocales estarán más preparadas para el esfuerzo de hablar a un alto volumen durante horas, si hemos realizado ejercicios de calentamiento de voz. Si no sabes qué ejercicios realizar, solicita una o varias sesiones de prevención de patología vocal con una logopeda.
  5. Evita usar el teléfono. Cuando hablamos por teléfono, perdemos la parte de lenguaje corporal y de lectura de labios de la comunicación presencial, y tendemos a hablar más fuerte. Si puedes, comunícate por mensaje de texto o intenta que las llamadas telefónicas duren el menor tiempo posible.
  6. Mantén períodos de reposo vocal. Las cuerdas vocales, como cualquier otro músculo, también necesitan descansar. Intenta mantenerte en silencio durante largos períodos de tiempo, sobre todo al acabar de trabajar.
  7. Recuerda relajarte y descansar lo suficiente. Dormir al menos seis horas diarias también ayuda a evitar el cansancio vocal. Por otro lado, la voz está ligada a nuestro estado emocional, y el estrés puede provocar contracciones en la musculatura respiratoria y de las cuerdas vocales; por lo que es recomendable realizar técnicas de relajación, que disminuyan el nivel de estrés, aprender a respirar correctamente, y estirar suavemente el cuello y los hombros si lo vemos necesario.

Si notas que estás padeciendo afonía ocasional, o disfonía durante más de una semana, acude a tu especialista. El otorrinolaringólogo es el médico que evalúa y diagnostica las patologías de la voz, y el logopeda el que te podrá ayudar con la prevención y el tratamiento de ésta.
 
Y si tienes dudas o preguntas, ¡no dudes en consultarnos! Escríbenos a info@sinews.es y daremos respuestas a tus preguntas, y asesoramiento profesional, si lo necesitas.

Alba Sánchez Blake
Departamento de Logopedia
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