
Muchos estudiantes experimentan un cambio drástico a la hora de tener que enfrentarse a los estudios cuando ingresan en la Universidad. De repente, parece que es necesario ser totalmente autónomo y capaz a la hora de organizarse, tomar apuntes, seleccionar la información más importante, o ser capaz asimilar gran cantidad de información en poco tiempo.
A esto se unen otros factores asociados a la época universitaria como la elección de la carrera o la especialización, la combinación de obligaciones y ocio, etc. por lo que, se puede llegar a experimentar cierta tensión en esta etapa debido a que estas cuestiones pueden suponer una fuente de estrés importante. A todo esto, puede venir asociado el fracaso académico en algunos casos o sacar adelante los estudios en otros, pero con una gran carga emocional.